Netflix ha apostado fuerte por su producción propia en India. Una gran variedad de series y películas ha llegado al catálogo mundial durante los últimos años. Este es el caso de la comedia Beanie 2.0, protagonizada por Swara Bhaskar. La actriz es conocida por su participación en películas como Tanu Weds Manu, o la controversial Veere Di Wedding. El proyecto cuenta también con la influencer Dolly Singh, en su debut como actriz. Esta serie se estrenó el pasado 4 de diciembre, y consta de seis capítulos de aproximadamente veinte minutos de duración.
Beanie (Swara Bhaskar) tiene trabajo y una relación estable. Tanto que está a punto de casarse. Pero su sueño es dedicarse a la comedia, y la vida que le espera no parece dejar hueco para los monólogos. Así que decide apostarlo todo, huye de su propia fiesta de compromiso y deja su trabajo. Sus padres, interpretados por Mona Ambegaonkar y Girish Kulkarni, no entienden la decisión de su hija. Pero Beanie contará con el apoyo de su mejor amiga, Kapi (Dolly Singh), y del también comediante Ravi, al que da vida Ravi Patel (también creador de la serie).
Es inevitable comparar este argumento con el de La Maravillosa Señora Maisel, la brillante serie de Prime Video protagonizada por Rachel Brosnahan y Alex Borstein. El contexto en el que se desarrollan ambas historias es totalmente diferente. Mientras que la señora Maisel vive a finales de los años 50 en EE. UU., Beanie es una mujer de la India contemporánea. Sin embargo, la presencia del stand up como hilo conductor no es el único rasgo en común entre ambas producciones: ninguna tiene el apoyo de sus padres. Las dos se sienten culpables por tener que elegir entre la comedia y sus familias.
Las comparaciones son odiosas, y Beanie 2.0 sale perdiendo en esta ocasión. Todos los personajes parecen estar ahí simplemente para hacer avanzar la historia. No la enriquecen, cosa que sí sucede en La Maravillosa Señora Maisel. Un ejemplo es el personaje de Kapi, que, pese a tener mucho potencial, carece de algún tipo de desarrollo. Aparece en escena para soltar dos comentarios mordaces, y se marcha. La única trama existente es la de Beanie, que además se va resolviendo gracias a casualidades de lo más convenientes.
Otro punto negativo es el ritmo. No queda muy claro cuánto tiempo pasa entre capítulos. Todo parece ir sucediéndose en un revoltijo de escenas, e irónicamente resulta aburrido por momentos. Aunque acompañamos a Beanie en el difícil camino del autoconocimiento, su progresión resulta forzada y antinatural. Y esto es debido a la falta de un ritmo coherente que permita explorar los obstáculos a los que se va enfrentando.
A pesar de lo que pueda parecer, aprecio mucho la apuesta por la inclusión de nuevos modelos de mujer en los medios de comunicación de masas. Y no hay dudas de que Swara Bhaskar es una actriz implicada en el progreso de la mujer hindú. Por tanto, Beanie 2.0 tiene mi atención para futuras temporadas. El proyecto, creado por Patel y Neel Shah, podría llegar a convertirse en una muy buena serie si consigue pulir sus defectos.
Namaste, amigos.