Un año más se acaba y aquí seguimos. Varios años de pandemia después, parece que todo está normalizado y la gente ha vuelto a las salas bajo el reclamo de grandes películas, pero alejadas de la concepción que teníamos de blockbuster. Barbie y Oppenheimer han copado conversaciones, artículos, videos en redes sociales, pero, sobre todo, la taquilla, siendo dos de las películas más exitosas comercialmente del año. De hecho, en contraposición con ellas, el tradicional que se venía haciendo ha fracasado: ya los superhéroes no son sinónimo de éxito, las sagas de acción no atraen al público a las salas -al menos para recuperar dinero y con excepción de John Wick-, la animación Disney ha dejado de ser atractiva. Ahora domina el mítico fontanero de los videojuegos de Nintendo, Super Mario Bros.
Aun así, hemos podido disfrutar de grandes regresos, como el de Brendan Fraser en un papel que le ha valido su primer Oscar a mejor actor por La ballena. Wes Anderson ha hecho su película más marciana -nunca mejor dicho-, pero con todos sus tropos habituales y un elenco de estrellas kilométrico. Scorsese y Spielberg nos han demostrado que aún saben bailar. Woody Allen ha firmado su quincuagésimo largometraje, que parece que será el último. Se ha estrenado la última aventura de Indiana Jones. Y, por si no fuera poco, los nuevos realizadores nos siguen ofreciendo buenos productos para seguir creyendo en el séptimo arte: Paul King con Wonka, Emma Seligman con Bottoms, Rodrigo Moreno con Los delincuentes, Colm Bairead con The quiet girl, entre otros.
También ha sido un buen año para el cine español, algo más calmado que el pasado, eso sí. Almodóvar estrenó un cortometraje de cowboys con Ethan Hawke y Pedro Pascal. Sofia Otero ganó a su corta edad el León de Oro a mejor interpretación femenina en 20.000 especies de abejas. Han debutado en el largometraje nuevas directoras como Jaione Camborda, Estibaliz Urresola, Itsaso Arana o Elena Martín Gimeno. Pablo Berger y J.A. Bayona están triunfando con sus nuevas películas. Y la gran noticia del año: Victor Erice ha vuelto a dirigir tras décadas y ha hecho historia con Cerrar los ojos, su testimonio fílmico, un milagro.
Como cada año, os recogemos el top de las mejores películas de 2023 para nuestro equipo:
5. Babylon (Damien Chazelle)
Abrimos con el mayor descalabro (económico y puede que también artístico, depende de a quién preguntes) de la lista. Damien Chazelle, director de Whiplash (2014) y First Man (2018), se lanzó al vacío a finales del año pasado para hacer lo que podríamos considerar la cara B de La La Land (2016), su multipremiada obra que conquistó los corazones de medio mundo. No obstante, esta mastodóntica bacanal de 3 horas corrió la suerte contraria al ser prácticamente ninguneada por la Academia, además de dividir a la crítica. Alicientes que poco a poco han encaminado a que el público la fuera revalorizando a lo largo del 2023 desde su estreno en enero.
Su director, fijándose en el desenfreno visual del mejor Scorsese y en la erudición sobre ciertos periodos de la Historia de los Estados Unidos del Paul Thomas Anderson más visceral, sitúa la que ya es su cinta más excesiva y ambiciosa en la transición que hubo en la meca del cine de la época silente (bonanza y libertinaje convertidos en elefántica marea de fiestas, drogas y bandas de jazz que tocaban toda la noche) a la sonora (la muerte de la creatividad no industrializada por parte de los ricachones trajeados de esa gran fábrica de los sueños). Con dos megaestrellas como Margot Robbie y Brad Pitt al frente del reparto, Chazelle, más que adherirse a la moda de estos años en la que ciertos directores han escrito sus respectivas cartas de amor al medio (veáse este año Los Fabelman como ejemplo), coge la estructura narrativa del ascenso y caída de sus protagonistas para emborracharla de secuencias memorables y grotescas a partes iguales y terminar de drogarla con la partitura de un pícaro y desatado Justin Hurwitz, sin importar el coma etílico y/o la resaca que todo esto pueda provocar en el respetable. Sin duda, una de las mejores juergas del año.
Crítica de José Luis Prieto Fernández
4. La sociedad de la nieve (J.A. Bayona)
¿Qué nos pasó en la montaña? ¿Qué sentido tiene? J. A. Bayona es un enamorado de las historias de supervivencia, aquellas donde el espíritu humano se ve desafiado al límite y revela su mejor cara. La sociedad de la nieve adapta el libro homónimo del escritor y guionista uruguayo Pablo Vierci que relata el durante y después de los supervivientes del vuelo 517 de la Fuerza Aérea Uruguaya que se estrelló en las montañas de los Andes en 1972. Esta historia se había adaptado hasta en dos ocasiones en el cine (la famosa ¡Viven! de 1993). Sin embargo, Bayona define esta nueva apuesta como un relato no de lo que pasó, sino de lo que les pasó.
Con producción española y rodada gran parte en Sierra Nevada, Netflix compró los derechos de distribución y elevó el presupuesto de la película hasta los 60 millones, el mayor presupuesto de una película española en la historia. Aparte de su alcance mediático (con los Óscars en el horizonte, la película llega fuerte a las shortlists), La sociedad de la nieve es una experiencia que traspasa lo cinematográfico, se aloja en el alma de los espectadores como el frío más absoluto, el mismo que vivieron durante 72 días y 72 noches los sobrevivientes del accidente. Sin duda, estamos ante una de las películas del año. El 4 de enero de 2024 llegará a Netflix.
Crítica de Marina Selene Ramos.
3. Los asesinos de la luna (Martin Scorsese)
Y ya van veintiséis. Martin Scorsese es una locomotora del cine. Vivimos una época donde grandes directores que marcaron una época en los 70 y los 80 empiezan a ceder su brazo antes de cruzar al otro lado. Se dice que un buen director tiene 5 o 6 películas y el resto son forraje, olvidables. Pero Martin no. Los asesiones de la Luna es su última (aunque seguramente no la última que veamos) película. Narra la historia de los asesinatos del clan Osage del noreste de Oklahoma durante la década de 1920 en extrañas circunstancias.
La película es larguísima: son tres horas y media donde la trama, protagonizada por los actores Leonardo DiCaprio y Robert De Niro, se va cociendo a fuego lento, como un caldo que necesita de mimo y sazón antes de disfrutarlo. Con una historia tan larga, la atención podría tender a desviarse; sin embargo, gracias al pulso y la maestría de un director que puede presumir haberlo hecho todo en vida, nos encontramos con una de esas joyas, uno de los últimos destellos de una estrella moribunda que anticipa su fin, pero que nos gustaría que nunca se extinguiera.
2. Barbie (Greta Gerwig)
La película más popular del año se cuela en nuestro top. Es normal. Barbie ha conseguido crear una imaginería alrededor de su película como pocas. Ya existía la muñeca, pero la campaña de marketing desplegada antes de su estreno ha sido lo nunca visto: videos virales, trailers-evento, promoción de la experiencia Barbieheimer -ver ambas películas de seguido en cines-, construir la mansión de Barbie en Florida, sacar la banda sonora. Una locura que hace que se entienda parte de su éxito, porque después funciona como un tiro.
El diseño de producción es algo inimaginable, digno de los musicales clásicos en technicolor y sus momentos más abstractos -véase Un americano en París (Minelli, 1951) o Las zapatillas rojas (Powell, Pressburger, 1948)-, con un Barbieland artificioso, de plástico y maravilloso, lleno de Barbies, Kens y Alan -somos devotos de Michael Cera-. Su mensaje feminista -bastante moderado y superado viendo en las latitudes en el que el movimiento transita hoy en día y que podemos ver en otra divertidísima película de este año como es Bottoms (Seligman)- sabe introducirse muy bien gracias a la comedia distendida y el musical, sin tomarse demasiado en serio y buscando trascender a la cultura popular -como, de facto, ha hecho-. Todo protagonizado por una dupla Margott Robbie-Ryan Gosling dispuesta a hacer que disfrutemos de nuestra vida tal y como somos, sin seguir estereotipos. En nuestros altavoces sigue sonando ‘I´m just Ken‘.
1. Oppenheimer (Christopher Nolan)
Nolan siempre tendrá sus detractores, pero sus grandes obras hacen que estos no sepan cómo reaccionar. Aunque Tenet (2020) generase más división de opiniones, Oppenheimer ha tenido una acogida favorable casi unánime. Y, siendo un género tan difícil como el biopic -en el que se tiende a la homogeneidad, a pesar de ser siempre bien recibido en la temporada de premios-, consigue trascender porque, a través del físico que inventó la bomba atómica, refleja el estado de una humanidad que no sabe en lo que creer, en qué postura posicionarse sobre un arma que promete acabar con todas las guerras, si sentir miedo o alegria. Si como humanos, estamos desafiando a los dioses arrebatándoles su fuego cual Prometeo.
Se vale de unos actores en estado de gracia, con un Cillian Murphy dispuesto a pelear el premio a mejor actor en los próximos Oscar, y de su inconfundible estilo para conseguir que una película de 180 minutos se viva con tesón y sin apartar ni un momento la mirada de la pantalla. Incluso, se atreve a crear un climax justo en la mitad de la película, la explosión de la bomba, una escena que queda para la anales de la historia. Y, aún así, la segunda parte se sigue igual y sin perder un ápice de la energia. Solo un loco estaría dispuesto a hacerlo, y solo un genio lo lograría.
Y a continuación, os dejamos nuestro Top 10:
1. Oppenheimer
2. Barbie
3. Los asesinos de la luna
4. La sociedad de la nieve
5. Babylon
6. Vidas pasadas (Celine Song) Crítica de Marina Selene Ramos
7. La ballena (Darren Aronofsky) Crítica de de José Luis Prieto Fernández
8. Cerrar los ojos (Victor Erice)
9. Asteroid city (Wes Anderson) Crítica de Alejandro Jiménez
10. Robot dreams (Pablo Berger) Crítica de Daniel Grandes