Título original: Yi Miao Zhong
Año: 2020
Duración: 104 min.
País: China
Dirección: Zhang Yimou
Guión: Zhang Yimou, Jingzhi Zou
Música: Lao Zai
Fotografía: Zhao Xiaoding
Reparto: Yi Zhang, Fan Wei, Li Xiaochuan, Yu Ailei, Yan Li, Liu Yunlong
Productora: Coproducción China-Hong Kong; Huanxi Media Group
Distribuidora: Vértigo Films España
Género: Drama Histórico
—
Hay películas que, por el contexto social, político o histórico en el que son producidas, son un verdadero milagro en el caso de que lleguen a estrenarse. One Second, la nueva película del director chino Zhang Yimou, es un claro ejemplo de ello. Tras haber sido la cinta inaugural del Festival de San Sebastián en 2021, la obra llega a nuestras salas después de una verdadera odisea en la que ha debido esquivar la censura del gobierno del país del lejano oriente.
Tras haberse pospuesto su estreno (previsto para el festival de Berlín de 2019) en numerosas ocasiones y haber pasado por la trituradora de la censura del gobierno chino, la última obra del director chino más internacional (junto a Wong Kar-wai) del presente siglo ha podido ver la luz. ¿La razón de tanto interés del gobierno chino por controlar lo que se ve, y lo que no, en el último trabajo de Yimou? La proyección internacional del director de, entre otras, películas como Hero teniendo en cuenta el tema que aborda en One Second, el de la Revolución Cultural China (1966-1976).
Lo que nos ha llegado, tras su paso por las manos de los censores chinos, es una película realmente bella en la que se reivindica el papel del cine como un arte que va mucho más allá de lo superficial. El cine es, en One Second, una herramienta de hermanamiento, de disuasión y, sobre todo, capaz de unir familias que se creían totalmente destruidas y separadas.
Yimou logra construir una cinta evocadora, capaz de hacer al espectador sentir a flor de piel y empatizar, sobre todo, con su personaje principal. Una de las comparaciones más sencillas que salen al terminar de ver la película es ese trasfondo que comparte con Cinema Paradiso en cuanto al amor al cine que transmiten ambos filmes, pero, en el caso de One Second, estamos ante una obra distinta, en la que el cine es un vehículo y un medio, no un fin, como en el caso de la obra de Tornatore.
Un padre realizará un viaje detrás de una película que van a proyectar en un pueblo cercano, teniendo que atravesar un árido desierto, ya que le han llegado noticias de que en el noticiero que precede a la proyección del filme (una especie de NODO), aparece su hija, a quien daba por muerta. Esa es la premisa de la historia que cuenta Yimou (en una adaptación de una novela de Geling Yan) y en la que nos deja imágenes que son verdadera poesía para cualquier amante del cine.
Por temas de la censura o no, el mensaje de Yimou va perdiendo fuerza desde la mitad de la película. Su intenso comienzo se va diluyendo en un concatenación de escenas repetitivas en las que la potencia de sus imágenes no concuerda con la fuerza narrativa y simbólica a la que debería llegar la historia. El mensaje se va diluyendo en un formalismo brillante pero que acaba por dejarte algo frío.
One Second recoge muchas de las virtudes de Zhang Yimou (su maestría visual y su capacidad de evocar sensaciones) pero todas ellas se ven abocadas al bajón final que supone un epílogo demasiado acelerado para el ritmo, acertado en la mayoría, del resto de la película, y que no hace más que restar misticismo y emotividad a la obra.
Esta epopeya fílmica llega a nuestras salas el 15 de octubre de la mano de Vértigo Films España y, desde luego, vale la pena para todos aquellos amantes del cine asiático y del metacine.
—
Lo mejor: El mensaje de amor al cine que transmite.
Lo peor: Sus dejes repetitivos y su epílogo atropellado que resta empaque a la obra.
Nota: 6,5/10