Pilar Palomero. Crédito: Jorge Zapata (EFE)

Pilar Palomero: «Que te traten como una niña te convierte en una niña para siempre».

La directora aragonesa Pilar Palomero (Zaragoza, 1980) ganó la Biznaga de Oro de la 23ª edición del Festival de Málaga a la mejor película por su ópera prima Las niñas. Esta semana, con motivo de su estreno en cines de todo el país, hemos tenido la ocasión de hablar con la realizador y una de las protagonistas de la cinta, Zoe Arnao, una joven interprete con la misma edad que Palomero tenía en la época en la que se ambienta el filme.

La niñas explora la Zaragoza de los años 90, donde Celia (Andrea Fandos) crece y estudia en un colegio religioso. Entonces llega Brisa (Arnao), una estudiante nueva que viene de Barcelona, traerá también el inicio de la adolescencia para Celia y sus amigas, que crecen en una época de muchos cambios sociales pero con mucha influencia de pensamientos retrógrados.

La película se ha rodado íntegramente en la ciudad natal de Palomero, y se distinguen en ella lugares como el Instituto Miguel Servet, el Parque José Antonio Labordeta y el Paseo de Ruiseñores, entre otras localizaciones.

P: ¿No pintas el 1992 muy tocando a la transición?

R: Bueno precisamente de ahí nace la película. Yo recibí una educación similar, en un colegio de monjas, no en el entorno familiar de Celia, que en mi caso era distinto aunque estaba basado en testimonios que conocía.

Pero la peli nace porque me encontré con el cuaderno de religión que aparece en la peli e hice la misma reflexión. De repente pensé «¿pero esto era del 92? Parecía más bien que hubiera sido el cuaderno de mi madre.» Me llamó la atención. Comencé a preguntar a compañeras de la universidad, que eran de ciudades diferentes, de colegios distintos, de entornos familiares diferentes, y me di cuenta que compartíamos muchos recuerdos comunes, y que todos iban en la misma línea. Que el 92 nos parecía mucho más moderno de lo que en realidad era. No era el cuaderno de religión.

Empezamos a hablar de la televisión, de las Mamachicho, de Jesús Gil, había un modelo de mujer muy casposo y esos mensajes los habíamos recibido nosotras. Y de ahí sale la película.

Pilar Palomero La niñas
La realizadora, presentado la película en el Festival de Málaga 2020

P: ¿Qué papel jugaba la televisión en vuestro conocimiento del mundo, y todavía más, en vuestro conocimiento del sexo?

R: ¡Bueno, un papel enorme! Yo recuerdo que en casa mis padres eran –más modernos que la madre de Celia–, pero ni los míos ni los de mi entorno no hablábamos de sexo en casa. No era que fuera un pecado ni nada, pero era incómodo.

Mis primeras referencias vinieron por la televisión. El programa mítico de Hablemos de sexo… En Sensación de Vivir, el capítulo donde Brenda no sabe si está embarazada, que era un momento chocante.

Eso y las revistas es donde recibíamos la información sobre el sexo. La ‘Superpop’, el ‘Nuevo Vale’, estas revistas que te hacían cuestionarios de sexualidad. Yo creo que tuvo u n impacto muy grande. Recuerdo en el patio que yo jugaba a ser una Mamachicho, y hacía el baile, y si te pones a revisar la letra…

P: ¿Las Mamachicho?

R: Cantaban «Mama, Chicho me toca cada vez más. Mama, Chicho me toca, me toca, defiéndeme tú». Era raro, es muy políticamente incorrecto que hubiera algo así. Aunque bueno, hay cosas que siguen sucediendo, claro…

P: Claro, en la televisión había mucha incorrección, pero en cambio socialmente «puta» era un super mal insulto, más que ahora…

R: Había un miedo. Sí que habían unos prejuicios y estos sesgos tan injustos frente los chicos y las chicas. Espero que esto haya cambiado, pero la chica que tenía muchos ligues se la tildaba de «sueltecilla», y el chico con muchos ligues era un «machote». Había esa división entre chicos y chicas.

Ahora hay mucha más libertad para expresar la sexualidad y las preferencias. Por ejemplo en la adolescencia no conocí a ninguna lesbiana. Las habría pero nadie lo decía.

Pilar Palomero Las Niñas
Natalia de Molina en una escena de ‘Las niñas’

P: Claro, tienes el personaje de Natalia de Molina, que ha sido tachado por ser una madre sola. Y que a resultado de eso es muy amarga.

R: Yo he intentado mostrarlo todo desde el punto de vista de Celia y que el espectador entienda hasta donde ella entiende. Me encantaría que la gente percibiera que Celia pasa a ver a su madre de alguien que la cuida pero no está presente, que es arisca y seca con ella, para luego llegar a comprender porqué es así. Que en realidad está dando todo lo que puede.

Me gustaría pensar que se está dando homenaje a la generación de nuestros padres que su educación fue fuerte y represiva, y que obviamente eso un poso les tuvo que dejar. Seguro que ese poso ha llegado también a mi generación, pero a la vez mi educación fue muy moderna en comparación a la suya.

P: ¿Y compara también con la educación de ahora, no? Más avanzados en materia de género, en educación sexual… ¿Como tardó once años en llegar la campaña «Póntelo, Pónselo» tras el primer brote de SIDA, con la cantidad de miedo que había?

P: Sí, es una campaña que se retiró porque hubo voces de que podía incitar las relaciones sexuales entre adolescentes, cuando era una campaña imprescindible y necesaria para informar y que la gente se protegiera. Cuanta gente pudo llegar a quejarse para que se llegara a retirar?

R: Celia tiene visiones del exterior en Zaragoza, se da cuenta que no todo el mundo es del mismo sitio, llega Brisa, una chica de Barcelona que parece estar súper avanzada. ¿Cuál fue tu Brisa?

P: No hubo una Brisa concreta, pero quién me influyó bastante fue mi hermana mayor, fue con la que salí por primera vez por ahí. Para mi rodar en Zaragoza es un homenaje a la ciudad, pero sí que es cierto que en el 92, Barcelona y Madrid seguían siendo las grandes capitales, y sin Internet, las cosas más guays (conciertos, ropa) llegaban con un poco de diferencia entre los lugares.

P: Me ha gustado mucho el apartado de arte. Cada personaje se hace suyo el uniforme, pero a demás conoces a las chicas a través de sus casas. Es algo precioso.

R: He contado con todo un equipo de vestuario, de arte, de maquillaje que son Arantxa Ezquerro, Carmen Arbues, Mónica Bernuy, que como también son de mi edad han traído sus propios recuerdos a la película, su propia visión de cómo eran esas casas de los 90. Hemos intentado cuidar ese detalle, que los lugares, la ropa, el maquillaje, hablen, que aporten algo a nivel narrativo. A mi me encanta que esto se aprecie, porque le hemos puesto mucho mimo.

Pilar Palomero Las Niñas
Las jóvenes actrices protagonistas de ‘Las niñas’

P: ¿Quieres contarme más sobre el pintalabios como el rito de paso a la adolescencia?

R: Esta anécdota está cogida de mis recuerdos tal cuál, ocurrió muy parecido. Toda la película es una mezcla de mi historia y la de mis amigas. En este caso fue mi hermana con sus amigas las que me maquillaron y nos fuimos a la calle y me enseñaron a fumar escondidas en el callejón. Y me pilló una de las monjas de mi cole que cruzó con un taxi. Y yo escondiendo el cigarro porque era un mico, muy pequeñita con once años. Es asombroso la de gente que ha pasado por ese rito iniciático, el pintalabios, el yo-nunca, la primera discoteca… Es bonito de ver que todos esos recuerdos de la adolescencia son compartidos. 

P: Está ese juego del título, Las Niñas, para quitarle importancia, pero con pintalabios.

R: A mi me sabía muy mal, como cuando ocurre en la película Paco Umbral llama a un grupo de mujeres «estas niñas» por la tele. El término niñas se ha usado de modo muy paternalista y condescendiente. Que te traten como una niña de convierte en una niña para siempre. Cuando te tratan de forma madura tu también respondes de ese modo. Brisa también lo dice «déjalas, son unas niñas». Y por eso quería meter esas ideas de como se solía hablar. Pero eso, a un nivel muy intelectual. Yo quiero que la peli se sienta y ya está.

P: ¿Qué te gustaría que se llevaran los espectadores de la película?

R: Lo que me está resultando más gratificante es cuando termina la peli, la gente viene a verme a decirme que se ha sentido identificada. Me encanta porque creo que despierta una memoria un poco dormida. Me emociona. Estoy escuchando muchas anécdotas, del paso de la niñez a la adolescencia. Gente que me cuenta que su madre se divorció y sus padres la dejaron de hablar. O personas que sus compañeros de colegio les hicieron bullying por cualquier tontería de su familia. La gente generosamente me regala esos recuerdos, y eso quiere decir que les ha tocado una fibra.

 La niñas
Zoe Arnao, en una escena de ‘Las niñas’

Zoé Arnao interpreta a Brisa, la alumna transferida desde Barcelona.

P: ¿Cómo ha sido ponerse en la cabeza de una niña de 1992?

R: Pilar ya me dio documentos de cómo era la vida de Brisa, de qué estaba pasando en la época, de muchas canciones que debía escuchar para el personaje. Después de tantas canciones y tantos vídeos, ya te puedes imaginar como era, con Internet te puedes poner en el papel fácilmente.

P: ¿Cómo de diferente son vuestros personajes eran muy distintos a como sois vosotras ahora en el colegio?

R: Mi personaje no ha ido nunca a un colegio de monjas, así que creo que sí que me parezco a Brisa. Sí que creo que los colegios son muy diferentes ahora, y creo que tienen que cambiar todavía mucho más!

P: ¿Creaste un personaje especial, o seguiste siendo tú?

R: Pilar siempre me dice que cuando me vio me reconoció como Brisa. Siempre tuvo algo de mí. Igual que Celia. Entonces cuando hicimos las escenas juntas eran mucho más Andrea (Fandos) y yo conociéndonos que no Celia y Brisa.

P: En el rodaje había un coach. ¿Qué es eso?

R: La directora te da inputs, pero el coach va más allá. Rubén te decía, «pero esto te enfada». Te ayuda no en lo que tienes que decir, si no en la emoción. Pilar te dice lo que quiere pero Rubén te da el proceso.

P: ¿Como fue la relación con el equipo? Era un equipo muy femenino. ‘

R: Cuando llegué a Zaragoza y vi el equipo eran un 70% chicas, y me chocó! Es como que se me hizo raro que hubieran mujeres en el cine a parte de la actriz y la directora, y me hizo rabia que se me hiciera raro. Por qué no es normal eso? Cuando voy a un rodaje y no veo a ninguna mujer, no se me hace raro! La Directora de Fotografía también era mujer e incluso ha ganado un premio.

P: ¿Llevas mucho en el cine? ¿Piensas en quedarte?

P: Había hecho cortos, esto es muy heavy para mí. Pero es que sólo estar en la cartelera me hace mucha ilusión. Yo voy a hacer lo posible pero hay muchas cosas que se meten en el camino y ¡nunca se sabe!