Título original: Reina Roja
Año: 2024
Duración: 50 min
País: España
Dirección: Amaya Muruzabal (Creadora), Koldo Serra
Guion: Salvador Perpiñá, Amaya Muruzabal. Novela: Juan Gómez-Jurado
Reparto: Vicky Luengo, Hovik Keuchkerian, Andrea Tepat, Celia Freijeirio, Nacho Fresnada
Compañia: Dopamine. Distribuidora: Amazon Prime Video
Género: Thriller
Ficha completa en FilmAffinity
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Antonia Scott es la persona más inteligente de la tierra. La joven, pequeña inspectora, es una rara avis, un fallo en la Matrix que se cayó de pequeña en la marmita de las pastillas rojas nada más nacer. Con un cociente intelectual de 242, Antonia tiene la potencia de cálculo de un ordenador cuántico, aunque está lastrada por una cabeza que la atormenta.
El límite, si se cruza, cobra un peaje demasiado alto.
Poca presentación necesita la novela Reina Roja del autor Juan Gómez-Jurado, pero para aquellos que hayan estado despistados durante los últimos seis años o no hayan pisado una sola librería, hagamos un repaso. Reina Roja es la novela principal de un universo de siete libros que comenzó tiempo atrás con El paciente. Desde entonces, los logros se han contado por decenas en menos de diez años, Gómez-Jurado se ha convertido en el autor español más leído del siglo XXI; todas sus novelas llevan en el podio de los diez libros más vendidos desde 2018, y hace apenas dos años Dopamine Studios, comandada por la showrunner de Hernán (2019) Amaya Muruzabal, anunciaba que dirigiría la adaptación de la novela para Prime Video.
El estilo de escritura de Juan Gómez-Jurado (muy picado, en primera persona y con un sentido narrativo casi cinematográfico), vislumbraba a todas luces que una adaptación era posible. Ahora bien, una vez vista la serie: ¿cumple con la promesa de una obra de su envergadura, con una distribuidora tan top como es Prime Video, y un reparto tan escandalosamente bueno?
A grandes rasgos, sí. Pero pongámosle un pero.
Si algo han sabido escoger en la serie es al reparto protagonista. Tanto Antonia Scott (Vicky Luego) como Jon Gutiérrez (Hovik Keuchkerian) son un calco de la novela. La química que han creado estos dos actores sobrepasa la pantalla. Este es el punto más poderoso con el que cuenta la primera temporada: consigue establecer de forma orgánica y fluida una relación que a todas luces era extremadamente difícil de reproducir. El resto del elenco está correctísimo. Chapeau al director de casting.
A nivel narrativo, la serie mantiene ciertos rasgos estilísticos propios de la novela. Hemos olvidado comentar que el propio Gómez-Jurado ha ejercido como productor ejecutivo de la serie, así que ha estado muy encima de los guiones. Sin embargo, (y aquí empiezan los peros), aunque en términos generales la historia se siente como un todo que avanza, es en la escala micro donde encontramos más descosidos.
En algunas ocasiones, la acción no termina de arrancar. Las acciones de los personajes parecen inconexas con su interior; incluso se contradicen con escenas anteriores y con su propio propósito. Además, esta falta de conexión se ve empeorada por un montaje extraño. Algunas partes se sienten como las sobras, los coletazos de una escena anterior. Estas no parecen cerrar sobre sí mismas, sino verse interrumpidas por la escena siguiente, volviendo después a la primera, dejándola inacabada, así sucesivamente. Es un detalle mínimo, micro, pero que puede afectar en la experiencia si el espectador se da cuenta y los errores se acumulan en su cabeza.
Sin embargo, a grandes rasgos, la primera temporada de Reina Roja salva los muebles de un naufragio muy complicado. La papeleta de adaptar uno de los libros más leídos en español de este siglo no era poca cosa. Para los amantes del género y, muy especialmente, del autor, la primera temporada es un regalo. Eso sí, no esperen pronto la segunda. Antonia Scott necesita tiempo y paciencia.