jonny greenwood

Jonny Greenwood, de Radiohead a los Oscar

En el gran mundo de la composición de las bandas sonoras existe un hombre que no siempre estuvo ahí. Un hombre que en 2021 hizo nada más y nada menos que la banda sonora de tres de las grandes películas del año. Todas ellas bien diferenciadas y con grandes ideas que nos transportan a universos musicales complejos y variados. Os hablo de un compositor que antes de ser compositor ya era conocido como músico y artista. Hoy nos detenemos a hablar sobre quién es Jonny Greenwood, esa figura fascinante de la música que lo está dando todo para hacerse un hueco en la industria del cine.

Radiohead

Jonathan Greenwood (Oxford, 1971) empezó su estudios de música con tan solo cinco años y con menos de 20 años ya formaba parte de la banda Radiohead. Aunque hoy en día le conocemos por sus dotes como guitarrista, en un primer momento entró al grupo como teclista. Realmente, el joven Greenwood podía tocar el instrumento que quisiese, ya que aprendía con facilidad el oficio de la música. El artista formaba parte del grupo junto con su hermano mayor (Colin Greenwood), Thom Yorke, Ed O’Brien y Phil Selway. A pesar de ser el último en integrarse a la banda, siempre se ha dicho que él era una de las cabezas creativas del grupo. Su agresividad a la hora de tocar en el escenario y la forma con la que experimenta con la música le ha hecho convertirse en una de las personas más intrigantes de la industria de la música.

jonny greenwood
Créditos: Getty Images

Sus inicios en el cine

Por otro lado, en 1998 se introdujo por primera vez en el cine y participó, junto a Thom Yorke, en la banda sonora de la película Velvet Goldmine (Todd Haynes, 1998), un filme que pretendía ser un biopic sobre David Bowie, pero que por la negativa de la estrella del rock se acabó convirtiendo en una película con dos personajes ficticios, aunque influidos por las figuras de Bowie y de Iggy Pop. Sin embargo, no sería hasta 2003 que se adentraría en el mundo del cine como solista poniéndole música al documental experimental Bodysong (Simon Pummell, 2003) con un álbum instrumental. Este fue el primer álbum de Greenwood como solista. Pero, ¿cuándo empezó realmente a hacer bandas sonoras de películas más convencionales?

En 2004 tuvo una pequeña aparición en Harry Potter y el cáliz de fuego, como parte de un grupo de música que tocaba en el baile de Navidad que organiza la escuela de Hogwarts. Pero no será hasta 2007 que Jonny Greenwood empezaría su relación con el prestigioso director estadounidense Paul Thomas Anderson. Su primera colaboración fue en Pozos de ambición (2007),  con la que recibió un gran número de nominaciones, aunque no a los Oscar, ya que la Academia le negó su participación por contar con una pieza compuesta previamente.

Este sería el inició de una gran relación director-compositor que le llevaría a realizar la banda sonora de grandes películas como The Master (2012) o Puro Vicio (2014), hasta culminar con la que es hasta la fecha una de las mejores bandas sonoras hechas para una película: El hilo invisible (2017). Por esta película recibiría su primera nominación a los Oscar, aunque Alexandre Desplat se le arrebató el premio por la banda sonora de La forma del agua (Guillermo del Toro, 2017).

Su gran año de bandas sonoras

Ese mismo año también compuso la música de En realidad, nunca estuviste aquí (Lynne Ramsay, 2017), con la que se haría con el premio de Mejor música en los BIFA, y no volvería a componer para una película hasta 2021. Mereció la pena la espera porque en 2021 nos llegaron tres (¡TRES!) bandas sonoras de su propio pulso. Casi nada. La primera de ellas se trata de la última colaboración con Paul Thomas Anderson en Licorice Pizza, que cuenta la historia de amor (o amistad) entre Alana Kane y Gary Valentine (que parten de las anécdotas del actor-productor Gary Goetzman) en el valle de San Fernando (Estados Unidos) a principios de los setenta. Sin embargo, su participación en esta película se reduce a una sola pieza contemporánea, ya que la banda sonora está formada por los grandes éxitos de los años setenta.

Muy afortunadas son las personas que pudieron disfrutar en Venecia de las otras dos bandas sonoras del compositor británico. Todo aquel que saliese de la sala de cine, ya fuese de ver El poder del perro (Jane Campion, 2021) o Spencer (Pablo Larraín, 2021) comentaba la banda sonora de estas películas para (¡SORPRESA!) darse cuenta de que Jonny Greenwood estaba detrás de las partituras.

Segunda nominación al Oscar

Aunque debería haber estado nominado a los premios de la Academia de esta edición por ambas películas, El poder del perro ha sido la que finalmente ha sido nominada. Por lo tanto, se trata de su segunda nominación al Oscar después de El hilo invisible. La última oelícula de Jane Campion es una película que  busca enfrentarse con el espectador desde la sutileza y plantearle un juego de intriga y misterio. Es esencial la banda sonora de Jonny Greenwood en esta película, ya que Campion busca una atmósfera de thriller con el imaginario de un western. El compositor aporta a la historia un aura de misticismo basado en el contraste de melodías y de instrumentos de cuerda que se repiten y repiten y repiten hasta mezclarse con un viento metal que nos atraviesa de oreja a oreja.

Greenwood lo tiene complicado (pero no imposible). A pesar de sus grandes aportaciones a las bandas sonoras de los últimos años, compite ahora contra Alberto Iglesias (Madres paralelas), Nicholas Britel (No mires arriba), Germaine Franco (Encanto); y el favorito para ganar la categoría, el ya multinominado (y una vez premiado) Hans Zimmer (Dune).

Spencer: terror a través de la música

Sin embargo, si alguien me preguntase por mi banda sonora favorita de este año tendría que responder con una de las que no están nominadas. Jonny Greenwood culmina su año con una banda sonora experimental y visceral para la fantástica Spencer. Una película que busca meterse en la cabeza de Lady Di y en su agonía los últimos tres días de Navidad en la Casa de Winsor junto con la Familia Real. Todo un espectáculo de jazz psicodélico que se mezcla con el estilo barroco para crear un caos que eleva a la obra del director chileno a película de terror. De hecho, más que ser un biopic de Lady Di, Spencer se trata de un estado mental en el que recae todo su peso sobre Kristen Stewart (única nominación a los Oscar) y su asfixiante banda sonora.

Polémica

Cruzamos los dedos por Greenwood (o por nuestro paisano Alberto Iglesias) de cara a la madrugada de este domingo 27 de marzo. Y si no lo gana, no pasa nada, podremos escucharle más adelante con otras bandas sonoras igual de fascinantes. De todas formas, no tendremos la oportunidad de ver cómo se otorga este premio durante la gala. Este año, la Academia de Hollywood ha tenido la brillante idea (nótese la ironía) de no televisar algunos de los premios, entre ellos el de Mejor Banda Sonora, para optimizar así el tiempo de la gala. Esto ha creado cierta controversia entre los seguidores de la gala y los propios artistas involucrados. Las ocho categorías desterradas serán anunciadas antes de que dé comienzo la gala. Después, durante la ceremonia, se emitirán las reacciones de los premiados, que habrán sido grabados anteriormente.