Crítica – ‘La clásica historia de terror’

Título original: A Classic Horror Story

Año: 2021

Duración: 95 min.

País: Italia

Dirección: Roberto De Feo, Paolo Strippoli

Guion: Lucio Besana, Roberto De Feo, Paolo Strippoli, Milo Tissone, David Bellini

Música: Masssimiliano Mechelli

Fotografía: Emanuele Pasquet

Reparto: Matilda Anna Ingrid Lutz, Francesco Russo, Peppino Mazzotta, Will Merrick, Yuliia Sobol, Alida Baldari Calabria, Cristina Donadio, Francesca Cavallin, Justin Korovkin

Productora: Colorado Film Production, Apulia Film Commission, Netflix. Distribuidora: Netflix

Género: Terror. Thriller | Sobrenatural

Ficha en Sensacine

Cuando se publicita una película comparándola con dos grandes títulos del género, es normal que llame la atención y que todos los ojos se posen sobre ella. Por eso, decir que La clásica historia de terror, la película de Roberto De Feo y Paolo Strippoli, es una mezcla macabra entre Midsommar y La matanza de Texas hizo que las expectativas sobre la película italiana aumentaran con cada avance que nos ofrecía Netflix.

La clásica historia de terror nos cuenta la historia de cinco desconocidos que viajan en una autocaravana. Pronto el viaje se tuerce tras un accidente, pero, en lugar de seguir en la carretera, se despiertan en medio del bosque y al lado de una casa de aspecto siniestro. Sin saber cómo han llegado ahí, deberán averiguar cómo salir del bosque con vida.

Fotograma de 'La clásica historia de terror'
Fotograma de ‘La clásica historia de terror’

La película arranca al más puro estilo del slasher, presentando a personajes que, aunque más adelante se le intente dar más profundidad y complejidad con la intención (o no) de trasgredir los estereotipos propios del género, sabemos claramente cuál es su rol y el destino que les depara. Y así se cumple. Sin embargo, la película pronto da un giro hacia el folk horror para abordar elementos propios de Italia de lo más interesantes. Pero no es lo único que abarca porque en La clásica historia de terror hay cabida para todo, habiendo lugar también para el gore y el metacine.

A medida que la película avanza, los personajes se ven inmersos en una atmósfera más oscura y asfixiante que provoca que la tensión vaya in crescendo, donde a poco a poco se va conociendo la leyenda y todo el peligro que supone para los personajes. A esto ayuda el gran uso del sonido y la magnífica fotografía, que recurre a unos tonos rojos y azules y la estilización de la imagen. La película no escatima en escenas perturbadoras, violentas y explícitas; pero en algunos momentos peliagudos usa el fuera de campo para no recrearse en el morbo.

Fotograma de 'La clásica historia de terror'
Fotograma de ‘La clásica historia de terror’

Hay situaciones que resultan familiares. Y es que La clásica historia de terror, como bien indica su título, recuerda a otras que ya hemos visto, llegando incluso a calcar planos. Hay un sinfín de referencias a grandes títulos, los ya mencionados antes y otros como El ritual, Las colinas tienen ojos, El hombre de mimbre, Posesión Infernal y La cabaña en el bosque. Es por eso que la película por momentos carece de personalidad, aunque luego haga una interesante reflexión sobre el estado del género de terror en Italia y cómo los espectadores, insensibilizados, exigen ver cada vez más escenas violentas.

La película mantiene el ritmo y la intriga durante el primer y segundo acto, pero es en el tercero cuando se desinfla. Es posible que se necesite un segundo visionado, o simplemente estar muy atento, para darse cuenta de que hay elementos sutiles que preparan al espectador y a los personajes para el giro final. El más espabilado pillará rápido de qué va el juego y se anticipará a ello, pudiendo decir que ha sido demasiado predecible. Pero eso queda en manos del espectador, sin embargo, el giro no resulta tan efectivo.

En definitiva, La clásica historia de terror, aunque no está a la altura de las expectativas que había sobre ella, cumple su cometido y acaba siendo una película entretenida, dando en su justa medida una buena dosis de terror, tensión y sangre.

Lo mejor: el buen uso del sonido y la magnífica fotografía.

Lo malo: aunque mantiene el ritmo y la intriga durante el primer y segundo acto, en el tercero se desinfla.

Nota: 6/10