se pone en la piel del fiscal Fritz Bauer

Crítica — ‘El caso Fritz Bauer’

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Título original: Der Staat gegen Fritz Bauer

Año: 2015

Duración: 105 min.

País: Alemania

Director: Lars Kraume

Guión: Lars Kraume, Olivier Guez

Reparto: Burghart Klaußner, Ronald Zehrfeld, Dani Levy, Sebastian Blomberg, Laura Tonke, Robert Atzorn, Michael Schenk, Matthias Weidenhöfer, Götz Schubert, Jörg Schüttauf, Cornelia Gröschel, Lilith Stangenberg

Productora: Zero One Film / Terz Film / Westdeutscher Rundfunk (WDR)

Género: Drama

Hoy se estrena en pantallas españolas ‘El caso Fritz Bauer’, un drama histórico de producción alemana dirigido por Lars Kraume (Viktor Vogel – Commercial Man, 2001) que —como su propio nombre ya anticipa— nos quiere contar la historia de Fritz Bauer, el fiscal general germano-judío que dio caza al teniente de las SS Adolf Eichmann, y que fue pieza primordial en la captura y el juicio a simpatizantes del Tercer Reich tras la II Guerra Mundial.

Así, el film arranca con imágenes de archivo del propio Fritz Bauer —con las que Kraume se preocupa de enfatizar la idea de que los hechos a los que vamos a asistir sucedieron en la vida real— para continuar situándonos en la Alemania de 1957, haciéndonos testigos de lo que parece un intento de suicidio por parte del protagonista (interpretado por Burghart Klaussner).

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Burghart Klaussner se pone en la piel del fiscal Fritz Bauer

Un comienzo potente, sin duda, que todavía nos pone más en tensión cuando descubrimos que sus superiores ven la tendencia de Bauer al suicidio como una de las vías para deshacerse de él. Pronto comprendemos —si no lo hemos leído ya en los libros de historia— que Bauer está a la búsqueda de Adolf Eichmann, responsable directo de la llamada “solución final” a los judíos, y que si éste es capturado, los nombres de incontables cargos de prestigio en el Tercer Reich quedarían manchados por sus colaboraciones con el régimen nazi.

Con este punto de partida se inicia un film que quiere ser retrato del fiscal Fritz Bauer y su lucha por llevar a la justicia a los responsables del exterminio judío durante el periodo nazi, al tiempo que se intenta dar cuenta de la atmósfera política e intelectual que rodeaba a una sociedad alemana que todavía era presa de la lacra del antisemitismo.

Y digo intenta, porque a pesar de contar con diamantes en bruto tales como una cruda historia basada en hechos reales o un personaje cuyas circunstancias personales lo ponen en conflicto con el entorno que le rodea, Kraume se ha visto aquí incapaz de pulirlos y ‘El caso Fritz Bauer’ termina por ser otro de esos films históricos que pasarán sin pena ni gloria entre otros muchos que no supieron traducir al lenguaje del cine los hechos de nuestro pasado.

Toda la potencia con la que se inicia la película y la esperanza que nos va creando de acceder a la intimidad del fiscal se va cayendo a medida que avanza el film, que cae en el craso error de intentar sorprender a su espectador mediante el abuso de puntos de giro al tiempo que se olvida por completo de abrirnos la puerta a la psicología de su personaje principal. ‘El caso Fritz Bauer’ no consigue ofrecer a su espectador otra cosa que una sucesión atropellada de eventos que mejor habría leído en una línea cronológica, y llega hasta el punto de aburrirnos soberanamente con una historia que lo único que nos deja es un gran espacio para la mejora.

Kraume tan solo intenta en una ocasión hacer una incursión en la intimidad de su personaje, pero lo hace otorgándose la licencia de inventar el pasado de su protagonista y fracasa estrepitosamente en el tratamiento de un tema que es más bien sensible al ojo de muchos. Y es que en ‘El caso Fritz Bauer’, el famoso fiscal no es tan solo judío sino homosexual. El director crea esta parte de la intimidad de Bauer basándose en archivos policiales de una antigua denuncia registrada en Dinamarca, en un movimiento que le permite introducir en su film un tema que bien podía haberle valido el éxito de la cinta. Y sin embargo, termina por tratarlo de una forma tan superficial y banal que no hace sino crearnos todavía más rechazo — por no hablar del modo en que se llega a ignorar la diferencia entre personas homosexuales y personas transgénero en cierta parte del film que no procede revelar aquí.

En síntesis, tan solo las buenas dotes interpretativas de Burghart Klaussner y el hecho de contar con una buena historia per se consiguen salvar a esta película, en la que las circunstancias sociopolíticas y la profundidad de los personajes se quedan lejos de cobrar vida perdidos en una narración que se centra demasiado en los hechos. Así que si es usted de los que prefiere invertir correctamente su tiempo, mejor léase un libro de historia.

Lo mejor: La interpretación de Burghart Klaussner

Lo peor: La narrativa atropellada y la falta de profundidad

Nota: 4/10