Título original: Kaibutsu
Año: 2023
Duración: 126 min.
País: Japón
Dirección: Hirokazu Koreeda
Guion: Yuji Sakamoto
Música: Ryūichi Sakamoto
Fotografía: Ryûto Kondô
Reparto: Soya Kurokawa, Hiiragi Hinata, Sakura Ando, Eita, Yûko Tanaka.
Productoras: Toho, Gaga Communications Inc, AOI Pro, Fuji TV, Bun-Buku.
Género: drama
Ficha completa en FilmAffinity
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Parece que los monstruos siempre han permanecido escondidos entre los rincones más oscuros e inhóspitos de los cuentos de fantasía. Sin embargo, los monstruos también existen y están entre nosotros. Pero ¿cómo definimos cuáles son las características que convierten a alguien o no en estas temibles criaturas? Y lo más importante, ¿quién está legitimado a señalarlos directamente? Hirokazu Koreeda explora estas cuestiones en Monstruo, un laberíntico drama que descubre por capas la compleja historia de Minato y las personas que le rodean.
El director nipón regresa a Japón después de rodar sus últimos proyectos en el extranjero. Con Un asunto de familia (2018) y Broker (2022), Koreeda sigue una estela temática similar que indaga sobre la dicotomía entre la familia biológica y aquella que elegimos por decisión propia. Con Monstruo, se desvincula de ello y apuesta por una historia más ambiciosa a nivel temático, más oscura y, sobre todo, más tramposa para el espectador.
Monstruo nos presenta a una madre soltera que comienza a preocuparse ante el errático comportamiento de su hijo Minato. Las cosas parecen que no van bien en la escuela y decide indagar para llegar hasta la raíz del asunto. Las malas prácticas de un profesor parecen ser la causa de los inexplicables cambios en la conducta de Minato. Es entonces cuando su madre exige al colegio que investigue cuál es la verdad detrás de todo lo que le está ocurriendo a su hijo.
Precisamente es el descubrimiento de esta verdad lo que vertebra la estructura de este relato. Es la primera vez que Koreeda delega por completo la labor de guion a otra persona. Yuji Sakamoto es quien firma una historia en la que opta por un arriesgado mecanismo narrativo, el cambio de punto de vista. De esta forma se articula una historia que se va desenvolviendo progresivamente y dejando a la luz las capas y capas de lo que realmente les ha ocurrido a estos protagonistas.

Podemos decir que Koreeda y Sakamoto «engañan» al espectador con una fórmula narrativa como esta, pero lo hacen para romper las expectativas que vamos formando sobre estos personajes y sus acciones. Es un mecanismo que, de cierta forma, nos empuja a caer en el error de precipitarnos a la hora de juzgar a los protagonistas, de los que poco a poco vamos descubriendo matices muy interesantes. Como espectadores, Koreeda nos obliga a tomar una posición activa e ir armando este puzle que va a revelar una compleja historia que en el fondo habla de muchas cosas. La culpabilidad, la vergüenza, la fuerza de la amistad o las falsas apariencias se van abriendo paso para descubrir el verdadero misterio que esconde Minato.
Este drama va mutando a ratos en un thriller que se sostiene sobre los secretos que cada personaje oculta. Todo ello para desembocar en un relato mucha más íntimo y naturalista que se acerca al estilo al que nos tiene más acostumbrados su director. Aunque con un trazo más oscuro, el director nipón no deja de regalar de nuevo una historia luminosa y humanista. Un relato que invita a empatizar, a no juzgar de forma precipitada y cuestionar si realmente la monstruosidad se haya en aquellos sitios donde nos quieren hacer creer que se encuentra.
En definitiva, Monstruo es una de esas películas de la que es mejor no saber demasiado. Es recomendable dejarse engañar por su forma e ir descubriendo a unos personajes llenos de áreas grises y a los que hay que aprender a mirar desde varias perspectivas. Koreeda puede haber sido más o menos embustero con las intenciones de cada punto de vista, pero está claro que ha creado una magistral historia que invita a la empatía y a la esperanza.
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Lo mejor: una elección formal sugerente para descubrir una lectura empática y luminosa sobre la forma de juzgar a las personas.
Lo peor: sentirnos de cierta forma manipulados a la hora de ir descubriendo la historia.
Nota: 8/10