Como su traducción al español define, los spoilers son cualquier texto que arruinan y acontecen una situación dada en cualquier audiovisual, libro, etc que no se haya visto o leído aún.
Pese a resultar exagerado y estar cercano a una nueva parte de cualquier saga (El Señor de los Anillos: La tiranía de los spoilers, Harry Potter y la tiranía de los spoilers), el título que encabeza esta publicación resume la situación: sí, los spoilers siempre han existido, pero desde la cada vez mayor popularidad de las redes sociales y el fenómeno fan, es cada vez más complicado no ser víctima del destripe de una trama. ¿Hasta qué punto llega esta “tiranía”? Pongamos de ejemplo la serie por antonomasia: Juego de Tronos (David Benioff y D. B. Weiss, 2011 – actualmente).
Juego de Tronos se emite en HBO los domingos a las 21:00 en EEUU. En España, se puede ver mediante streaming a las 3 de la madrugada del lunes, por lo que cuando el capítulo correspondiente acaba, todo aquel que lo haya visto puede destriparlo. Y vaya sí lo hacen. El poco tiempo de margen que se da desde el estreno del capítulo al surgimiento de los primeros spoilers es asombroso. No hablamos de algunos días o meses: son escasos minutos u horas de diferencia ya que el rato que se tarda en tuitear o en hacer un gif y darle difusión es muy pequeño. ¿Por qué el resto de los mortales que queremos esperar para verlo tenemos que aguantar que a las 8 de la mañana del lunes ya esté Twitter, Facebook, Instagram y, cómo no, Tumblr plagado de spoilers? Y no unos spoilers cualesquiera, no: gifs de un momento trascendental, fotos que no insinúan, si no que te restriegan por la cara algo interesante o frases indirectas que pasan a ser directas si eres un poco avispado. Y sin anestesia, ahí tal cual. Ya no es el hecho de que las personas que se han leído los libros cuenten lo que quieran. Eso, poco a poco, está cayendo en desuso, pues la evidente separación de los libros de la serie (más que nada porque ya no hay libros de los que tirar) han favorecido el factor sorpresa, algo que también ha sucedido en la serie The Walking Dead (Frank Darabont, 2010 – actualmente) y los cómics en los que se basa. Se trata de seguidores de la serie, se hayan o no leído los libros. ¿Qué ganan estas personas? ¿Más likes de quienes ya han visto el capítulo correspondiente y enfados de los que no?
Esto, evidentemente, sucede con otras series que han conseguido cierta popularidad como puede ser, por ejemplo, Orange is the New Black (Jenji Kohan, 2013 – actualmente). En este caso, la diferencia radica en que ésta se emite por la plataforma Netflix, por lo que toda la temporada se estrena el mismo día. El Horror. No es que te tengas que andar con ojo, es que la única solución para no comerte un spoiler sea del capítulo que sea, es estar ciego.
Recientemente, leí a alguien que decía que nunca entraba en redes sociales hasta que no había visto el capítulo. ¿De verdad estamos tan sometidos que no podemos hacer algo tan rutinario como es entrar en redes sociales porque a unos lumbreras les da por gritar a los cuatro vientos qué ha pasado en tal serie o tal película?
Bien es cierto que con esto también surge el debate de “¿hasta cuándo consideramos que algo es un spoiler?”. Si una película lleva estrenada 20 años y me cuentan el final, ¿es spoiler? Sí. Sea serie, película, libro, etc no todos tenemos tiempo de consumirlo en el mismo momento, hayan pasado 10 años como 3 horas desde su estreno.
Desde aquí, animo fervientemente a que se avise si se va a spoilear algo. Aunque sea con señales de humo, me da igual. Pero no perdamos la maravillosa sensación de quedarnos con caras de tontos al no esperar nada de lo que va a pasar, porque es lo mejor que nos va a dar el mundo audiovisual.