Título originial: Sirât
Año: 2025
Duración: 120 min.
País: España
Directora: Oliver Laxe
Guion: Oliver Laxe y Santiago Fillol
Fotografía: Mauro Herce
Música: Kangding Ray
Montaje: Cristóbal Fernández
Reparto: Sergi López, Bruno Núñez Arjona, Stefania Gadda, Joshua Liam Herderson, Richard ‘Bigui’ Bellamy, Tonin Janvier, Jade Oukid
Compañías: Coproducción España-Francia; Filmes Da Ermida, El Deseo, Movistar Plus+, 4A4 Productions, Uri Films
Distribuidora: BTeam Pictures
Género: Drama, Thriller, Road Movie
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Oliver Laxe ha vuelto a dejar huella en el Festival de Cannes con Sirat, logrando el Gran Premio del Jurado. En esta nueva obra, el director gallego se aleja de sus códigos habituales para explorar un territorio de caminos sinuosos y experiencias inmersivas. El resultado es una de las películas españolas más esperadas del año, que llega a los cines el próximo 6 de junio.
Entre polvo y tecno se fragua —gracias a un grupo que podría definirse como antisistema— una búsqueda colectiva con el fin de sobrevivir: ya sea enfrentando la falta de respuestas ante una desaparición o escapando de la realidad mediante la ausencia de normas convencionales.
Cuando su visión más política y fraternal comienza a aflorar en los desiertos y montañas de Marruecos, Laxe decide rotular con el título de su obra el inicio de un camino hacia el infierno, alejándose del tono pausado adoptado en su anterior filme, O que arde (2019).
En la primera parte, Laxe reafirma su maestría a la hora de dirigir a actores no profesionales. Sirat es profundamente coral y, aunque Sergi López asume un mayor peso en la trama, el elenco brilla por igual. Sin abusar de los diálogos, la historia se convierte en una road movie donde el apartado técnico es impecable, especialmente en sonido y fotografía.
Laxe, sin necesidad de recurrir a textos explicativos para empatizar con el espectador, dibuja y desdibuja un viaje hipnótico gracias a una narración que encuentra el sentido y los sentimientos como pocas películas del cine español han logrado en lo que llevamos de siglo.
Sin poner el freno, Laxe transforma la amenaza en crueldad sin oponer resistencia. Porque la vida es así: puedes intentar vivir al margen del sistema, pero este siempre acaba por alcanzarte cuando menos lo esperas. Y es en ese punto de Sirat cuando irrumpe una segunda parte que sacude por completo al espectador, sin aviso y sin tiempo para analizar. Precisamente por eso, la película no deja de crecer tras su proyección.
En Sirat, los sentimientos conviven con el entorno, fusionándose hasta tal punto que todo funciona a la perfección. Un salto al vacío inteligente que muestra —y demuestra— un mundo que flirtea constantemente con el desastre. Los dos únicos sacrilegios posibles dependerán de si el espectador decide, primero, ver la película en casa; y, segundo, intentar descubrir antes del primer visionado los giros argumentales que sorprenden y sacuden de forma inusual.