barbie

‘Barbie’, un díptico plastificado

Título original: Barbie

Año: 2023

Duración: 114 min.

País: Estados Unidos

Directora: Greta Gerwig

Guion: Greta Gerwig, Noah Baumbach

Fotografía: Rodrigo Prieto

Música: Mark Ronson, Andrew Wyatt

Montaje: Nick Houy

Diseño de producción: Sarah Greenwood

Reparto: Margot Robbie, Ryan Gosling, America Ferrera, Ariana Greenblatt, Will Ferrell, Kate McKinnon, Michael Cera, Helen Mirren, Emma Mackey, Simu Liu, Alexandra Shipp, John Cena, Connor Swindells, Issa Rae, Rhea Perlman, Kingsley Ben-Adir, Sharon Rooney, Dua Lipa, Scott Evans, Ritu Arya

Compañías: Warner Bros., Heyday Films, Mattel, LuckyChap Entertainment

Distribuidora: Warner Bros

Género: Comedia. Fantástico

Ficha en Filmaffinitty

La sociedad ha ido cambiando desde el nacimiento de Barbie en 1959. La idea de la muñeca más conocida hasta la fecha nació de Ruth Handler ante las nuevas necesidades de su hija Bárbara cansada de jugar con muñecas más infantilizadas y creadas directamente para un cuidado maternal. Y sin saberlo, Handler habría propuesto a Mattel el inicio de una revolución en el mercado de los juguetes debido a que Barbie proclamaba gracias su existencia una declaración de intenciones muy importante. «Tú puedes ser lo que quieras ser»:

Después de 64 años, por increíble que parezca, llega la primera película de Barbie en carne y hueso dirigida por Greta Gerwig y coescrita con Noah Baumbach. La película contiene un prólogo que marcará el tono sátiro de toda la historia convirtiendo el monolito de 2001: Odisea en el espacio (Kubrick, 1968) en una enorme Barbie encarnada por Margot Robbie. La voz en off de Helen Mirren nos lleva hasta Barbieland, ese mundo de ensueño en donde la estética kitch y el humor camp inundan la vida de una muñeca que hubiera sido más subversiva si la visión de John Waters pusiera su enfoque en ella. Pero dejemos esta idea en el cajón de la irreverencia ya que Mattel nunca llegaría a estar preparado para algo así.

Gerwig se apoya en un diseño de producción rutilante para recrear una puesta en escena muy arraigada a la cultura pop. No deja de ser asombroso como refleja a la perfección la imaginación de cualquier niña o niño que desde su habitación hace realidad un mundo inexistente ante los ojos de los adultos. La creatividad va in crescendo hasta que Barbie (Margot Robbie), en mitad de un número musical, verbaliza una cuestión contraria a lo que se espera de ella: «¿Alguna vez habéis pensado en la muerte?«.

Y así, tras diversas señales de humanización expuestas con buenas dosis de parodia, acaba reuniéndose con Barbie Rara (Kate McKinnon en uno de los personajes más originales por ser ese tipo de muñeca que todos y todas hemos llegado a transformar) para comprender que ha de viajar al mundo real para cambiar el rumbo de la historia. Eso sí, Barbie no contaba con la compañía de Ken (Ryan Gosling). Barbie lo es todo sin Ken, pero Ken no es nada sin Barbie.

Independientemente de la imagen en el supermercado de Nicole Kidman en Las mujeres perfectas (Oz, 2004) es imposible reemplazar a Robbie como Barbie en un papel que ha de aparentar sencillez (no confundir con simpleza), jugando con matices nada plastificados. Y de manera similar es lo que hace Gosling al que, recurriendo a una estrofa de Pop de La Oreja de Van Gogh, podríamos definir su talento como artista de la siguiente manera: «Cantas, actúas y pintas. Escribes poemas, todo lo haces bien».

Sin embargo, esta especie de El show de Truman (Weir, 1998) de color rosa acaba mostrando diversas fisuras narrativas irreversibles a causa de una huída manifiesta de cualquier tipo de estereotipo. Barbie necesita de un alegato feminista de mejor calibre, no de un panfleto facilón para ser compartido en un feed de Instagram. El guion de Gerwig y Baumbach parece escrito para Mattel como justificación mediante un discurso reiterativo (afortunadamente en la actualidad es una de las marcas más inclusivas) ante un patriarcado que ha juzgado a los niños que juegan con muñecas y a las niñas que no son como ellas. Pese a ello hay dos momentos de crítica ácida y sutileza muy bien llevados. El primero es una de las frases de un trabajador de Mattel que dice algo como: «Ser un hombre sin poder es ser mujer«. Y el segundo es el primerísimo primer plano de Robbie sintiendo las lágrimas por primera vez mientras observa a una mujer mayor a la que le transmite lo bella que es.

Estamos en un punto clave por lo que importantísimo para la deconstrucción de la sociedad, y todas las propuestas que apuesten por ello han de ser bienvenidas, apoyadas y alababas. Aunque en el caso de Barbie, sus hábiles intenciones se desmontan en una frase final que encamina un nuevo comienzo, pero que inconscientemente sotierra otros de pronta necesidad. Y es una pena . Quien mucho abarca, poco aprieta. 

¿Provocará el estreno de Barbie una gran controversia derivada de los padres y madres más conservadores y reacios a la diversidad? Sería una necedad, porque ser niño o niña significa disfrutar de la vida sin juzgar.

Lo mejor: Margot Robbie y Barbieland.

Lo peor: Una idea sobresaliente que casi suspende en pantalla.

Nota: 6/10