Un año más, ya el segundo, Sevilla Ficción trae el mundo del cine, series y cómics de ficción a una ciudad repleta de fans del género, una edición marcada por los eventos, las entrevistas y los invitados especiales. Ésta es una crónica visual del evento, pero no centrándose en éstas golosinas para los más forofos, sino en el punto de vista de un fan, un seriéfilo de pro, infiltrado en él, que habla con los demás fanáticos y con los sufridos dueños de stands.
Llego tarde, muy tarde. De ir el sábado por la mañana, decenas de pequeñas catastróficas desdichas retrasaron mi cita con el SevillaFicción nada menos que hasta la tarde del domingo, un domingo que estaba siendo infartante. Tuve la gloriosa idea de andar hasta el evento, así que la lluvia y el viento me saludó mientras brillaba el sol, una curiosa estampa que presumía de una extraña belleza. Obviamente, la lluvia cesó en cuanto pisé el Casino, donde, tras hablar con varios organizadores, me fue otorgada la Llave que Todo lo Abre, también llamada acreditación de prensa, y me dirigí presto al interior, no sin antes detenerme a hablar con varios de éstos organizadores y colaboradores. En la misma entrada, charlé con una simpática colaboradora, fan de Assassination Classroom -uno de los mejores mangas juveniles de los últimos años en mi opinión- dándome cuenta de que sí, de que realmente estaba ante gente que ama lo que expone. La cosa promete.
Comienzo mi periplo alrededor de los Photocall, sencillos y a la vez cargados de ilusión y saber hacer. Me impresiona especialmente el de Stranger Things, que prácticamente te hace sentir parte de algunas de las escenas más, digámoslo así para no caer en spoiler, luminosas de la serie.
Continúo éste viaje por los stands de empresas dedicadas a la interpretación y la escenografía. «Éstos eventos dan visibilidad a nuestros cursos de formación, no sólo de interpretación», me comentan en el stand de la ESAD, la Escuela Superior de Arte Dramático de Sevilla. «¡Mucha gente no sabe que también tenemos cursos de escenografía, hasta que ven aquí nuestros trabajos!». Si esta declaración es cierta, es una pena, pues su stand era una auténtica maravilla.
Me detengo ante el Stand de Attrezzo & Freak, repleto de objetos que atraen mi atención. J.M. Reina, su responsable, comenta que «venir aquí sirve para que conozcan nuestros productos de primera mano». Se especializan en attrezzo para eventos y objetos personalizados. Sonrío al saber que el objeto más vendido es una lámpara realizada con muy buen tino, simulando la máscara de Jason. Me maldije a mí mismo por séptima vez durante el evento, por no llevar dinero para comprar. Y es que, sin duda, los fans siempre han de ir a estos eventos con los bolsillos llenos o la esperanza perdida.
Prosigo mi viaje y me centro en los stands de los artistas, en su mayoría dibujantes, los valientes, que precisan de todo el impulso que merecen, luchando cada día porque la sociedad conozca su estilo, el inmenso arte que destilan, mientras sufren la condena del FanArt, de los fans que buscan ante todo material de sus ídolos antes que un arte original y fresco. Rocío Rodríguez, Diasu Artist, Teradiam, y muchos más, demuestran cada día que el empeño mueve montañas, más aún a última hora tras un fin de semana de trabajo agotador tras un stand repleto de ilusión.
Entre estos artistas, escondido cerca del enorme Stand de Guadalcifi, asociación de ciencia ficción y fantasía de Sevilla, estaba Gabriel Díaz y su diminuto stand lleno de sus también pequeños libros. Gabriel vive la ficción con la pasión que sólo un escritor puede tener, con el humor y la socarronería propios de quien trata de labrarse un nombre con la fuerza de su pluma, como plasma en su pequeña novela Una extravagante historia de serie ‘B‘. Nuestra charla sobre cine cutre copó los últimos minutos de un estupendo día, pleno de nuevas visiones que, extrañamente, apelaban a los recuerdos más arraigados de mi ser.