Mi pasatiempo favorito, y más ahora con esta situación, es cotillear la oferta de Bollywood en las distintas plataformas de contenido. Por supuesto, lo más “sencillo” de encontrar son esas películas independientes que han viajado por distintos festivales alrededor del mundo, e incluso se han comercializado en nuestro país en salas de cine. Es el caso, por ejemplo, de 7 Diosas, estrenada en 2015 y disponible en Filmin. Pero claro, yo soy adicta al puro Bollywood comercial, películas cuyo propósito es simplemente hacer pasar al espectador un buen rato sin demasiadas pretensiones. Hasta la fecha, mi catálogo favorito es el de Prime Video. Es ahí donde recientemente encontré Dil Dhadakne Do, una de mis feel good movies predilectas.
Zoya Akhtar, alumna de la Tisch de Nueva York, empezó en el mundo del cine como asistente de la cineasta Mira Nair, conocida a nivel mundial por películas como Salaam Bombay! (1988), La Boda del Monzón (2001) o La Feria de las Vanidades (2004). Es la hija del consagrado compositor Javed Akhtar, hermana del actor y director Farhan Akhtar, y su madrastra no es otra que la mismísima Shabana Azmi, una de las actrices más icónicas de la industria cinematográfica de la India. Esta burbuja de privilegio se materializa en Dil Dhadakne Do, cinta en la que Akhtar nos recuerda con cariño que los ricos también lloran.
Sin duda, el motivo número uno por el cual le tengo un cariño especial a Dil Dhadakne Do, así como a toda la filmografía de Zoya Akhtar, es por el trabajo del español Carlos Catalán como director de fotografía. La acción de esta película transcurre en un crucero de Pullmantur, con sus correspondientes paradas en costas mediterráneas. No es la primera vez que las películas de Akhtar contienen guiños a España, ya que su segundo proyecto, Zindagi Na Milegi Dobara (2011), fue rodado casi de manera íntegra en nuestro país.
Los protagonistas de Dil Dhadakne Do son los integrantes de la disfuncional familia Mehra. Anil Kapoor interpreta al patriarca, Kamal Mehra, un empresario adicto al trabajo al mando de una empresa millonaria en la quiebra. La relación con su mujer, Neelam (Shefali Shah), se ha ido enfriando tras el paso de los años, con múltiples infidelidades por ambas partes. Priyanka Chopra y Ranveer Singh son los encargados de dar vida a Ayesha y Kabir, los hijos del matrimonio. Ayesha es una mujer inteligente y trabajadora atrapada en un matrimonio infeliz con una familia política que no la apoya. Kabir, por otro lado, es un soñador que no lleva demasiado bien vivir a la sombra de su padre. La familia Mehra reunirá a sus amigos cercanos en un crucero con motivo del aniversario de Kamal y Neelam.
Como no podía ser de otra forma, el romance tiene su protagonismo en Dil Dhadakne Do. Anushka Sharma interpreta a la independiente Farah Ali, una empleada del crucero con la que Kabir iniciará una relación. Además, Ayesha se encuentra con su primer amor, el periodista Sunny, al que le da vida Farhan Akhtar. Además, la película nos regala uno de los momentos musicales más sexys de la historia de Bollywood, protagonizado por Anushka Sharma y Priyanka Chopra, la que será la pareja robada de esta película. Ojalá en el futuro ambas actrices protagonicen una comedia romántica, porque la química está ahí.
Aunque Dil Dhadakne Do sea una comedia en la que los personajes van conociéndose más a sí mismos y a los que les rodean, se aprecia una clara crítica a ciertas costumbres de la cultura hindú. Especialmente a todo lo que tiene que ver con el matrimonio, el divorcio y el rol de la mujer en la India. Por supuesto, hay diferentes realidades que suponen un trauma mayor para la mujer y su desarrollo, como puede ser la cultura de la violación en la India, las novias menores de edad y la violencia machista. Pero, aunque una realidad sea más dura que otra, no quiere decir que no sea importante criticar las injusticias que se viven en ambientes más privilegiados.
En definitiva, si durante esta cuarentena no sabéis que ver y tenéis Prime Video, no dudéis en darle una oportunidad a Zoya Akhtar con Dil Dhadakne Do.
Namaste, amigos.