Título original: May December
Año: 2023
Duración: 113 min.
País: Estados Unidos
Director: Todd Haynes
Guion: Samy Burch. Historia: Alex Mechanik
Fotografía: Christopher Blauvelt
Música: Marcelo Zarvos
Montaje: Affonso Gonçalves
Reparto: Natalie Portman, Julianne Moore, Charles Melton, Cory Michael Smith, Charles Green, Andrea Frankle, Gabriel Chung, Kelvin Han Yee, Piper Curda
Compañías: Gloria Sanchez Productions, Killer Films, MountainA, Project Infinity, Taylor & Dodge.
Distribuidora: Netflix. Diamond Films España
Género: Drama
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En 2006, Richard Eyre estrenó Diarios de un escándalo, un film con aires telenovelescos que no dudaba en hacer hincapié en un tema difícil de asimilar para cualquier espectador, pero que conseguía la maestría gracias a uno de los mejores duelos interpretativos del siglo XXI. Judi Dench y Cate Blanchett protagonizaban hasta la extenuación un drama psicológico que giraba entorno a un escándalo semejante, aunque muy diferente en tono y desarrollo, al del nuevo largometraje de Todd Haynes.
Secretos de un escándalo (la palabra se vuelve a repetir), encuentra en el significado de su título original el correcto planteamiento inicial de una historia no exenta de matices. May-December es un adjetivo que sirve para designar relaciones románticas con grandes diferencias de edad, como la de la pareja encarnada por Julianne Moore y Charles Melton. Ambos viven en una aparente normatividad sin prejuicios hasta que la llegada del personaje de Natalie Portman pondrá al espectador en esa situación análoga a la de Diarios de un escándalo.
Pero Haynes, gran director de melodramas como Lejos del cielo (2002) o Carol (2015), no disimula su admiración por Douglas Sirk a la hora de centrar a sus personajes en acciones presentes para apartar del enfoque principal cualquier morbosidad efectista. Así es como Portman se mete en la piel de una actriz que anhela comprender e interpretar la intrínseca vida del personaje de Moore.
Metacine en una narrativa con toques de humor negro y notables dosis de melodrama en los que la inocencia interrumpida de un inmenso Charles Melton trazará una línea indivisible entre la perfecta ambición de Portman y la ambigüedad de Moore. Un triángulo que funciona con excelencia hasta en la fusión de los diversos juegos que van surgiendo a lo largo del metraje. En Secretos de un escándalo nada es lo parece y, a su vez paradójicamente, todo es lo que parece.
La pantalla se transforma en un espejo en donde el propio espectador se coloca en el punto de mira del relato, porque Haynes sabe muy bien como recurrir a buenas metáforas (obviando la reiteración típica de la mariposa monarca) para mostrar esa especie de Doppelgänger al más puro estilo de Ingmar Bergman en Persona (salvando las distancias, claro). En este sentido lo que insinúa engrandece a lo que muestra, dejando entrever, mediante una banda sonora hipnótica de Marcelo Zarvos, un entramado de gran carga emocional.
En definitiva, Haynes se sirve de un sólido guion como base para ir cimentando capas y subcapas de buen cine. Porque Secretos de un escándalo es un ejercicio bastante arriesgado, elegante e inteligente de casi dos horas de duración que en ningún momento decae debido a la dirección de actores y a la contención de sus emociones. Eso sí, quizá días después del visionado el espectador únicamente recordará el soliloquio de Portman y retendrá la actuación de Moore debido a la facilidad con la que maneja un personaje tan complejo. Pocas veces un núcleo familiar ha sido tan bien diseccionado como medio para cuestionar nuestros límites más olvidados.