La nostalgia, ese gran motor para la inversión

Me hallaba estos días cavilando sobre qué escribir. Buceando entre las últimas noticias relacionadas con el cine nacional, me topo con una que me deja atónito. Ernesto Sevilla dirigirá (sí, han leído bien) una secuela de la exitosa serie española de los 2000 Camera Café. Protagonizada, obviamente, por Arturo Valls (el a la postre más famoso del por aquel entonces no muy conocido elenco que hizo reír a todos), por Ana Milán (ahora en todos los fregados) y el resto de actores que protagonizaban la serie (Joaquín Reyes, Carolina Cerezuela…).

Es curioso observar el enorme éxito que genera apelar a la nostalgia del espectador para conseguir financiación por parte de las grandes productoras y distribuidoras mundiales en la actualidad (Warner Bros. España está detrás del proyecto, junto a las más pequeñas Estela Films y Pólvora Films). Ejemplos hay mil en el panorama actual, véase con el caso de Amazon Prime Video España y el remake de algunas  Historias para no dormir este mismo año o, hablando de la misma compañía, el caso de El Internado: Las Cumbres.

Parece que la crisis agravada por la pandemia ha llevado a las grandes productoras y plataformas a buscar apostar a tope sobre seguro. Esto mismo se puede apreciar también con la gran apuesta (y su gran éxito) de Netflix con la compra de los derechos de emisión de Aquí no hay quien viva (lleva semanas en el top 10 de series en Netflix España) o la apuesta de Atresmedia por Los Protegidos: El Regreso.

Otro tipo de nostalgia parece estar apareciendo en la actualidad. Podría ser acuñada como nostalgia posmoderna, y es que, por ejemplo, ¿qué podría justificar esas secuelas de Élite (hablo de las Historias Breves como las de Nadia y Guzmán o Carla y Samuel) si no una nostalgia generada al mismo ritmo al que evoluciona todo en las redes sociales y los jóvenes actuales? A todo tren. Si Élite hubiera sido emitida en los 2000 (aparte de otras mil cosas que habrían cambiado), esos spin off habrían llegado mucho después, y no atropellándose con la emisión de nuevas temporadas de la serie original.

Parece que no es momento de arriesgar, y es que las grandes productoras y distribuidoras patrias parecen mirar con cierto recelo a las ideas originales (hay excepciones, como con directores de la talla de Almodóvar, Amenábar o, en otro plano completamente distinto, las comedias de Santiago Segura o las superseries originales de Movistar Plus), buscando asegurar su rédito económico apostando por algo que, al menos, ya saben que ha triunfado en algún momento y que les hará pensar, parece que con razón, ¿por qué no lo va a volver a hacer años después?

Camera Café: La Película llegará a nuestras pantallas en el próximo mes de marzo de 2022. Se me hace muy raro imaginarme otra película española que pueda superarle en taquilla el próximo año, habrá que verlo. Cuenta con todos los elementos que han triunfado en los últimos años en España: es comedia, apela a la nostalgia del espectador (Camera Café, con nada más y nada menos que 530 episodios, fue un gran éxito televisivo hace más de una década), está repleta de caras conocidas

Y ahí es dónde es importante ahondar. Más allá de los ya mencionados Arturo Valls (una de las voces ‘cómicas’ más consolidadas entre el público adulto español) o Ana Milán (cuya fama se ha visto increíblemente relanzada tras la pandemia), el tráiler lanzado por Warner Bros. España nos muestra a una de las caras más conocidas del panorama mediático nacional teniendo un papel aparentemente anecdótico, pero que no aparece de forma aleatoria en el teaser promocional.

Ibai Llanos, el auténtico tótem de la nueva comunicación en español, saldrá en la secuela de una serie… ¡que se comenzó a emitir cuando él estaba en primaria! Obviamente, su elección de casting (no me atrevo a juzgar sus dotes actorales porque todavía no le he visto trabajar en ficción) no responde a otra justificación que no sea la de suponer un reclamo para un público potencial que, quizás, de primeras no estaría interesado en ver la continuación de una serie que veían, muchos de ellos, encunados hace quince años.

Las productoras y distribuidoras no dan puntada sin hilo. Y esto ocurre también más allá de nuestras fronteras. Cristalizado esto en ejemplos como la superproducción que llegará dentro de poco a España, la West Side Story de Steven Spielberg o las infinitas secuelas de Star Wars (la apuesta por una superproducción como The Mandalorian, mismamente) o las continuas revisiones de personajes como Batman o Spider-man.

Parece que el ser humano del siglo XXI tiene una especial predisposición hacia lo nostálgico, hacia lo pasado. Y eso no pasa para nada desapercibido para esos tiburones mediáticos que son las ‘majors’ o las nuevas megaplataformas.