Título original: The Many Saints of Newark
Año: 2021
País: Estados Unidos
Dirección: Alan Taylor
Guion: David Chase,Lawrence Konner
Fotografía: Kramer Morgenthau
Reparto: Alessandro Nivola, Jon Bernthal, Vera Farmiga, John Magaro, Billy Magnussen, Ray Liotta, Michael Gandolfini, Corey Stoll, Leslie Odom Jr., Michela De Rossi, Michael Imperioli
Productora: New Line Cinema, Warner Bros., Chase Films, HBO.
Género: Drama, Crimen, Mafia
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Santos criminales, o The many saints of Newark, se une desde ya a una larga lista de precuelas (o producto derivado, sea del tipo que sea) que nunca nadie pidió. Algunas salen indemnes e incluso consiguen ser superiores a sus antecesoras como la serie Better Call Saul (Gilligan y Gould, 2015). Otras, al menos, consiguen estar a la altura pese a las odiosas comparaciones como la infravalorada Rogue One: una historia de Star Wars (Edwards, 2016). Y luego hay otras tantas que cayeron en el olvido por méritos propios como la espantosa e innecesaria Cube Zero (Barbarash, 2004). Ahora la pregunta es: ¿a qué grupo pertenece entonces esta precuela de una de las series insignias de todos los tiempos de HBO y de la Historia de la Televisión (por cable)?
La respuesta, si bien sencilla de contestar por parte de un servidor, sólo supondría una pequeña parte de la (no) complejidad de esta película. Lo que si puedo afirmar es que para nada pertenece al primer grupo. De hecho, está bastante lejos de la profundidad y dramatismo ofrecidos durante 6 temporadas por parte de David Chase y Cía. En esta cinta, al contrario de lo que seguramente vayan a intentar vender, el protagonista no es un jovenzuelo Tony Soprano, sino su tío favorito: Dickie Moltisanti, interpretado de manera sorprendente por un Alessandro Nivola que quizás sea el elemento más interesante de toda la trama.
El personaje, padre del futuro Christopher Moltisanti (interpretado en la serie por Michael Imperoli, que aquí presta su voz como narrador de la historia desde la actualidad), es el eje sobre el que pivota la historia que supuestamente lleva a aquel joven varón del matrimonio entre Livia (Vera Farmiga, correcta para con su referencia) y Johnny Boy Soprano (desaprovechado y casi insignificante Jon Bernthal) a convertirse en aquel capo mafioso cazurro y serio, pero en el fondo triste, confuso y sensible, que terminaría de cambiar por completo la televisión que hoy conocemos. Aquí lo interpreta el propio hijo de James Gandolfini: Michael Gandolfini, ofreciendo el trabajo más fino y fidedigno en cuanto al material base del que parten algunos actores. Todo un descubrimiento.
Y es una pena que aquí acaben sus escasas virtudes. Ya he dicho que las comparaciones son odiosas, aunque inevitables cuando no parece que se pretenda añadir algo nuevo o de valor real a un universo ya estructurado y en cambio se nos ofrece un aparato nostálgico que transita lugares, personajes y situaciones de sobra conocidos para los fans de la serie. Es más, hasta a mí me costó entrar en su narrativa prototípica de cualquier filme sobre mafias (gran error el de cada vez prescindir más de los créditos iniciales), que es en lo que se acaba convirtiendo.
En cuanto a su dirección, Chase ha optado por tirar de un hombre de la casa, Alan Taylor (director también de episodios de otras series como Perdidos, Mad Men o Juego de Tronos), al que se le nota el callo a la hora de rodar y se lava las manos a la hora de intentar florituras innecesarias, que por otro lado hubieran podido insuflar más alma y corazón a, en resumen, otro ejemplo más de como no hay que estirar el chicle de los grandes éxitos culturales. Menos mal que su cierre, como debía ser, nos vuelve a regalar por última/primera vez el Woke up this morning de los Alabama 3.
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Lo mejor: Michael Gandolfini y las tremendas ganas que me han entrado de volver a ver la serie
Lo peor: Sin duda, el ridículo que hace John Magaro intentando emular al inigualable Steve Van Zandt y su Silvio Dante
Nota: 5,5/10
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