‘Divino amor’, futurismo evangelista

Título original: Divino Amor

Año: 2019

Duración: 101 min.

País: Brasil

Dirección: Gabriel Mascaro

Guión: Esdras Bezerra, Rachel Ellis, Gabriel Mascaro, Lucas Paraizo

Música: Juan Campodónico, Kenny Santiago Marrero, Otávio Santos

Fotografía: Diego García

Reparto: Dira Paes, Júlio Machado, Emílio de Melo, Teca Pereira, Mariana Nunes, Thalita Carauta

Productora: Coproducción Brasil-Uruguay-Dinamarca-Noruega; Desvia / Malbicho Cine / Snowglobe Films / Bord Cadre Films

Género: Drama, religión, distopía

Ficha en Filmaffinity


Antes de comenzar a llevar a cabo la película Divino Amor, en Brasil se llevó la candidatura al poder al partido de centro derecha Aliança Pelo Brasil. Esto fue posible a la enorme unión que hubo entre los distintos movimientos evangelistas en el país. Tras esto, el director Gabriel Mascaro lo vio claro. La voz de un niño predice su película, en 2027 la fiesta más importante del país será para celebrar el amor al Dios supremo. La gente sale a la calle deseando poder formar parte de un mundo dedicado a la adoración y amor evangelista.

El mundo está acostumbrado a que las distopías más terroríficas se lleven a cabo por un uso de tecnología y/o de la información al extremo. La serie de Black Mirror parece haber preparado a la población para un gran número de situaciones posibles. Lo que nunca se había propuesto en estas ocasiones es el enfrentarse a una de las situaciones más «normalizadas», una distopía religiosa. Todos desean formar parte de un algo que a su vez lo es todo. No cuesta adentrarse en un mundo donde la vida solo tiene un camino que seguir, que además está indicado por todos.

Fotograma de ‘Divino Amor’

La protagonista de Divino Amor es una mujer dedicada al papeleo de divorcios y quejas al Estado. Además de eso, su trabajo es el de ayudar a las personas a ser felices y adentrarlas en el mundo de Dios. Cada vez que alguien debe identificarse en el país, unos dispositivos indican la información básica y el estado civil de la persona. En el caso de las mujeres, si estas están o no embarazadas. Exponiendo delante de todos si la persona es soltera, casada, divorciada o viuda. Por supuesto, nadie del colectivo LGTBI+ tiene lugar en esta nueva visión de Brasil. Hay que añadir que la película está narrada por la voz de un niño por lo que ella misma se posiciona en este mundo sobre el aborto.

Divino Amor recuerda a las sociedades creadas por películas como The Lobster (Yorgos Lathimos, 2015), o a la serie El cuento de la Criada (creada por Bruce Miller, 2017, basada en la novela homónima de Margaret Atwood, 1985). Aunque en esta ocasión la historia se presenta desde el punto de vista de alguien que ayuda a que todo se lleve a cabo, sin ponerse en contra en ningún momento o dudar siquiera de la propia situación. Con que las parejas hayan sido creadas con un mínimo de amor, estas deben traer al mundo nuevas vidas, a la espera de que alguna de ellas se trate del nuevo Mesías.

Dira Paes y Júlio Machado en ‘Divino Amor’

La estética de Divino Amor está rodeada de neones para lucir lo más futurista y estética posible, aunque eso no impida que numerosas situaciones podrían suceder en la actualidad. Al igual que la comida de autoservicio en coche, aparecen pequeños concesionarios donde, respetando un orden y lugar, cualquiera puede ir a consultar con un cura sus dudas o pecados, tan solo hay que introducir el coche en el pequeño establecimiento y escuchar la palabra del Señor. Por otro lado están los festivales de música dedicados a toda la comunidad evangelista, que actualmente ya existen aunque no con tanta importancia como para poder sustituir al propio carnaval de Brasil.

Para que el espectador pueda integrarse más en el trabajo del grupo religioso, Gabriel Mascaro coloca la cámara en escenas de relaciones sexuales prácticamente pornográficas. Estas hacen que la película coja un ritmo algo lento y pesado, pero que la estética de su director de fotografía, Diego García, consigue que al menos, sean preciosas a la vista, recordando el ambiente de los trabajos de Nicholas Winding Refn, con el que trabajó en su serie Too old to die young. Aunque los momentos íntimos del grupo religioso puedan a veces sacar al espectador por la libertad que hay en ellos, hay que recordar que está permitido todo mientras sea por el amor al Dios Supremo, que solo quiere ayudar a lograr la felicidad en todas sus parejas heterosexuales cisgénero.

El grupo ‘Divino Amor’ durante uno de sus actos de fe

A pesar del increíble potencial de las ideas e historia de la película, Divino Amor se centra más bien en lo «más fácil». Dejando a un lado temas importantes como la terrible obsesión por la fertilidad, los papeles de las parejas en la vida de este mundo evangelista, y la extraña felicidad que solo se puede obtener al traer a un niño al mundo.

No es ningún secreto el enorme poder de la religión sobre fuerzas políticas y la ciudadanía en sí, y el hecho de ver cómo cada vez hay más personas que solo permiten la vida como ellos creen «correcta» es realmente aterrador. Lo que esta película presenta como distopía, realmente se ve como utopía para una gran parte de la población. Por muchas luces de neon y colores pastel que rodeen este mundo, tras la fina superficie de felicidad idílica solo existe terror, pánico y deseos de que esta profecía del Brasil de 2027 de Gabriel Macaso nunca llegue a ver la luz.

Lo mejor: El mundo tan cercano y terrorífico que crea el director

Lo peor: La fácil y sencilla historia en la que se resume

Nota: 7/10

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