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El viaje del héroe y de la heroína: nosotros/as mismos/as

Cuando pensamos en el ejemplo de héroe y heroína se nos vienen a la cabeza numerosos personajes. Harry Potter, Luke Skywalker, Frodo, Rey, Wanda, Katniss, Capitán América, Ace Ventura… Bueno, tal vez esté último no, pero la cuestión es que nos sobran ejemplos. Hablaré de todos ellos en próximos artículos pero antes es conveniente realizar algunas aclaraciones.

Desentrañando al héroe

Lo que conocemos como el viaje del héroe es bastante complejo en realidad. Es una cuestión que se ha explorado no sólo en narrativa, ya que originalmente proviene de la psicología y la mitología, dos disciplinas muy relacionadas entre sí. Acudiendo a su obra cumbre, El Héroe de las Mil Caras escrita por Joseph Campbell, lo cierto es que este relato nos es mucho más familiar de lo que pensamos. Cuando Campbell escribió este estudio no lo hizo pensando en ninguno de los personajes que he mencionado arriba, sino en nosotros mismos, en el ser humano como ente que se ve influenciado por los mitos y los sueños.

Los primeros al fin y al cabo son narraciones que permiten configurar un sentido sobre el universo. Tanto es así que acaban influenciando a los segundos, provenientes de nuestra psique. Pero, ¿que tiene que ver todo esto con nosotros? Pues absolutamente todo. La eficacia de historias como Star Wars o Harry Potter es que acuden a los relatos más antiguos, aquellos que nos han acompañado desde nuestro origen. Pero no se queda ahí, pues acaban dirigiéndose directamente a nosotros.

Frodo en el final de su viaje

Cuando Luke rechaza la primera llamada a la aventura por parte de Obi-wan, habla sobre su circunstancia como personaje pero también alude a nuestro miedo a lo desconocido. Frodo recorriendo su camino hacia Mordor y superando sus propias pruebas como ser, al igual que nosotros andamos nuestra propia senda personal. Cuando el Capi se levanta para volver a hacer frente a Thanos y recibe la ayuda de todos los Vengadores, se hace presente la épica colaboración en el final, ese en el que nunca estamos solos.

El viaje de la heroína

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Captain Marvel (Brie Larson)

¿Y qué hay de las heroínas? Lo cierto es que si nos ceñimos al objetivo final del viaje del héroe propuesto por Campbell es muy diferente para ellos y para ellas. Aunque afirma que en el éxtasis el héroe es andrógino, previamente confiere la cima de conversión en el padre para el héroe y la servidumbre al padre por parte de la heroína.

Esta visión se basa en un modelo sumamente anticuado, concerniente a las visiones machistas y misóginas de los primeros mitos. Por ello, se requiere de una reescritura ya existente que nos servirá para recorrer el camino de grandes personajes como Elsa, Buffy Cazavampiros, Sarah Connor, Beatrix Kiddo o Carol Danvers, por mencionar algunos ejemplos. De todas formas, si queréis ir abriendo boca, os recomiendo que le echéis un vistazo al libro El Viaje de la Heroína, coordinado por Irene Raya y con análisis de personajes por parte de varias voces.

Aunque la finalidad del modelo no se ajuste a la creación de estos personajes, su aplicación sigue basándose en la experiencia que puede crear en el ser humano, tratando de crear una identificación directa. Esto es importante recalcarlo precisamente para ser conscientes de la falsedad que se pone ese argumento tan manido de «postureo feminista». La idea no es realizar una diferenciación entre héroe y heroína ya que ambos pueden aludir a las mismas circunstancias tanto para hombres como para mujeres. Servirse de las creencias más ancestrales conlleva problemas en la conclusión, pero no en el viaje, igualitario en su conjunto.