El protagonismo absoluto de la música en ‘Taal’

El compositor A. R. Rahman es el artífice del protagonismo indiscutible de la música en Taal.

El género del musical se define principalmente por el establecimiento de una nueva realidad en la que los personajes comienzan a cantar con naturalidad en situaciones cotidianas. En el imaginario popular de la industria cinematográfica de la India, esta realidad es la habitual en sus películas más tradicionales, si bien es cierto que en los últimos años el modelo se asemeja cada vez más al occidental. Taal (1999) da un paso más que todas sus compañeras de generación, y establece una puesta en escena más cercana al teatro musical que al cine.

Incluso desde su introducción, el director Subhash Ghai parece invitar al espectador a que se acomode en un amplio teatro, mientras Aishwarya Rai, acompañada por un coro de bailarines, protagoniza una danza de lo más perturbadora al son de una rítmica cacofonía. No tiene importancia narrativa aparente, todo parece ser un sueño de Mansi (personaje de Rai en la ficción). A destacar la fragilidad de los primeros planos de la actriz, que es capaz de transmitir toda emoción deseada con tan solo una mirada.

Mansi, la hija de un cantante pobre de montaña, se enamora de Manav (Akshaye Khanna), heredero de un importante hombre de negocios, pero no pueden casarse debido a la negativa de sus padres por la diferencia social entre ambos. Cuando su historia de amor parece haber terminado, Mansi conoce al excéntrico productor musical Vikrant Kapoor (Anil Kapoor), quien le ofrece convertirla en una superestrella de la canción.

Aunque la historia que narra Taal no tiene mayor complejidad, puesto que no deja de ser un sencillo triángulo de amores imposibles, el toque original es el ofrecido por el compositor A. R. Rahman, que en 2008 se alzaría con dos premios Oscar por su trabajo en Slumdog Millionaire, capaz de establecer una melodía tan reconocible como para convertirse en un protagonista más de la historia, además del hilo conductor de la misma.

Namaste, amigos.