En toda industria hay una mano de oro que convierte en éxito todo lo que toca. En Bollywood esa mano de oro se apellida Khan (y no, no es un terrorista): no solo es uno, sino tres pesos pesados en la India que se apellidan Khan. Producen y protagonizan todas esas películas que se convierten en éxitos solo por contar con su nombre, lo que les da el poder de tener la última palabra en todo el proceso fílmico.
Shah Rukh Khan es el actor más poderoso de Bollywood en la actualidad (no en vano se le conoce en los medios como King Khan). Coronado como héroe romántico en los 90, ha ido cosechando éxito tras éxito en sus más de 80 películas estrenadas. Es el mejor ejemplo de que si quieres, puedes: no proviene de familia poderosa, y comenzó sus andaduras en el mundo del espectáculo como actor de televisión.
El éxito absoluto le vino de la mano de Dilwale Dulhania Le Jayenge, película de 1995 que protagonizó con Kajol, y esta pareja se ha convertido en un símbolo cultural de la industria cinematográfica hindú. Aunque nunca llueve a gusto de todos, y la crítica lo ha tachado en numerosas ocasiones de sobreactuado o de interpretar siempre el mismo personaje.
Se rumorea que su poder es tal que ha conseguido evitar que la prensa especule sobre una posible relación extramatrimonial que Khan ha mantenido hasta hace bien poco con la también actriz Priyanka Chopra: se dice también que su mujer le prohibió trabajar con ella en películas cuando saltaron las alarmas. Sin duda, pondría en peligro la imagen de hombre de familia perfectamente trabajada de Shah Rukh Khan.
Aamir Khan es sinónimo de calidad. Cada película en la que se involucra está tan cuidada tanto a nivel narrativo como técnico que suele cosechar buenas críticas además de éxitos de taquilla, lo que no suele ser habitual en un cine tan comercial como es Bollywood. Podría decirse que es selectivo con los papeles que escoge y procura destacar su interpretación.
En 2001 fue nominado a los premios Oscar a mejor película extranjera con el largometraje Lagaan: Érase una vez en India, cuya banda sonora estaba compuesta por el oscarizado A. R. Rahman (Slumdog Millionaire, 127 Horas). La cinta no ganó la codiciada estatuilla, pero recibió numerosos premios en otros festivales y superó el récord de ventas en Bollywood.
El actor se ha mostrado reacio en numerosas ocasiones a acudir a galas de premios, ya que abiertamente opina que premian el éxito comercial de los actores más que la calidad interpretativa, y por tanto los considera sin importancia verdadera para su profesión.
Salman Khan y el género masala son uno solo. Aunque comenzó con las películas románticas que le lanzaron al estrellato, en la actualidad protagoniza y produce una mayoría de películas de acción. Es de los pocos actores de Bollywood que mantiene una musculatura real incluso a los 50 años. También trabaja como entrenador personal para sus colegas.
Lo más interesante de este actor es su tumultuosa vida privada: mantuvo una relación con la actriz Aishwarya Rai, que terminó con supuestos malos tratos por su parte y con lo que parecía el fin de la carrera fílmica de la actriz. Además, en 2002 se le denunció por conducción bajo los efectos del alcohol que acabó con la muerte de un hombre sin hogar, lo que le supuso una condena de 5 años de cárcel que hasta la fecha no ha cumplido.
Especial mención a Saif Ali Khan, que se ha autoproclamado (erróneamente) como el cuarto Khan y el también actor de Hollywood Irrfan Khan (Jurassic World, The Amazing Spiderman, Slumdog Millionaire), que pese a no tener tanto poder como los Khan, es uno de los mejores actores que Bollywood conoce.
Namaste, amigos.