American actor Michael Keaton on the set of Batman Returns, directed by Tim Bruton. (Photo by Warner Bros. Pictures/Sunset Boulevard/Corbis via Getty Images)

Cuenta atrás para ‘The Batman’: Tim Burton y el Batman gótico de los 80

El color y la parodia del Batman de Adam West serán sustituidas en la década de los 80 por una oscuridad que nos dará por primera vez al Caballero Oscuro que actualmente conocemos.

Un Hombre Murciélago atormentado, profundo e incluso grotesco, con una estética más propia de un demonio que de un héroe, Batman empieza a renacer de la mano de Tim Burton en el cine y Frank Miller en el cómic.

Durante los años 80, DC Cómics renovó todo su universo superheroico adaptándose a las exigencias de un público adulto que ya no se sentía identificado con sus personajes. El cambio se produjo gracias a una nueva oleada de guionistas y dibujantes que supieron adecuar el imaginario de la editorial con el espíritu de los tiempos modernos. Entre los autores más reconocidos se encuentran los británicos Alan Moore, Grant Morrison, Dave Gibbons y el ya citado estadounidense Frank Miller.

En 1986 se publica El regreso del Caballero Oscuro, escrito y dibujado por Miller. La historia nos muestra a un Bruce Wayne que abandona la lucha tras la muerte de Robin y como la retoma a sus 55 años. El carácter profundo y misterioso del nuevo Batman despertó de nuevo el interés por la figura del Hombre Murciélago y relanzó considerablemente las ventas.

Batman era más oscuro que nunca, y se ponía en duda su condición de héroe. Batman, ahora sí, daba miedo, su principal arma. 

Miller muestra a un Batman viejo y algo más lunático que antes. Esa confusión psicológica lo muestra también su traje y fisionomía ya que el escritor rompe así con el arquetipo de superhéroe joven, atractivo y atlético. Ahora el Caballero Oscuro se muestra de forma aterradora, robusta y vieja, mostrando de la manera más siniestra hasta entonces el lado más oscuro del héroe.

Esta nueva visión en los cómics dará lugar al nacimiento del Batman del director de Bitelchus (1988) y The Nightmare Before Christmas (1993). Tim Burton recogerá esa oscuridad del personaje y lo trasladará a su mundo expresionista y de criaturas fantásticas llenas de traumas personales, dándole una particular versión que no desencantó al público.

Batman
Michael Keaton como Batman en la versión de Burton en 1989

El personaje se va haciendo cada vez más complejo y oscuro. Esta idea se ve en el mismo traje, éste con la llegada de Burton, cambia la lana por el cuero, muy de moda en los 80. El único atisbo de luz se centraba en el símbolo (ya clásico) amarillo del murciélago en el pecho. Una metáfora de un Batman depresivo sin mucha suerte en sus relaciones sociales, tanto como Batman como Wayne.

En 1989 (Batman) y 1992 (Batman Vuelve) Batman, interpretado por Michael Keaton, se introduce en un mundo gótico, deforme, monstruoso y terrorífico. Al igual que el personaje, la ciudad sufre también cambios con respecto a la serie de los 60. Esta interpretación es una oda a la decadencia, los contrastes y la suciedad de una sociedad podrida, hipócrita y marginal. Una visión que ha llegado hasta nuestros días; Joker (2019, Philips).

Para Tim, Batman y la ciudad de Gotham son uno. Para poder transmitir la idea de su Hombre Murciélago, era necesario que la ciudad de los Wayne fuera un personaje más. Logra crear así una atmósfera donde lo que se sugiere es más poderoso que lo que se muestra. Lo misterioso se apodera del personaje y la ciudad, recogiendo la idea del cine expresionista de Fritz Lang (Metrópolis, 1927), al igual que se toma de ésta la idea de ciudad-engranaje como valor negativo de una nueva civilización.

Batman pasó a ser un personaje para los niños de los 60, a una sombra siniestra que entusiasmaba a los adultos de los 80. El público que se inició en las aventuras del Caballero Oscuro con Adam West, eran hijos de su tiempo, y su tiempo exigía un grado de madurez en las historias propias de un público más exigente.

El cuero, los villanos como animales grotescos e incomprendidos; Catwoman (Michelle Pfeiffer), Pingüino (Dani De Vito), y una ciudad decadente llena de contrastes, crearon la versión que más ha durado en el tiempo. Elementos de ese Batman todavía son palpables en las versiones más actuales de Christian Bale, Ben Affleck e incluso en el que veremos en pocas semanas, Robert Pattinson. La seriedad y desinterés de un Bruce Wayne que juega con su doble personalidad sin apenas carisma, es la seña de identidad de un Batman que no pasa de moda porque es hijo de su tiempo. Como su público, como las ciudades de un mundo que ya puede ser la Gotham misma, y con unos personajes secundarios que representan nuestros miedos y los de nuestro Hombre Murciélago.

Esta versión de Burton fue tan exitosa, no solo por los millones recaudados, sino por la vuelta de una esencia perdida del personaje. Esta esencia se convirtió en un clásico y este clásico, siendo fiel a dicho concepto, ha sido homenajeado en las posteriores versiones. Tanto, que el público ya no quiere más referencias. Ahora pide, exige, la vuelta de Michel Keaton.

Y volverá. Porque para él y para muchos, es el verdadero ¡Batman!