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‘Cyrano’ casi pierde su olfato

Título original: Cyrano

Año: 2021

Duración: 123 minutos

País: Reino Unido

Director: Joe Wright

Guion: Erica Schmidt. Obra: Edmond Rostand

Música: Aaron Dessner, Bryce Dessner

Fotografía: Seamus McGarvey

Reparto: Peter Dinklage, Haley Bennett, Kelvin Harrison Jr., Ben Mendelsohn, Bashir Salahuddin, Scott Folan, Monica Dolan, Joshua James, Anjana Vasan, Ruth Sheen, Mark Benton, Richard McCabe, Peter Wight, Tim McMullan, Colin Mace.

Productora: Coproducción Reino Unido-Estados Unidos; Working Title Films, Metro-Goldwyn-Mayer, Mestiere Cinema. Distribuidora: United Artists Releasing,

Género: Musical. Drama. Romance. Biográfico. Siglo XVII.

Distribuidora: Universal Pictures España

Ficha en FilmAffinity

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En términos generales Joe Wright es uno de esos directores que entre sus mejores aptitudes se encuentra la de llevar al cine grandes clásicos de la literatura. Si analizamos en términos literarios las adaptaciones de Orgullo y prejuicio (Jane Austen) y de Expiación, más allá de la pasión (Ian McEwan) estamos ante el perfecto equilibrio entre forma y fondo. Pero si ponemos el ojo en Anna Karenina (León Tolstói) o incluso en la precuela de Peter Pan, Pan (Viaje a Nunca Jamás) basada en los míticos personajes de James Matthew Barrie, no obtendremos un fondo con tanta sustancia, sino una forma sobresaliente gracias a su gran dirección artística marca de la casa.

Y en plena entrada hacia la nueva década que nos ha tocado vivir nos hallamos con una nueva adaptación de la archiconocida obra de teatro Cyrano de Bergerac de Edmond Rostand; un drama heroico muy significativo en la cultura general que ha tenido desde su publicación en 1897 diversas adaptaciones durante tres siglos distintos de incombustible vida. Pero propongo un juego, o mejor dicho una especie de treta, para poder disfrutar de este nuevo Cyrano sin prejuicios previos: vamos a utilizar la máquina que borraba cualquier recuerdo de Olvídate de mí para llegar hasta las salas de cine sin la necesidad de comparar la nueva película de Wright con las versiones de Michael Gordon o de Jean-Paul Rappeneau. Es difícil, pero nosotros como espectadores saldremos ganando. Recomiendo hacer lo mismo con obras como Hamlet.

Cyrano es tan hábil con sus palabras como con su espada, y el complejo que le crea un físico que se escapa de los cánones de belleza (esta vez no por una nariz desproporcionada) es un impedimento a la hora de declarar su amor hacia la espléndida Roxanne que, esta a su vez, ha tenido un flechazo con un apuesto joven llamado Christian. Un buen pretexto para profundizar en la necesidad de amar y ser amado sin renunciar a ser uno mismo.

Dicha historia se desarrolla entre espadas, cartas y canciones, porque Cyrano juega con distintos elementos para llegar al corazón del espectador. Por un lado tenemos números musicales notables, con algunos que rozan un aprobado raspado; y por otro diálogos ocurrentes que bailan entre el drama y la comedia. Todo ello con la ayuda de una dirección artística exquisita y un trío protagonista perfectamente interpretado por Peter Dinklage, Haley Bennett (no podía dejar de imaginarme a Jennifer Lawrence en el papel de Roxanne) y Kelvin Harrison Jr. Pero es Dinklage quien realiza un trabajo increíble como Cyrano; especialmente cuando comparte pantalla con Bennet, porque es en esta dupla donde erradica el mensaje más valioso del texto original.

Hay escenas donde todos los ingredientes casan muy bien creando escenas que nunca decaen, pero la mayor parte del metraje lo conforman otras más prescindibles que únicamente sirven para rellenar sus dos horas de duración. Y aunque en general es entretenida y se disfruta sin el impulso de mirar el reloj, es una pena que entre tantas buenas intenciones sus personajes pierdan ese magnetismo tan importante para llegar al corazón del espectador.

Y aunque este ponga de su parte, finalmente se encontrará con una receta a la que le sobran ingredientes y le falta sabor. Ese sabor que sí está presente en el número musical de Wherever I Fall como una hermosa forma de mostrar las múltiples pérdidas que surgen en una guerra elevando al film a un lugar donde nunca había conseguido llegar.

Antes de terminar dejaré constancia de una de las frases que más recuerdo de Cyrano.

«Los niños necesitan amor, los adultos: dinero».

Dejadme que la adapte a mi forma:

«Los niños y los adultos necesitan amor y cine».

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Lo mejor: La interpretación de Dinklage, su acertada propuesta actual para un clásico de tal envergadura y Wherever I Fall – Pt.1 y Pt.2.

Lo peor: No consigue transmitir más allá de sus intenciones.

Nota: 6/10