Bohemian Rhapsody: ¿música o cine?

Una vez más crítica y público no han sido capaces de ponerse de acuerdo, ¿qué pasa con Bohemian Rhapsody?

Empiezan los créditos finales, suena ‘Don’t stop me now’, se encienden las luces y el público se levanta a aplaudir. Eso fue lo que pasó cuando fui al cine a ver Bohemian Rhapsody.

En general parece que esta reacción fue la misma que en el resto del mundo si vemos cómo le ha ido en taquilla a la película de Bryan Singer/Dexter Fletcher o quién sea que haya sido el director.

Si soléis leer crítica sabréis que antes del estreno de Bohemian Rhapsody la prensa especializada tuvo una respuesta bastante tibia cuando la vio, incluso fue vapuleada por más de un medio. Decían que era otro biopic más, un copia y pega de la página de Wikipedia de Queen y que la historia real de este grupo había sido representada de una manera muy suave. Incluso muchos calificaban la interpretación de Rami Malek como sobreactuada.

Sin embargo, como ya hemos dicho, el público la adora. Muchos aseguran que les resulta emocionante, que les encanta la actuación del actor que da vida a Freddie Mercury y que salen del cine con ganas de comerse el mundo.

Estas diferencias entre crítica y público no son nuevas. La historia del cine está plagada de batallas entre la prensa y los espectadores. Algo puede ser un defecto para unos y al mismo tiempo una virtud para los otros e incluso pueden coincidir en qué está bien y mal pero no darle la misma importancia.

Rami, hay gente que dice que te pasas de diva (¿Se puede pasar uno de diva cuando interpreta a Freddie Mercury?)

Yo me encuentro un poco a medio camino de ambas opiniones en el caso de Bohemian Rhapsody. La película me parece que tiene una primera mitad demasiado inconexa, mostrando posibles conflictos personales aquí y allí que en muchos casos apenas tienen desarrollo y representando los primeros años de la banda en muy poco tiempo haciendo pim pam pum.

Comparto la opinión de que está hecha con la plantilla típica de un biopic, como por ejemplo cuando a Freddie Mercury se le representa como alguien que cada vez que abría la boca era para decir una cita célebre.

Es cierto también que la realidad de Queen está muy blanqueada. Aparece alguna fiesta de las que organizaba Freddie pero no representa ni de lejos el salvajismo habitual que se conoce de las mismas. La cocaína solo aparece una vez en toda la película (venga, hasta luego) y resulta que el líder del grupo era el único que se pegaba de vez en cuando una buena juerga. De hecho hay una escena ridícula en la que están todos en una fiesta de Freddie y le dicen que se tienen que ir ya, que son hombres casados y a las nueve hay que estar en casita. Los músicos de los ochenta, que eran muy disciplinados ellos.

En esto no dudo que tiene especial incidencia que Brian May esté envuelto en la producción. Siempre está representado como el más asertivo del grupo, el que media en los conflictos y el amigo de todos, aunque siendo justos siempre ha tenido fama de ser un tío bastante sanote. Pero venga, Brian, seguro que algún amanecer has visto estando de fiesta.

Ahí está Brian, el coleguita, el que se recogía pronto.

Todo esto está en la película y me fue imposible ignorarlo, algo que normalmente ya puede dejarte bastante frío. Pero no fue así. De hecho estoy deseando volver a verla.

Rami Malek está espectacular por mucho que algunos lo nieguen. Las escenas de grabación de los discos y de los conciertos son espectaculares. A pesar de tener demasiados éxitos que incluir en la película y corriendo el riesgo de meterlos todos sin criterio, han conseguido darle su espacio a cada uno.

Cada escena en el estudio de grabación es una intriga en la que piensas: «¿qué temazo toca ahora?». La grabación experimentando con los instrumentos del primer disco, los galileos de ‘Bohemian Rhapsody’, los primeros acordes de ‘Another one bites the dust‘ (piel de gallina), la primera gira americana, ‘Love of my life’ en Rio, Wembley… Todo es icónico y hace que olvides lo que a lo mejor no te está gustando tanto de la película momentáneamente.

Pero aquí me surge una inquietud muy grande, a lo mejor es una tontería pero realmente me hace dudar. ¿Realmente estos momentos son tan buenos o es que simplemente tienen música de Queen? Soy bastante fan de este grupo y difícilmente puedo escuchar una canción suya sin venirme arriba, por lo tanto no sé si el mérito debo dárselo a la película o al material original.

De todas maneras, ¿es esto importante? He intentado explicar cuáles me parecen los aciertos y los errores de la película pero la realidad es que salí del cine queriendo verla de nuevo. Aquí estarían presentes otros debates legendarios en la historia del cine: ¿qué es lo que debe buscar este arte? ¿Cuál es el objetivo final? ¿Contentar al público? ¿Conectar con otras personas? ¿La expresión personal? ¿La técnica? ¿La innovación?

La verdad es que no tengo ni idea y no sacaría nada en claro si me pusiera a divagar, solo sé que he disfrutado mucho la película y si todavía hay algún cine donde la proyecten no dudéis y vayáis a verla.

 

(Aquí tenéis un Han Solo que se enfadará si no vais al cine)