Las cinco mejores películas del nuevo extremismo francés

Con el reciente estreno de Marianne, la nueva serie de terror francesa de Netflix, los ojos vuelven a posarse en las producciones de terror del país y creo que es la excusa perfecta para hablar de aquella corriente tan transgresora que llegó a comienzos de siglo: el nuevo extremismo francés.

Hace unos años se estrenaban Crudo y Revenge, dos películas que, aunque distintas en cuanto a historias, tienen algo en común: violencia y grandes cantidades de sangre. Pronto se las asoció con esta corriente, sin embargo, las películas más crudas se hicieron unos años antes en pleno apogeo de la nueva ola francesa.

El término de “nuevo extremismo francés” fue acuñado por el crítico James Quandt de manera despectiva para referirse a una exhibición de atrocidades; sin embargo, los directores de esta corriente abrazaron el término y lo convirtieron en su bandera. Y es que les va que ni pintado, ya que son películas que ponen a prueba el estómago de cualquiera.

Las películas del nuevo extremismo francés son una mezcla de slasher, gore y torture porn donde se exponen las facetas más viscerales del ser humano, cuya finalidad no es entretenernos, sino mostrarnos las cosas de la manera más cruda posible, sin ningún tipo de sutilezas.

A continuación, haré un repaso de las 5 mejores películas (y también las más representativas):

Mártires (Pascal Laugier, 2008)

Seguramente cuando piensas en nuevo extremismo francés esta es la primera película que se te viene a la cabeza. No por nada, la película de Pascual Laugier es el máximo exponente de esta corriente, también la más violenta y sádica. Retorcida y malsana, Mártires cuenta la historia de Lucie (Jessie Pham) y Anna (Morjana Alaoui), dos jóvenes que irrumpen en una casa para vengarse de aquellas personas que encarcelaron y torturaron a la primera cuando era pequeña. Sin embargo, pronto se toparán con la gente equivocada que les hará partícipes de su macabro experimento. Además, tiene uno de los finales más impactantes del género.

Martires
Fotograma de ‘Mártires’

Frontière(s) (Xavier Gens, 2007)

Mientras que Mártires se mueve en un terreno existencialista, Frontière(s) toma como contexto la crispación social y política del auge de la extrema derecha en Francia. Se podría decir que se parece a La Matanza de Texas, sin embargo, la principal diferencia es que la película de Xavier Gens alcanza unos niveles de violencia sin precedentes. Durante las protestas por las elecciones francesas, un grupo de jóvenes decide cometer un robo. Se alejan de la ciudad en busca de un lugar donde refugiarse, pero acabarán en un hostal donde se toparán con una familia de neonazis que los someterá a todo tipo de vejaciones.

Frontière(s)
Fotograma de ‘Frontière(s)’

À l’intérieur (Alexandre Bustillo, Julien Maury; 2007)

Es navidad. Mientras que en la calle reina la violencia por las protestas, Sarah (Alysson Paradis), que está embarazada, se queda en su casa sola esa noche. Sin embargo, pronto su tranquilidad se verá amenazada por una mujer (Béatrice Dale) que quiere irrumpir en su casa para llevarse a su hijo no nato. À l’intérieur es un home invasion perverso que lleva el horror y el gore al extremo. Es incómoda y dura de ver, sí, sobre todo por la crueldad y brutalidad con la que esta mujer invade la casa y cuerpo ajenos.

À l'intérieur
Fotograma de ‘À l’intérieur’

Alta tensión (Alexandre Aja, 2003)

Marie (Cécile de France) va a la granja de los padres de su amiga Alex (Maïwenn Le Besco) para poder estudiar tranquilamente. Sin embargo, al más puro estilo slasher ochentero, un asesino irrumpe en la casa para acabar con todos los que se encuentran en ella. Es una persecución asfixiante y violenta que va a ritmo de New Born de Muse. Pese a ese giro final, que a pocos gustó, Alta tensión es digna de ser considera una de las mejores cintas del nuevo extremismo francés, donde la mezcla de gore y terror psicológico dan un resultado interesante.

Alta tensión
Fotograma de ‘Alta tensión’

Trouble every day (Claire Denis, 2001)

Placer y dolor, sexualidad y canibalismo. Porque Trouble every day habla del deseo por la carne, no solo en sentido sexual, sino también de manera literal. Si la racionalidad es la esencia del ser humano, aquí se pierde por completo para satisfacer un deseo primitivo y animal por devorar la carne humana. Shane (Vincent Gallo) y Coré (Béatrice Dalle) se conocieron hace años, ahora él vuelve a Francia para buscarla porque ambos comparten su deseo por la carne humana, una enfermedad que los consume y lleva a la locura.

Trouble every day
Fotograma de ‘Trouble every day’