Videojuegos y el registro audiovisual

El pasado 5 de abril se estrenó la película de Super Mario Bros., basada en la famosa saga de videojuegos. Y la verdad es que las opiniones sobre la misma son un tanto dispares. Algunos de los espectadores la han adorado pero, en cambio, hay otra parte del público que ha estado reticente a ver la película y no le ha gustado. ¿Por qué? Un amplio rango de estos “insatisfechos” vienen quejándose de que la historia es muy simple e infantil, cosa lógica, ya que los niños son el público objetivo de la película.

Muchos de esos reticentes e insatisfechos van por la línea de que las películas que adaptan a videojuegos nunca han sido buenas y, aunque discrepo en el caso de este nuevo estreno, es cierto que es muy complejo realizar una buena película sobre videojuegos.

Es sabido que, como medio digital, los videojuegos cuentan historia y tienen una narrativa, como ocurre con las series y películas. Entonces, ¿por qué hay tantos títulos que han quedado en el olvido o que deseamos olvidar, por su mala adaptación a la gran pantalla?

Cuando jugamos a un videojuego participamos activamente en la historia, nos convertimos en el protagonista y somos quienes vivimos esas aventuras. Hay muchos tipos de jugadores y cada uno de ellos juega de una forma diferente. Hay algunos que van a lo difícil, otros que se paran hasta en el más mínimo detalle para informarse de todo lo que rodea al juego… Cada uno tiene una dinámica de juego diferente. Es muy difícil expresar en un único registro, el cine o series, todas esas decisiones y acciones que realizamos en los juegos. Con el audiovisual consumimos y somos meros espectadores, mientras que, cuando jugamos nosotros somos los protagonistas.

Dicho esto, más allá de la sensación de ser un mero espectador y no participar, luego están las malas adaptaciones. Un caso que da mucho de lo que hablar, son adaptaciones de videojuegos de lucha. La historia nunca está muy allá y el desarrollo narrativo es lo más plano que te puedes encontrar.

También tenemos películas como el caso tan criticado del Prince of Persia. No solo no se siente jugable ni respeta las reglas del mundo de ese juego, sino que escogen a un guaperas estadounidense para encarnar al protagonista, un persa. Cuándo aprenderá Hollywood a utilizar a actores que correspondan con el origen del personaje.

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Jake Gyllenhaal haciendo de persa. – Fuente: Prince of Persia.

Lo mismo ocurrió con ese fallido intento de hacer una película sobre la famosísima saga Assassin’s Creed. El juego tiene un contexto narrativo increíble, había mogollón de herramientas sobre que podrían haber utilizado… Finalmente todo quedó en una superproducción fallida porque casi nadie fue capaz de tragarse ese sinsentido. Sin mencionar las fallidas licencias creativas para crear todo el tema de Abstergo…

Como saga, no solo de videojuegos, sino también de películas, tenemos a Tomb Raider y Resident Evil. La fama de esas sagas no brillaban por su calidad, sino por sus protagonistas despampanantes, que atraía la mirada de un alto porcentaje masculino. Aunque también es cierto que, en cuanto a calidad, estas dos sagas se han sentido más consolidadas y con mejor trayectoria. Es más, hace poco, sacaron una nueva versión de Tomb Raider sin Angelina Jolie, sino con Alicia Vikander. Ciertamente supieron rescatar y extrapolar bastante bien la sensación de los juegos. Desafortunadamente, no se puede decir lo mismo de Resident Evil, Netflix apostó por hacer varias adaptaciones que han generado bastantes crispaciones en el fandom, no solo por el contenido que se cambia sino que ya nada es coherente.

Una adaptación que está en ese limbo de: ¿es buena? ¿es mala? Es Silent Hill, la película extrapola bien la narrativa y provoca sensaciones similares al juego, pero sigue faltando ese aspecto jugable donde nosotros somos quienes huimos de los seres hostiles y resolvemos todos esos puzzles que nos vamos encontrando por diferentes lugares.

Cabe indicar, que muchos de los títulos mencionados, tienen ya sus años. Poco a poco se está cambiando el paradigma de las películas sobre videojuegos. Ya se están tomando como referencia el trabajo de los diseñadores de juegos para generar las sensaciones de que vives en el juego, aunque estés contando una historia.

Uno de esos casos es el de Sonic, esta nueva saga de películas ha venido para quedarse. Es cierto que no arrancó de la mejor forma, ya que la versión del modelo de Sonic en sus inicios era un tanto fea. Afortunadamente escucharon al público y modificaron y plantearon una propuesta la mar de disfrutable.

Otro caso fue también el de Detective Pikachu, que adaptaba un videojuego alternativo a la saga de Pokemon, pero que integraba todos esos elementos que hacen tan disfrutables los juegos. Por no hablar de esa adaptación a vida real de sus criaturas mágicas.

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Pikachu enfrentándose en una dura batalla contra Charizad. – Fuente: Detective Pikachu.

Y finalmente, hablar de uno de los casos de éxito más cercanos, The Last Of Us, la adaptación a serie de televisión de una saga de juegos muy famosa por su peso narrativo. Cómo se ha creado y todo lo que cuenta se ha hecho con estudio y mimo, sabiendo generar sensaciones que empatizas con los protagonistas como si los estuvieses controlando tu. Muchos de los enfrentamientos son capaces de generar la misma tensión que si tuvieses que enfrentarte a ellos.

He estado hablando de cómo el audiovisual no ha tratado bien ni ha adaptado del todo bien esa sensación de libertad que tienes al jugar a un juego pero, hablemos de los videojuegos sobre películas, que ese es otro melón por abrir.

Es cierto que a día de hoy, pocos videojuegos se basan en películas, y si ven la luz, suelen ser pequeñas propuestas relacionadas con películas de animación. Pero, cómo olvidar esos míticos videojuegos basados en películas. Y no digo mítico como algo positivo, sino algo digno de recordar por sus licencias creativas para hacerlos jugables y esos gráficos que son para echarse las manos a la cabeza.

Primero quiero mencionar la saga de juego de Harry Potter, donde tenemos más de una adaptación a diferentes consolas de cada una de las películas. Los que más quiero destacar son el Harry Potter de la PS1, donde la calidad de los gráficos no abundaban en aquel entonces y nos han brindado una serie de memes que siguen usándose a día de hoy. Otro que quiero mencionar, sobre todo relacionándolo con una experiencia personal, es el juego de la Nintendo de la cuarta película. ¡Qué complicado era! Tal vez no fuese habilidosa, pero esos controles me iban a volver loca. Aunque no más que el hecho de usar hechizos que nunca había escuchado y que se habían inventado únicamente para este juego. Menos mal que han sabido hacerlo bien con el Hogwarts Legacy, al menos desde la jugabilidad y adaptación.

Escena del videojuego «Harry Potter y la Piedra Filosofal». – Fuente: PlayStation.

Otra línea de películas muy adaptadas a los videojuegos han sido las películas Disney. Con la llegada de la GameBoy y la PlayStation tanto 1 como 2, hubo un boom en el que nada más salir a la venta el DVD con la película, te anunciaban el juego. Las adaptaciones no eran del todo malas, pero los juegos eran muy repetitivos, la mayoría de ellos eran plataformas que repetían constantemente el mismo patrón de desafíos.

Curiosamente, los casos que acabo de mencionar son de los 2000s, pero la costumbre de trasladar películas viene desde los orígenes de los videojuegos. La famosa empresa Atari, se encargó durante los finales de los 70 y principios de los 80 de hacer adaptaciones de videojuegos sobre las películas más famosas, como es el caso de Indiana Jones (título adaptado a los videojuegos en más de una ocasión). Es más, tantas adaptaciones de películas a los videojuegos casi condenan a los mismos. El videojuego E.T. fue un fracaso absoluto, prácticamente injugable, es más, tal fue la catástrofe de ventas, que enterraron el juego en un vertedero en Nuevo México.

Así que no solo las películas adaptan mal los videojuegos, sino que ocurre también viceversa. Es lo que ocurre cuando intentas cambiar el recurso narrativo de un medio a otro. Es difícil tener a todo el mundo contento y se suele echar de  menos el original. Con esta reflexión, no digo que no se deben hacer adaptaciones, es más, yo encantada. Lo que quiero reflejar es la importancia de mimar y cuidar el contenido. Hay que conocer cómo funciona cada medio y qué es lo más importante a la hora de exteriorizar el contenido de cada uno. Hay que saber equilibrar el contenido, como hacen en la película de Mario. Es una película un tanto arquetípica y para niños, pero yo, como adulta la he disfrutado y he sentido que jugaba desde mi asiento del cine.

Así que: ¿Hay alguna adaptación de videojuego que hayas amado u odiado? ¿O videojuego basado en película que siempre recordarás?