Para amenizar estos últimos días de confinamiento provocados por la COVID-19 propongo un viaje a la época dorada del cine de género español. El documental Sesión Salvaje, dirigido por Julio César Sánchez y Paco Limón, se estrenó durante el pasado Festival de Sitges y allí pudimos entrevistar a uno de sus productores Enrique López Lavigne. A continuación la charla que mantuvimos sobre su experiencia con el cine exploitation español y algunas cuestiones más.
PREGUNTA: ¿Cómo afrontará la película quien no haya vivido la época dorada del cine de género español?
RESPUESTA: La película no va dirigida exclusivamente a los que vivieron esa época. Sesión Salvaje, de alguna forma, es una especie de mirada melancólica y nostálgica sobre una manera de hacer cine, distribuirlo y consumirlo.
Yo nací en 1967, es decir que disfruté con 12 años de largometrajes que no pertenecían al circuito de exclusividad, sino al de reestreno. Te encontrabas sesiones dobles y triples de películas realizadas de manera rápida y precaria, como eran las coproducciones europeas. Un cine que desaparece alrededor de la segunda mitad de la década de los setenta cuando irrumpe de forma brutal el cine americano. Su economía de distribución innovadora dio paso al blockbuster, que se estrenó con Tiburón (Steven Spielberg, 1975). Con esto desaparecieron muchos cines y una manera de consumir las películas. Así que a las generaciones venideras deseo que les sirva como una guía de películas muy especiales y muy locas que nacieron fruto de muchas situaciones y circunstancias.
No pretendemos explicar cómo hemos llegado hasta aquí sino ofrecer un paseo nostálgico por un cine que ha desaparecido.
P: ¿Sesión Salvaje es nuestro legado olvidado durante mucho tiempo entonces?
R: A mucha gente todo este cine le queda absolutamente olvidado o incluso es inexistente para ellos. Creo que por eso es una película necesaria. Todavía quedan muchos largometrajes por masterizar y explotar debido a que algunos han quedado prácticamente desaparecidos; pero gracias a plataformas como FlixOlé podemos disfrutar de muchos de ellos.
P: ¿Cómo se condensan dos décadas en un documental de 90 minutos?
R: Como dice Nacho Vigalondo en el documental, ahí solo hay una pequeña parte de infinidad de películas que podemos ir descubriendo el resto de nuestra vida. Hay que pensar que tan solo de spaghetti western, rodadas en España e Italia con producción con Francia y Alemania, se hicieron 600 películas en doce años. Sesenta películas al año, algo más de una película por semana. Únicamente en ese género, sin contar los demás.
De alguna forma, todas esas películas se hicieron de manera industrial porque las demandaban las salas de cine y el empresario que necesitaba abastecer.
P: Muy similar a lo que hoy en día están haciendo plataformas como Netflix: producir contenido original con el fin de abastecer a sus millones de espectadores.
R: Es exactamente lo mismo que se hacía en los años 60 y 70. Los empresarios de los cines pedían a productores películas que la gente quería consumir en sus cines. De ahí aparecieron películas que surgieron del éxito lateral de un largometraje americano. La época dorada de la coproducción no deja de ser explotación; en el fondo estás explotando un producto que ha tenido éxito. No es muy diferente de lo que se está haciendo hoy en día, pese a que la forma de ver y hacer cine han cambiado mucho.
P: Actualmente se suele hacer un cine por demanda. Pero me gustaría que, como productor, hablaras del cine de autor.
R: El cine de autor comienza y termina en el autor. En este caso nace de la voluntad unipersonal de alguien que quiere contar una historia. ¿Cómo se financiará en el futuro? Pues cada vez con presupuestos más bajos, con muchísimo riesgo y con pocas opciones garantizadas de que esas películas puedan distribuirse. Muchas veces esos largometrajes acaparan las secciones de festivales como Cannes, Venecia o Berlín y únicamente puedes verlas ahí. Muchas son premiadas y apenas gozan de una distribución. Esto es un fenómeno importante; mientras exista este tipo de cine, de espaldas a la demanda y a lo que el público quiere, seguirá existiendo el cine. Para mí desde luego.
El documental de Enrique López Lavigne, Sesión Salvaje se puede ver en Filmin, FlixOlé y en Amazon Prime.