invasion secreta

‘Invasión Secreta’, un universo al que se le agota la magia

Título original: Secret Invasion

Año: 2023

Duración: 60 min. (6 episodios)

País: Estados Unidos

Director: Kyle Bradstreet (Creador), Ali Selim

Guion: Kyle Bradstreet, Brian Tucker

Música: Kris Bowers

Fotografía: Remi Adefarasin

Reparto: Samuel L. Jackson, Ben Mendelsohn, Kingsley Ben-Adir, Olivia Colman, Emilia Clarke, Killian Scott, Christopher McDonald, Carmen Ejogo, Cobie Smulders, Martin Freeman, Don Cheadle

Productora: Marvel Studios

Distribuidora: Disney+

Género: Serie de TV. Acción. Aventuras. Fantástico. Ciencia ficción | Marvel Comics. Cómic. MCU. Miniserie de TV

Ficha en Filmaffinity

En este mundo nuestro hay cosas que son inevitables. La gravedad, el cambio de las estaciones, la estupidez humana, las victorias del Real Madrid en competiciones europeas… o los productos audiovisuales de Marvel. Desde que la magnífica Wandavision (Schaeffer, 2021) diera el pistoletazo de salida a la versión pandémica del UCM posterior a Vengadores: Endgame (Russo, 2019), lo cierto es que cada entrega ha ido generando más y más cansancio hacia todo lo superheroico y dividiendo a quienes hasta entonces eran incondicionales del género. 

Así que en esas nos hallamos, de nuevo, con esta Invasión Secreta, en la que un viejo Nick Fury (Samuel L. Jackson) debe tratar de lidiar con lo que parece una amenaza mundial a cargo de los skrulls, aquellos alienígenas con la capacidad de transformarse en cualquier personaje de Capitana Marvel (Boden y Fleck, 2019). Una serie, por mostrar las cartas nada más empezar la partida, que debería haber renovado esperanzas y, no obstante, es otro ejemplo fehaciente más de la poca magia que queda en este universo. 

Invasión Secreta es mala. Además, lo es en el peor de los sentidos posibles: nunca llega a ser terrible, a hacer que te lleves las manos a la cabeza y preguntes a los cielos por qué, pero arriesga y propone tan poco, es tan absurdamente plana en todos los sentidos, tan insustancial y predecible, que lo máximo que llega a producir es una pereza que hasta la propia obra parece sentir por sí misma. No es un desastre, no, pero todo lo que sucede es tan olvidable e importa tan poco que cuesta hasta pensar qué decir sobre ella.

Estamos ante un thriller conspiranoico, en la línea de Capitán América: El Soldado de Invierno (Russo, 2014) o Falcon y el Soldado de Invierno (Spellman, 2021), que no consigue impactar ni emocionar en ningún momento. Más bien sucede lo contrario. Se supone que parte de la gracia de esta historia radicaría en dudar sobre quién sería o no un aliado, en temer por unos personajes desnortados ante una amenaza fantasmagórica y letal. Pero, sin entrar en spoilers ni en comparaciones, no lo consigue. En parte porque, vaya, ni siquiera lo intenta. 

Marvel «adulto»

Que se haya pretendido hacer pasar este producto, a caballo entre la acción más insulsa y el drama soporífero, como una suerte de Andor (Gilroy, 2022) dentro del Universo Cinematográfico de Marvel me parece loquísimo. Y es que, donde en Andor todo era inteligencia electrizante y un manejo de la narrativa y la puesta en escena superlativos, es en Invasión Secreta naíf y estúpido, toda vez su uso de una geopolítica de parvulario está más supeditado a “justificar” con cosas que suenen serias el fondo dramático de lo narrado que a tratar genuinamente de relatar una historia profunda con algo que decir sobre el planeta que pisamos.

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Ben Mendelsohn en un fotograma de ‘Invasión Secreta’ (Fuente: Disney+)

Cunde la idea de que, sí, puedes tratar de alcanzar un tono de thriller, o de película de terror, o de musical si quieres, pero sin un ápice de la inventiva, el ritmo y la forma que éstos tenían en otras iteraciones jamás conseguirás tu objetivo. El verdadero género al que viene perteneciendo el UCM desde hace años es simple y llanamente UCM: simulacros de otros estilos pasados por el filtro de un superheroico cada vez más vacío y pagado de sí mismo. 

Apenas Ben Mendelsohn (Cyrano) y Olivia Colman (La hija oscura), dos intérpretes fantásticos, consiguen insuflar algo de vida al torrente sanguíneo de esta serie. El primero, arrastrando consigo a Samuel L. Jackson al terreno de la buddy movie, donde ambos están más que cómodos. Y la segunda, como el personaje nuevo más interesante, a tenor de lo poco que funcionan tanto la rebelde Emilia Clarke (Juego de tronos) como el villano de la función, un Kingsley Ben-Adir (Barbie) pasadísimo de revoluciones.

Invasión Secreta es, en definitiva, Marvel quedándose sin fuerzas. Su universo, que tanta gloria nos deparó antaño, ha agotado en muy poco tiempo casi todas sus reservas de magia. Y lo único que puede, que necesita desesperadamente hacer ahora, es golpear con fuerza la chistera a ver qué sucede. Para regocijo de todos, esperemos que les salga bien.

Lo mejor: Ben Mendelsohn y Olivia Colman.

Lo peor: esta vez hasta la propia serie parece agotada de sí misma.

Nota: 3/10