James Ellroy, el escritor más salvaje de la ficción norteamericana

James Ellroy en Sevilla
James Ellroy en Sevilla
James Ellroy en Sevilla

El novelista James Ellroy, considerado una “leyenda viva del noir contemporáneo”, apareció el pasado día de San Valentín en el escenario de la Fundación Cajasol de Sevilla emitiendo varios gritos ante el público. No sabemos si es su rito de seducción, pero estamos seguros que fue toda una declaración de intenciones sobre la fuerza de su personaje y la oscuridad (y atractivo) de su obra.

El autor aprovechó el Hay Festival Forum para presentar su último libro, Los seductores, que se adentra en Los Ángeles en los comienzos de los años 60 para investigar la muerte de Marilyn Monroe,  asegurando al público asistente que le dejará “boquiabierto, jodido, triste”. Además, como aliciente y en clave de humor, ha confirmado que aquellos que compren su libro “tendrán sexo ilimitado todas las noches durante toda la vida, y además irán al cielo”. También quiso recomendar leer sus libros en familia, sobre todo si se apellidan Manson.

El autor de novelas como L.A. Confidential, que ha tenido adaptación cinematográfica, no quiso dejar de epatar al público y dar un verdadero show. Comenzó autodenominándose como el «Dostoievski americano«, concepto acuñado por la escritora Joyce Carol Oates, aunque después rectificó y se definió simplemente como un “gilipollas al que le gusta leer”. También se declaró como un discípulo de otro genio de la novela negra, Dashiell Hammett, aunque no tardó tampoco en cargar contra él: «se dejó seducir por las mujeres y el marxismo. Yo no, por lo tanto soy mejor que él«.

James Ellroy en Sevilla

El lado más personal (y salvaje) de James Ellroy

La charla estuvo moderada por la periodista Helena de Bertodano, que supo incidir en puntos interesantes de la vida del autor, como en la muerte de su madre cuando apenas tenía 10 años,  un “crimen sin resolver” que le influyó no tanto en su forma de escribir, pero que sí le “dirige la cantidad y el tipo de libros que ha leído, y cómo funciona su cerebro”. Aun así, no tiene buen recuerdo sobre ella, y recordó escenas terribles, como “los puñetazos” que le propinaba y que le provocaron un profundo odio hacia ella: “Era una pelirroja guapísima, me he pasado una parte de mi vida buscando a mujeres pelirrojas despampanantes, y cuando la encontré, fue como si Dios me hubiera mandado una mierda maravillosa”.

El día del asesinato de su madre también fue tremendamente importante para él por otro motivo. «Un policía me regaló una barrita de chocolate, y desde entonces siempre me han parecidos muy buenos tipos«. A pesar de ello y de un catolicismo muy arraigado, no tuvo problemas en declarar que fue un pequeño delincuente juvenil: «solía robar en casa y tiendas, también coches. Fui arrestado unas cuarenta veces, pero nunca pasé más de seis meses en la cárcel ni fantaseé con matar a nadie«.

Con respecto a su obra, considera que sus libros se centran en “el poder, lo demoníaco, lo sagrado y la ambigüedad de la unión de hombres y mujeres”, por eso son “extremos”,  por ser “historias de amor dentro de entornos muy violentos”. Al fin y al cabo, él se considera un firme creyente del «amor misántropo«.

James Ellroy en Sevilla

También reflexionó sobre la literatura actual, criticando a Oprah Winfrey y a los clubes de lectura: «dicen que hay libros edificantes, trascendentes socialmente y los escritores se adscriben a esta tendencia cool y guay. Pero yo no quiero eso, quiero escribir libros que te cojan y que te mantengan enganchados una página tras otra«.

Aun así, el autor no quiso tratar temas de actualidad, como el reciente ascenso al poder de Donald Trump. «Solo creo en en Dios, en el pecado original, y en que las máquinas, los móviles, los ordenadores son obra del demonio«, sentenció. «Soy un simple monje que escucha Beethoveen en su casa, que es el James Ellroy alemán. De hecho, según dos de los mejores músicos norteamericanos, Duke Ellington y Leonard Bernstein, la única explicación de la existencia de Beethoven es Dios«.