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Javier Santamaría: “Me parece que estamos en una etapa de crecimiento y aceptación muy positiva.”

 

Mañana 15 de enero se celebra la 7ª edición de los Premios Cygnus. El evento que busca reconocer cada año el trabajo de las personas dedicadas al cine y la televisión que han puesto su talento al servicio de valores positivos para la sociedad.

Este año, los premios destacan por su homenaje a los afectados por la DANA en Valencia y el refuerzo del compromiso con la sostenibilidad audiovisual. Entre los galardonados de este año figuran Clara Segura, Roberto Álamo, Verónica Sánchez y Benito Zambrano, así como producciones españolas de gran impacto como El 47, La infiltrada, Soy Nevenka, entre otras.

Como director de estos galardones, Javier Santamaría es conocido por su incansable labor en la promoción de un cine con valores solidarios, impulsando iniciativas que buscan dar visibilidad a las producciones comprometidas con la sociedad.

Al frente del Instituto para el Estudio y Desarrollo de las Artes y las Ciencias Audiovisuales (CIMUART) de la Universidad de Alcalá, lidera un espacio dedicado a la investigación y difusión del lenguaje audiovisual en sus múltiples expresiones, desde el cine hasta los videojuegos. Esta semana, hablamos con Javier Santamaría sobre el papel del cine como herramienta de transformación social, su experiencia al frente de los Premios Cygnus y su visión acerca de un futuro audiovisual comprometido.

PREGUNTA: ¿De dónde viene su interés por el cine?

JAVIER SANTAMARÍA: Siempre me ha gustado mucho aprender y explorar cosas nuevas, y al principio estaba entre estudiar medicina o imagen y sonido. Lo curioso es que lo que realmente me hizo decantarme fue RTVE. Me fascinaba todo el trabajo que había detrás de las cámaras, la magia del audiovisual. Al final, me lancé a imagen y sonido porque sentí que era un campo donde podía expresar mucho más. No fue fácil decidir, pero estoy muy contento de haber seguido ese camino.

P: ¿Cómo define el festival esos ‘valores positivos’ y cómo se evalúan en las producciones?

JS: Para mí, el cine tiene un poder inmenso para conectar con la sociedad y con temas que a veces no se abordan de otra manera. Desde el festival, buscamos que las películas reflejen eso, que tengan un mensaje con peso y que aporten algo más allá del entretenimiento. El jurado juega un papel clave en esto, porque no solo evalúa la calidad técnica de las producciones, sino también ese impacto social que queremos destacar. Al final, queremos que cada película seleccionada tenga un valor especial para quienes la vean.

P: ¿Por qué la Universidad de Alcalá como espacio y qué hay detrás de la selección del jurado?

JS: Elegimos la Universidad de Alcalá porque es un lugar cargado de historia, de conocimiento, y porque por allí han pasado figuras muy importantes que han dejado huella. Nos parecía el marco perfecto para un festival que también busca dejar algo en las personas. En cuanto al jurado, siempre buscamos profesionales del cine, pero no solo eso. También es importante que tengan un compromiso con los valores del festival, con lo social y lo humano. Es algo que se nota luego en el ambiente del festival, porque los asistentes, los directores, los actores… todos terminan llevándose una experiencia muy enriquecedora.

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Javier Santamaría (dcha.) junto con Miguel Ángel Benzal, Julissa Reynoso en la gala de los Premios Cygnus 2023 (Foto: CIMUART)

P: ¿Qué requisitos mínimos necesita una película para ser elegible y qué valoráis a la hora de seleccionar ganadores?

JS: Lo fundamental es que la película tenga algo que contar, que aporte tanto en lo social como en lo artístico. No pedimos que todos los filmes sean dramas sociales, por ejemplo; creemos mucho en la diversidad de géneros. Un thriller o una comedia pueden tener un mensaje igual de poderoso si están bien planteados. Para nosotros, lo importante es ese equilibrio entre el impacto que pueda tener en el público y la calidad con la que está hecha. No se trata solo de entretener, sino de dejar huella.

P: Este año se añadió el Premio Especial Cátedra Platino Educa, que recayó en Soy Nevenka. ¿Cómo surgió esta iniciativa?

JS: Queríamos reconocer el papel que el cine puede tener en la educación, sobre todo en las escuelas. Creemos que las producciones audiovisuales pueden ser herramientas muy poderosas para abrir debates y generar reflexión. Soy Nevenka fue un ejemplo perfecto de eso, porque no solo cuenta una historia, sino que también invita a la conversación sobre temas como el feminismo, la justicia y el abuso de poder. Nos pareció un trabajo que merecía ser destacado y que encajaba totalmente con lo que queremos promover desde el festival.

P: ¿Qué es lo que destacaría respecto al resto de la industria?

JS: Lo que más destacaría es el compromiso social que siempre ha tenido el cine español. Es algo que está en nuestro ADN, en las historias que contamos y en cómo las contamos. Desde el festival, intentamos ser parte de esa tradición, aportar nuestro granito de arena para visibilizar temas importantes y dar espacio a proyectos que quizás no tendrían tanta difusión en otros contextos. Creo que es algo que nos diferencia y que nos da identidad dentro de la industria.

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Javier Santamaría y Patricia Pérez, directora general de Atresmedia, en la gala de los Premios Cygnus (Foto: CIMUART)

P: ¿Cómo ve la industria actual del cine español?

JS: La veo en un momento muy interesante. Hay un avance constante, no solo en términos técnicos, sino también en cómo se abordan ciertos temas. Hay un mayor compromiso por parte de la industria con la diversidad y la inclusión, y creo que también el público ha evolucionado mucho en ese sentido. Es un cine que está conectando más con la sociedad, que se siente más cercano y auténtico. Me parece que estamos en una etapa de crecimiento y aceptación muy positiva.

P:  ¿Cómo ayuda la premiación a visibilizar o educar?

JS: Desde que empezamos hace siete años, nuestro objetivo ha sido crear un espacio donde las películas no solo se vean, sino que generen un impacto real. Creo que la premiación ayuda mucho a dar visibilidad a esos proyectos que tienen un valor educativo o transformador. Con el tiempo, hemos notado cómo algunas de las películas que hemos premiado han llegado a nuevos públicos, han abierto debates y han tenido un recorrido más amplio gracias al festival. Eso es muy gratificante porque significa que estamos logrando lo que nos propusimos.

P:  ¿Cómo cree que avanzará el festival en unos años?

JS: Es difícil predecirlo, pero estoy seguro de que crecerá. Cada año vemos más interés, más participación, y creo que eso solo puede ir a más. Lo importante para nosotros es mantener la esencia: que siga siendo un espacio accesible, comprometido, y que conserve su vínculo con la Universidad. Es un lugar muy especial que da al festival una identidad única. Estoy convencido de que el futuro será brillante si seguimos construyendo desde esos valores.