De la maravillosa Sra. Maisel a Liza Minnelli

¿Alguna vez os ha pasado que os obsesionáis tanto con una serie o una película que lo queréis saber todo sobre ella? Queréis averiguar cuál es la historia de su directora, quién era aquella actriz que os sonaba tanto, si está basada en hechos reales, cuáles han sido los detalles de producción, etc. Tirando del hilo empezáis a encontrar conexiones que os llevan a descubrir o a revisionar otras joyas. A mí me ha pasado en varias ocasiones, una de ellas con la premiada creación de Amy Sherman-PalladinoLa maravillosa Sra. Maisel (2017-).

Manhattan, años 50. Miriam, “Midge”, Maisel (Rachel Brosnahan), es una mujer casada, con dos hijos y un piso en un buen barrio. Pero su aparente “vida perfecta” se pone patas arriba cuando su marido la deja por la secretaria. En un arrebato de ira, Midge se emborracha e improvisa un monólogo desternillante en un antro de mala muerte en el que trabaja Susie Myerson (Alex Borstein). Y así es como la Sra. Maisel empieza su carrera en el mundo de la comedia de stand-up.

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Rachel Brosnahan en ‘La maravillosa Sra. Maisel’

Cuando estrenaron la primera temporada, la serie de Sherman-Palladino (Las chicas Gilmore, 2000-2007) cautivó al público por su originalidad, su colorida y detallada puesta en escena y  por el claro mensaje feminista y de denuncia social transmitido magistralmente a través del humor. De las nominaciones que obtuvo en los Emmy en 2018 se llevó los premios de dirección y guión, los de mejor actriz de serie cómica (Brosnahan) y mejor actriz de reparto (Borstein), y el galardón a mejor serie de comedia.

Su banda sonora repleta de clásicos, las pinceladas que evocan el universo de Wes Anderson y su humor picante e irónico hacen de La maravillosa Sra. Maisel una feeling good serie que merece la pena ver. A pesar de llevar tres temporadas sigue manteniendo el nivel y en parte ello se debe a la compenetración del dúo Brosnahan-Borstein. En su camino al estrellato, lleno de altibajos, Midge recibe el apoyo incondicional de Susie, su mánager, pero también de otros personajes como el del célebre y real cómico Lenny Bruce.  

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Rachel Brosnahan y Alex Borstein en ‘La maravillosa Sra. Maisel’

Leonard Alfred Schneider (1925-1966), más conocido como Lenny Bruce, fue un cómico norteamericano de stand-up que empezó su trayectoria en los años 50 en los suburbios de Nueva York hasta convertirse en una leyenda. Para él ningún tema era tabú y sus monólogos satíricos y de crítica social, lo llevaron más de una vez a estar entre rejas. Víctima de la censura y de una vida de excesos, murió de una sobredosis a los 40 años.

Aunque La maravillosa Sra. Maisel se inspira en iconos de la comedia, como Joan Rivers (1933-2014), para construir su personaje, las similitudes entre sus monólogos y los de Lenny son innegables. Tienen la misma esencia. Por eso fue un acierto que la directora decidiese incluir este referente, interpretado cum laude por Luke Kirby, como el “padrino” de su protagonista: él la ayuda a infiltrarse en el mundillo y se convierte en la voz de su conciencia. Y es a través de su historia como encontramos otra perla cinematográfica.

A finales de los 70 el guionista Julian Barry (Love Story, 1970) escribió para Broadway una exitosa obra de teatro inspirada en la vida de Lenny. Años más tarde adaptó su guión a la gran pantalla y se convirtió en Lenny (1974), dirigida por el mítico cineasta y coreógrafo Bob Fosse (1927-1987) y protagonizada por un enorme Dustin Hoffman. La película es un biopic desgarrador sobre la lucha de un hombre contra una sociedad estrecha de miras, que plantea cuestiones como; ¿el humor tiene límites?

Dustin Hoffman en el papel de Lenny Bruce en ‘Lenny’

El largometraje recibió seis nominaciones a los Oscar, dos de las cuales a mejor actor y mejor dirección, pero no ganó ninguno. Era la primera vez que Fosse dirigía una película dramática que nada tenía que ver con los musicales que había hecho hasta ese momento. Sin embargo, al querer alternar este proyecto con los ensayos del musical Chicago (1975)su cuerpo colapsó y sufrió un infarto del que felizmente se recuperó. Este suceso queda plasmado en uno de los capítulos de la miniserie norteamericana Fosse/Verdon (Thomas Kail y Steven Levenson, 2019).

Con Sam Rockwell en el papel de Fosse Michelle Williams como su mujer, la actriz y bailarina Gwen Verdon (1925-2000)Fosse/Verdon es una serie que ha pasado sin pena ni gloria por el catálogo de HBO. La producción, basada en la biografía Fosse (2013) de Sam Wasson, es una aproximación interesante y visualmente atractiva a la relación profesional y sentimental entre ambos personajes y el precio que pagan al entregar su vida al espectáculo. Algunos capítulos son mejores que otros, pero sus protagonistas lo bordan.

Michelle Williams y Sam Rockwell como Gwen Verdon y Bob Fosse en la serie ‘Fosse/Verdon’

La miniserie empieza con Fosse preparando la adaptación a la gran pantalla del icónico musical Cabaret (1972). Ambientada en el Berlín de los años 30, en pleno auge del nazismo, el cabaret Kit Kat Club es un espacio seguro en el que sus miembros intentan distraer a sus invitados de todo lo que está ocurriendo fuera. Entre tanto odio, el escritor británico Brian Roberts (Michael York) conoce a la cantante americana Sally Bowles (Liza Minnelli).

Cabaret reinventó el género musical. Sus coreografías sensuales y los temas que trataba fueron motivo de controversias y alabanzas a partes iguales. A día de hoy es uno de los grandes musicales de la historia del cine, un imprescindible en la lista de cualquier cinéfilo. Y no habría sido lo mismo sin Liza Minnelli, hija de la actriz Judy Garland (1922-1969) y el cineasta Vincente Minnelli (1903-1986), en el rol principal, que le valió el Oscar a mejor actriz y catapultó su carrera artística.

Liza Minnelli como Sally Bowles en ‘Cabaret’

Para acabar de cerrar el círculo encontramos que la serie de la Sra. Maisel recupera la estética de los musicales que dirigió el padre de Liza: Un americano en París (1951), Melodías de Broadway (1953), Bells are ringing (1960)… Aquellas películas llenas de color, en las que todos sonríen y bailan mientras Gene Kelly hace alarde de sus pasos de claqué.