La miniserie Madam CJ Walker: Una mujer hecha a sí misma (Self Made) (2020) narra la vida y la fórmula emprendedora de la primera mujer afroamericana en convertirse en millonaria erigiendo un imperio desde cero. Con la enorme dificultad de hacerlo en el contexto sociohistórico de principios del siglo XX, tras la emancipación de los esclavos negros en Estados Unidos.
Acertadamente, fusiona los elementos propios de la época con toques anacrónicos. En ocasiones utiliza el original estilo de la adaptación moderna de El gran Gatsby. Alternando música hip hop y recreaciones artísticas vintage para rehuir de la convencionalidad y seriedad de ciertas producciones históricas.
Fue toda una revolución empresarial afroamericana, inspirada en la historia de un personaje real, la laboriosa y decidida lavandera Sarah Breedlove (Octavia Spencer). Su historia rebosa audacia y perseverancia, con su trayectoria única en el mundo del emprendimiento y la cosmética capilar.
Una mujer que supo identificar y explotar un enorme nicho de mercado. El negocio de la cosmética destinado a la población afroamericana. El cabello, más que un mero atributo estético, tenía una esencia cultural, especialmente significativo para esa comunidad. El aspecto del cabello se convierte en un símbolo de emancipación y respetabilidad en la comunidad. «El pelo es poder, no te imaginas lo que es perderlo». No en vano la pérdida capilar es actualmente el reclamo de Turquía en pleno siglo XXI.
Recuperar el cabello es recuperar la confianza, una narrativa central en la historia de Sarah. Por lo que acierta apelando a las emociones y sueños, captando clientes sin caer en la burda charlatanería comercial. Vende una idea de prosperidad y autonomía de las mujeres afroamericanas. Un cuidado y buen aspecto del cabello hasta entonces sólo destinado a la clase social y racial privilegiada.
Esta serie explora los desafíos del emprendimiento, la autoestima y el marketing de productos capilares en ese entorno de dificultades económicas y personales. Desde el principio se plantea la idea de si puede una lavandera aspirar a más en el mundo laboral, e incluso adentrarse en el de los negocios. Las barreras sociales y raciales parecen insuperables, pero la determinación de Sarah resulta ser inquebrantable. Su lucha por dejar atrás los estigmas raciales y sociales clarifica que la perseverancia es la clave del éxito. No cejar en el empeño.
La innovación, como en el mundo del marketing digital y la tecnología, es fundamental. Sarah no sólo comprende las necesidades de sus clientes, busca mejorar el producto existente y crea su versión mejorada. Por ello, perfecciona los beneficios y atributos del producto: ingredientes, aroma, textura y color respecto de su competencia directa. Puras técnicas de mercado: diferenciación de producto, publicidad y estrategia de marca. Un alarde de marketing cosmético y habilidades avanzadas para la comercialización.
También se destacan otras lecciones valiosas: la independencia financiera, la importancia de ganar tu propio dinero y forjar tu propio futuro. Estos principios se basan en las relaciones matrimoniales de Sarah. Es así como emerge como una visionaria empresarial, construyendo un imperio sin educación formal, pero con una tenacidad muy loable. Llevándole a idear más allá de lo que podría haber sido un simple negocio local más. En consecuencia, termina por desarrollar una gama completa de productos cosméticos y una implantación a nivel nacional.
En sus comienzos nace como un mero negocio familiar, enfrentando obstáculos y dificultades de todo tipo. La principal, la de la mujer mestiza que le descubrió ese producto y que la minusvalora por tener una tez más oscura y una condición sociolaboral menor. Terminará por convertirse en su rencorosa archienemiga y competidora comercial. Por supuesto, el ascenso en el negocio no le resultó nada fácil en otros aspectos: traslado de ciudad, superar inconvenientes de todo tipo, reticencias y traiciones en su propio seno familiar…
No obstante, merced a sus buenas ideas de negocio y empeño consigue emprender con éxito. Implementa una buena idea de negocio, y una buena promoción con un diseño atractivo. Un folleto publicitario de la Walker Hair Company, un buen envase, e incluso una fuerza de ventas con argumentario completo. Inspirada en el éxito de ventas literario «para su gente»: ‘El negro emprendedor‘, fuente clave de inspiración. Otro punto destacable de la expansión del negocio, pese a los desafíos logísticos y financieros, fue su perspicacia a la hora de obtener recursos. Arriesgando y procurando convencer a inversores y lograr apoyos en la comunidad de figuras sociales y hombres de negocio.
Además de todas las lecciones empresariales, el emprendimiento y la discriminación racial, también aborda otros temas transversales. Como es el caso de la homosexualidad femenina, los prejuicios sobre las mujeres en los negocios y los estándares de belleza eurocéntricos. El machismo imperante y un cierto auge del feminismo, en una sociedad cambiante con un sector de la población que hasta hace bien poco estaba totalmente marginado (y esclavizado). La visita de Sarah a Harlem en 1913, es una muestra del progreso y las posibilidades que puede brindar el futuro.
Se puede concluir que esta historia de Madam CJ Walker no sólo es un relato de éxito empresarial, sino un tributo a la lucha, la determinación y la capacidad de cambiar paradigmas en una época de adversidades. Puede sorprender el hecho de que durante el siglo pasado se produjeran tales avances con claros retrocesos posteriores. Por ello, su historia es un buen legado para inspirar en lo relativo al éxito emprendedor, y en las mejoras sociales como la abolición de la segregación racial o el papel social de la mujer y en el mercado laboral.
Pero de lo que no cabe ninguna duda, es un magnífico ejemplo de los beneficios de aplicar una acertada planificación y estrategia de marketing a un negocio.