Crítica- ‘Underworld IV: El despertar’



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Título original: Underworld Awakening

Director: Björn Stein y Mans Marlind

Año: 2012

Género: Acción y terror

Duración: 88 minutos

Idioma: inglés

Reparto:Kate Beckinsale, Michael Ealy, India Eisley, Stephen Rea, Theo James, Charles Dance

Fotografía: Scott Kevan

Música: Paul Haslinger

La cuarta entrega de la saga Underworld llega esta vez para contar como después de haber pasado quince años en un estado similar al coma, la vampiro Selene (Kate Beckinsale) descubre que tiene una hija de catorce años, mitad vampiro y mitad licántropo y cuando consiga encontrarla, tendrá que evitar que Biocom, una empresa, cree una raza de Súper-Licántropos que acabaría con ellas.

Como siempre, la ficción continúa con su línea de guerra, venganza y supervivencia. Sin embargo, se caracteriza por algo distinto, Underworld IV se diferencia de las anteriores entregas gracias a un personaje muy importante: la hija de Selene y Michael, una adolescente criada en cautividad que poco sabe de su naturaleza híbrida. El tinte oscuro pero sobre todo la acción sobresalen en esta entrega, mezclando este aspecto, que acompaña a la saga desde sus inicios, con la extraña y sobrecogedora relación de la protagonista con su hija, obtenemos una película que supera con creces a Underworld III.

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Hija híbrida de Selene y Michael Corvin

No obstante, a pesar de ser esta una entrega más dinámica y sentida, la historia central, los orígenes de la guerra milenaria entre licántropos y vampiros se ven un tanto difuminados por el contexto, ahora se encuentran en una era en la que los humanos conocen la existencia de estas criaturas, donde la tecnología y la ciencia avanzan en su contra. Sin duda, Kate Becksinsale es uno de los grandes pilares del filme, la dureza y la frialdad de sus actos desde la primera entrega siempre han resaltado, pero verla compaginando sus deberes como guerrera de la muerte y madre es atrozmente encantador.

Por su parte, India Eisley, la actriz que interpreta  Eve,  la hija de Selene, mitad vampiro mitad licántropo, deja ver a los 30 segundos de interpretación los tormentos y anhelos de su personaje; con un diálogo escaso pero potente, la híbrida adolescente consigue crear momentos cargados de fuerza, verdad y dolor. Tanto ella como su procuradora madre llevan a cabo las vendettas más originales y exultantes de la película. El actor Kris Holden-Ried se unió al reparto de Underworld IV, el súper licántropo modificado genéticamente para ser indestructible, no brilló en esta ocasión, acostumbrado ya a interpretar a esta mítica criatura, por ejemplo, en la serie canadiense Lost Girl sirvió para ser víctima de los efectos especiales, pudiendo disfrutar más del hombre lobo gigante que del propio Ried.

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Un celuloide sumido en las prácticas más sangrientas y sombrías, que en un principio sitúa al espectador en un escenario gélido, logra que al final se prendan todas las alarmas: mucha acción, sentimientos encontrados, desafíos y una lucha. «Es como ponerte tu vestido de boda, o tu uniforme de escuela, es como una sensación de viaje en el tiempo” afirmaba Beckinsale sobre volver a ponerse en la piel de la vampira.

Además de ser la primera película de la franquicia en ser filmada en formato 3D, dirigida por los suecos Mans Marlind y Björn Stein, cuenta con un elemento clave: la banda sonora. La música que acompaña la trama es excelente, y no podría ser otro género que el pop-rock el que se uniese a la historia. Grupos y artistas de reconocido prestigio como The Cure, Linkin Park, Evanescence, Ministry o William Control  son los que pueden escucharse en el CD  ‘Underworld: awakening original motion picture soundtrack’, creado para recopilar la banda sonora de la cuarta entrega.

En definitiva, una película enérgica y decidida que gustará a sus fieles seguidores y enganchará a más de un despistado, y es que la larga guerra entre licántropos y vampiros aún no ha terminado.

Nota: 7,75

Lo mejor: el nuevo enfoque

Lo peor: La historia original queda en segundo plano