Series que son un buen negocio (XLVIII): ‘Manual de la vida salvaje’ de una start-up

¿Cuánto puedes sacrificar por alcanzar el éxito? Es el mundo de la innovación y la ambición en el que se desenvuelven los personajes de esta serie satírica canadiense: Manual de la vida salvaje (2022). Una historia de emprendimiento, triunfos y derrotas, dilemas éticos y el submundo de las ‘startups’ (empresas tecnológicas emergentes).

No hay mucho que imaginar a partir de la charla motivacional inicial de Kevin (Antoine Pilon): «Salir de la zona de confort, ¿hasta dónde estáis dispuestos a transaccionar y monetizar vuestras relaciones humanas?». Parece un discurso de un TED Talk o un evento corporativo de banco comercial. Sin embargo, estas ideas no son las simples consignas de un espabilado dándoselas de gurú del ‘coaching’ empresarial. Es la declaración de intenciones de esta miniserie basada en una novela de superventas en el Canadá francófono. Desplegando un tono sarcástico e irónico sobre el éxito en los negocios, con cierto humor negro y tintes de ciencia ficción blackmirrorianos.

Nos presenta un elenco de personajes que encarnan las instrucciones y lecciones de negocios de primera mano. Narra una historia de personalidades astutas y maliciosas, donde prima la búsqueda incesante del éxito por encima de lealtades o amistades. El planteamiento parece sencillo: detectar problemas y proponer soluciones. Ya sea con un sistema de gestión de alquileres o algo un poco más conceptual y complejo. En cualquier caso, todo se consigue con la aparente facilidad de innovar en este mundo tecnológico en constante cambio.

Pero además de los consejos y el pragmatismo empresarial, la serie lanza ciertas advertencias: «Kevin, no te fíes de nadie, ni siquiera de tus amigos, sobre todo de ellos…». Además de que la idea se queda siempre en la empresa, por las leyes del copyright. Esta afirmación resalta la importancia de la ejecución sobre la idea misma, una lección valiosa en el mundo del emprendimiento. Vimos a Google pleitear con una empresa alemana por el código de Earth (Maps). Tampoco tuvo facilidades el creador de Spotify. Puedes pensar en la idea que quieras, pero el desarrollo del algoritmo es lo que vale, apropiarse de él es lo que cuenta.

Kevin y Laurent son dos de los cofundadores de esta particular empresa emergente (Foto: Filmin)

Aquí la historia sigue a Kevin, un programador canadiense en busca de grandeza, quien funda MTL después de vender un algoritmo. A partir de ahí viene el relato común en el mundo de las ’startups’: la fundación, la captación de fondos y la lucha por crear un espacio propio desde cero.

Kevin, con espíritu de CEO, se une a tres viejos amigos con la intención de emprender juntos: Laurent (CTO) y Éve (COO). Sin embargo, la serie no es una sitcom de amigos. Muestra una visión maquiavélica y pragmática de los negocios. En este universo, andarse con miramientos, delicadeza y empatía no son recomendables para sobrevivir en la jungla de las ‘startups’ digitales. Las ideas se incuban y se moldean en un maremágnum de proyectos en el que hay que sobresalir a toda costa. Son millones las ideas, por eso la tecnología vende sueños, y en consecuencia aparecen a menudo vendehúmos de lo digital. En otras ocasiones, auténticos genios de la disrupción tecnológica.

Así que se centra obviamente en la trama tecnológica. Explorando el auge de los chatbots, los robots conversacionales y la inteligencia artificial. Unas herramientas que están transformando nuestra sociedad actual y el panorama empresarial. Su proyecto es Huldu, un chatbot para conversar con personas fallecidas recopilando información a partir de sus huellas digitales. Ilustrando hasta dónde puede llegar la innovación aplicada a problemas reales o necesidades no cubiertas. La Güija 2.0 no estaba en la mente ni de los más avispados videntes. Si Her conseguía paliar la soledad de un desamor, esta aplicación en forma de asistente de voz va más allá, más bien al «más allá».

No obstante, la polémica está servida. Saltan a la vista los dilemas éticos alrededor de todo ello. Hay una delgada línea entre vender consuelo y la explotación y comercialización de datos de usuarios sin consentimiento expreso. Esta pregunta genera conflictos entre los socios, cuestionando la moralidad de la empresa tecnológica.

El modelo de ingresos basado en la comercialización de datos es presentado como excéntrico pero excepcional. Atrae a muchos inversores, pero también se sabe que puede significar dejar entrar al lobo en el gallinero. Recuerda a otros casos notables en la historia empresarial reciente donde la ambición llevó a conflictos y problemas judiciales. Un ejemplo es la batalla legal en Über. Por ello, se destaca la importancia de la diferenciación para sobrevivir en un mercado tan competitivo. Sólo gana el más genuino y original.

El conflicto entre Inversor y creador está siempre servido (Foto: FIlmin)

En el mundo de las ‘startups’, las crisis son inevitables: desde problemas técnicos, acoso laboral y sexual, hasta escándalos de filtración de datos confidenciales. Aquí es donde la gestión de relaciones públicas y la habilidad para gestionar los efectos de las crisis y escándalos juegan un papel crucial. El contrato ‘vesting’, es un concepto interesante de la serie, usado como una traición necesaria. Ofrecer expectativas para tener motivado a un empleado siempre que aporte valor, convirtiéndolo en accionista o amortizándolo por la vía rápida. A conveniencia pura.

En la serie se abordan reflexiones contundentes: «nadie hace nada gratis» o «todos nos vendemos, sólo hay que encontrar el precio». Estas palabras subrayan la realidad detrás de los emprendimientos y las empresas emergentes. Kevin no ha llegado hasta aquí para dejar que otros controlen su creación. El propio Steve Jobs u otros genios tecnológicos se han visto fuera de sus propios proyectos. Kevin no defrauda, no tiene reparos en urdir las estratagemas que sean menester.

Finalmente, la serie plantea una pregunta esencial: ¿Están las empresas de nuevas tecnologías cambiando el mundo para mejor o simplemente creando productos adictivos?  Buena reflexión que invita a plantearse una mirada crítica hacia el impacto de la tecnología en la sociedad, elevando la discusión más allá de los límites de una pantalla.

En resumen, esta miniserie canadiense no sólo entretiene, sino que también resalta las percepciones sobre el emprendimiento, el éxito y la ética en el mundo empresarial. Es un recordatorio de que detrás de proyectos brillantes, hay dilemas morales y decisiones difíciles. La historia de Kevin y sus amigos es un espejo de la realidad empresarial actual, donde el camino hacia el éxito está lleno de obstáculos éticos y decisiones arriesgadas.