El Festival de Cannes es, con permiso de los Oscar, el evento cinematográfico más importante del año. Su 72ª edición tuvo lugar entre el 14 y el 25 del pasado mayo, y trajo novedades cinematográficas de todas partes del globo: la nueva película de Tarantino se codeó con la de Dolan, y aunque la Palma de Oro se la haya llevado Bong Joo-ho a Corea, seguro que más de uno habría preferido verla en manos de Almodóvar, Céline Sciamma o, incluso, Abdellatif Kechiche.
Paralela al festival tiene lugar la Quincena de Realizadores, que celebraba este año su 51ª edición. Por esta sección han pasado autores de la talla de Martin Scorsese o Gaspar Noé, y su selección siempre incluye algunas de las películas más interesantes de la semana en la costa francesa. Este año, además de la nueva película de Robert Eggers, que ha acaparado todas las portadas, hemos podido disfrutar de nuevos filmes por parte de realizadores tan dispares como Lav Díaz, Babak Anvari o Bertrand Bonello.
Tuve la oportunidad de asistir al Festival con la acreditación de su programa 3 Días en Cannes, un pase gratuito que da acceso a la Sección Oficial y la Quincena, además de contar con un programa dedicado en el cine ‘Les Arcades’. En su segundo año, el pase para cinéfilos de entre 18 y 28 años ha vuelto a ser un éxito, y ha congregado a más de 2000 jóvenes en sus dos sesiones.
- Les particules
El primer largo de ficción del documentalista Blaise Harrison cuenta en forma de coming of age la historia de un adolescente de un pueblo suizo situado encima del acelerador de partículas más grande del mundo. Mientras su relación con su grupo de amigos se deshace y comienza a salir con una chica, comienza a ver cambios en el mundo a su alrededor.
La película no es especialmente original, y el elemento de ciencia ficción que introduce no tiene verdadero peso hasta el tercio final. Sin embargo, Harrison sabe construir la película de forma que se sienta ambiciosa, pero no pretenciosa: se ríe de los personajes y es autoconsciente en todo momento de lo ridículos que pueden llegar a ser los adolescentes que se toman en serio a sí mismos.
Así, introduce momentos de humor que hacen que la película sea incómoda, divertida y, en cierto sentido, tierna. Sin embargo, se pierde en su intento de manejar demasiadas ramas de la vida del protagonista, y los golpes emocionales de su último acto no tienen la suficiente fuerza a causa de esto.
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Lo mejor: Las conversaciones antinaturales que dan lugar a cierto humor absurdo.
Lo peor: La falta de peso de sus momentos más dramáticos.
Nota: 5
- Wounds
Después de la exitosa Under the shadow, el realizador Babak Anvari rergesa con un reparto lleno de estrellas y una obra destinada a estrellarse. Al presentar la película, Anvari no encontraba las palabras. Después de verla, le entiendo: es difícil describir Wounds con palabras. Es un desastre absoluto en muchos aspectos, pero pocas películas veremos en el Festival de Cannes más entretenidas y descaradamente divertidas que Wounds. Desde antes del comienzo, cuando apareció el logo de Netflix y la sala del Théatre de la Croisette estalló en un aplauso irónico, la película de Anvari parece estar manufacturada para que el público no pueda dejar de mirar la pantalla.
No quiero estropear la sorpresa a nadie, pero el argumento puede resumirse así: Armie Hammer es Will, un barista en una ciudad de la América profunda (de las de banderas confederadas) en un bar de mala muerte. Una noche, un grupo de universitarios sale corriendo del bar durante una pelea, pero se olvidan un teléfono. ¿Lo olvidan, en realidad? ¡No! Lo han dejado a posta para que Will lo encuentre, descifre la contraseña y vea las fotos desagradables que hay en la galería. Hasta aquí puedo leer, pero el resto es una espiral descendente que solo puedo alegrarme de haber visto.
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Lo mejor: Que su histrionismo da lugar a constantes carcajadas
Lo peor: Que el cambio de tono en la segunda mitad funcione y deje de ser una comedia involuntaria
Nota: 2
- Matthias et Maxime
Después de que The death and life of John F. Donovan, la que prometía ser su nueva gran película, se estrellase tras su estreno en el TIFF, Xavier Dolan decidió dar un paso atrás y comenzó a escribir un guion pequeño, que pudiese rodar con sus amigos. Así nació Matthias et Maxime, la nueva obra del enfant terrible de Cannes que cierra la etapa que abrió con J’ai tué ma mère. 10 años después, Dolan vuelve a los orígenes: un grupo de amigos pasan bastante tiempo juntos las semanas antes de que uno de ellos se marche a Australia. En una fiesta, dos de ellos se besan para el cortometraje de la hermana de otro de los amigos.
Así nace una espiral de emociones, expresadas y calladas, que llevarán al grupo de amigos a unirse y alejarse durante unos gloriosos e íntimos 120 minutos en los que Dolan saca a relucir lo que le hace uno de los directores en activo más interesantes. Junto a la fotografía de tonos cálidos en 35 milímetros, hay espacio para la risa y las lágrimas en una cinta que promete mucho cine en el futuro por parte de su director.
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Lo mejor: La naturalidad y la intimidad que impregna toda la película
Lo peor: La inconsistencia tonal que impide conectar con sus puntos más dramáticos
Nota: 8
- The wild goose lake
La nueva película de Diao Yinan cuenta la historia de un mafioso que, tras una disputa entre clanes, dispara a un policía, y se ve obligado a esconderse en los alrededores del lago Wild Goose. Desde ahí, la película trata la búsqueda del protagonista por parte de la policía. Durante todo el metraje la fotografía está hiperestilizada, y utiliza a la perfección las luces y, sobre todo, las sombras para crear un ambiente opresivo en el que no existen buenos o malos, solo personajes a los que seguimos mientras se arrastran por una zona empobrecida de China.
Aunque tanto la fotografía como el diseño de sonido y la banda sonora juegan en favor de esta historia, el ritmo pausado y las interpretaciones poco expresivas lastran lo que en cualquier otro aspecto es una película excelente. Termina resultando exasperante, y solo al llegar a un sorprendentemente divertido clímax de acción en los últimos 20 minutos la audiencia ve recompensada su paciencia.
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Lo mejor: La espectacular fotografía llena de luces de neón
Lo peor: El ritmo lento que hace que parezca infinita
Nota: 4
- Bacurau
Kléber Mendonça Filho ha demostrado, con sus largometrajes previos, que es un autor brillante, con un estilo propio y una voz que destaca por su crítica voraz contra el capitalismo, el racismo y la homofobia. En su nueva película, Bacurau, que codirige junto a Juliano Dornelles, va un paso más allá. Bacurau es un pequeño pueblo en mitad de Brasil que lleva meses enzarzado en una pelea con el gobierno local por el corte del flujo del río de donde sacaban su agua. Un día, el profesor del pueblo se da cuenta de que Bacurau ya no aparece en el mapa, y los problemas solo escalan desde entonces; el pueblo deberá unirse para sobrevivir.
El descenso a la locura de los habitantes de Bacurau va acompañado de una interpretación fantástica de Sonia Braga, además de una fotografía que llena el pequeño pueblo de colores cálidos. En Bacurau se suda, se sangra y nadie tiene pelos en la lengua. Es una película madura, que sabe jugar con los espectadores al mismo tiempo que envía un mensaje claro, y una evolución interesantísima del estilo de su director.
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Lo mejor: Lo directa que es en su mensaje y divertida en su forma de transmitirlo
Lo peor: Los efectos especiales poco trabajados
Nota: 8
- A hidden life
Terrence Malick es uno de los cineastas más importantes del medio, haciéndolo avanzar mediante la búsqueda de algo más grande que el mismo. Quizá por eso, después de haber disfrutado sus últimas tres películas sobre el siglo XXI, la inconexión y las relaciones, he salido decepcionado de A hidden life, que funciona bien por sus ideas, pero se ahoga en 180 minutos de metraje que parecen infinitos.
La historia es sencilla: durante la 2ª Guerra Mundial, un agricultor de un pequeño pueblo en las montañas de Austria se opone a jurar lealtad a Hitler porque su fe católica se lo impide. Alrededor de esta decisión, y las consecuencias que acarrea tanto para su familia como para él mismo, Malick trata de construir una investigación cinematográfica sobre la religión, el amor y la moral; el resultado, sin embargo, es un biopic mucho más simple en todos los aspectos de lo que aparenta.
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Lo mejor: La fotografía inmersiva
Lo peor: La duración no acompaña una historia sencilla
Nota: 5
- Zombi child
Bertrand Bonello es el cineasta más interesado en hacer cine sobre la Generación Z, y en su nueva película vuelve a seguirla. Esta vez cuenta la historia de un grupo de jóvenes de un colegio privado en el París actual. También la de un hombre que muere en el Haití de los 60 y es resucitado como zombi para trabajar en una plantación. Y también la de una de esas chicas en concreto, que está enamorada, aunque solo puede contactar con su novio a través del móvil.
Todas estas líneas narrativas que Bonello propone consiguen atrapar a cualquier espectador. El ritmo, lento pero constante; la fotografía cuidada, con encuadres medidos; la banda sonora introducida solo en momentos puntuales que acentúa la tensión en la pantalla… Y, sin embargo, la película de Bonello no hace nada con ninguna de estas posibilidades: es una obra impresionante, pero termina en una suerte de coitus interruptus que, si bien no impide disfrutar del resto del metraje, sí difumina lo que había sido una obra muy notable.
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Lo mejor: El ritmo y pulso que maneja Bonello como director
Lo peor: El final poco satisfactorio
Nota: 5
- The lighthouse
Después de la fantástica e inmersiva The VVitch, Robert Eggers regresa junto a Robert Pattinson, Willem Dafoe, una sirena y una gaviota. The lighthouse es una de esas experiencias cinematográficas que no se olvidan, una espiral descendente hacia la locura más absoluta en la que todo el mundo durante la producción de la película estaba entregado en su totalidad, y en consecuencia, la sala entera también.
Dos fareros, uno experimentado y otro que acaba de comenzar en el oficio, deben asegurar el funcionamiento de un faro en un pequeñísimo islote. Con esta premisa, Eggers nos atrapa en su ratio 1.19:1 y la espectacular fotografía en blanco y negro de Jarin Blaschke, y hace que la película estalle frente a nosotros con un sonido ensordecedor. Después del remojón, la boca nos sabe a sal, y estamos aterrorizados y exaltados, sin decir ni una palabra, hasta que alguien en mitad de los créditos grita en alto “FUCK YES THAT WAS AMAZING”.
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Lo mejor: El diseño de sonido y la dirección de arte y las interpretaciones y las fotografía y absolutamente todo
Lo peor: Que termina
Nota: 10
- Parasite
La Palma de oro a Parasite, la nueva película de Bong Joon-ho, es merecidísima: una oda al cine como instrumento comunicativo de problemas sociales, pero también a la familia como fuente de todo aquello, bueno y malo, que ocurre en torno a nosotros. La historia orbita en torno a una familia pobre de Seúl que vive en un semisótano. Un día, al hijo lo enchufan como profesor particular para una familia rica. A partir de ahí, los protagonistas comenzarán a parasitar a sus iguales de clase más elevada.
Con un ritmo endiablado y una fotografía que aparenta ser simplemente funcional pero juega activamente en favor de la historia (la puesta en escena y el posicionamiento de los elementos en el cuadro están medidos al milímetro y muestran al coreano como un realizador experto), Joon-ho nos ofrece un retrato que entretiene, divierte y asusta en la superficie, pero que pesa al salir de la sala y se vuelve más oscuro a cada paso que damos. Como todas las grandes películas, es mucho mejor cuanto más se piensa en ella.
Lo mejor: La dirección de Bong Joon-ho es excelente y todos los elementos funcionan a la perfección
Lo peor: El tercer acto se alarga unos minutos más de lo necesario para subrayar el mensaje de la película de forma innecesaria
Nota: 9
- Portrait of a lady on fire
Céline Sciamma puede no ser la cineasta más reconocida en circuitos comerciales, pero no es nueva en la industria en Portrait of a lady on fire demuestra que es una cineasta más que competente. Cuenta la historia de una pintora que viaja a un castillo para retratar a la hija de la señora, que va a casarse pronto. A través de una narrativa que puede parecer sencilla en cuanto a contenido, Sciamma habla de homosexualidad, libertad femenina e introduce una subtrama sobre el aborto.
Su punto de vista es carente de cinismo, pero no esconde la dureza de su historia. Se apoya en una fotografía espectacular en la que cada fotograma parece un cuadro. Aunque alguna de sus subtramas carezcan de la fuerza suficiente para dejar huella en el espectador, la relación que mueve la película está filmada con suficiente pulso y ternura, culminando en unos diez minutos finales que dejan al espectador con escalofríos y sin poder moverse de la butaca.
Lo mejor: Los diez minutos finales
Lo peor: El ritmo lento que hace que la película se resienta en ocasiones y parezca algo repetitiva
Nota: 8