[Contiene spoilers del capítulo 4×01 de Los 100]
Los 100 ha vuelto a la pequeña pantalla. Tras más de siete meses esperando (es lo que tiene que una serie empiece en febrero y además, tenga de 13 a 16 episodios) la ficción post-apocalíptica ya está de vuelta en la parrilla televisiva de The CW y en nuestras vidas. La cuarta temporada de la serie empieza justo dónde acabó el pasado mes de mayo, así que debemos agradecer, y mucho, a la persona que un día decidió poner momentos de la temporada pasada antes del capítulo para recordarnos cosas y ponernos en situación. Porqué hay que admitir que siete meses son siete señores meses y es difícil acordarse de todos los detalles clave (que no son pocos) de la tercera temporada de Los 100.
Siendo probablemente esta la una objeción que tengo acerca del capítulo, hay que decir que la serie protagonizada Eliza Taylor (interpreta a Clarke Griffin) ha empezado con muy buen pie. Con ritmo, rehuyendo de escenas introductorias y haciendo visibles las que parece que serán las principales tramas de esta temporada. Y la verdad, parecen bastante interesantes. Una de ellas ya la conocimos en los últimos minutos de la entrega pasada: el fin del mundo. No deja de ser curioso que precisamente fuera el fin del mundo el que diera pie a la serie (100 jóvenes bajando del espacio a la Tierra para comprobar si era habitable) y que ahora, sea esta misma premisa, la que de pie a planificar una temporada entera y quién sabe, a poner fin al planeta de nuevo (cosa que personalmente, dudo bastante que pase). Pero es ciertamente curioso, y también, interesante.
Des de que empezó Los 100, las amenazas para la gente del cielo o Skicru han sido un alguien: los grounders, los habitantes de Mont Weather o ALIE (aunque esta última fuera una inteligencia artificial). Pero ahora, por primera vez, es algo mayor a ellos, es un algo: reactores de centrales nucleares deshaciéndose preparados para hacerlos morir en seis meses. ¿O en menos? Por lo que hemos visto en Los 100, podemos darles crédito y saber que no nos darán un final teñido de rosa. Espero de Los 100 una solución lógica (me extrañaría que esto fuera el punto y final), sufrimiento y como cada temporada, alguna muerte. Si puede ser, más creíble y menos ‘cutre’ que la de Lexa (Alycia Debnam-Carey).
La amenaza nuclear (otra vez) plantea algo más interesante. En contra de lo que dice Bellamy en los últimos compases del capítulo, la amenaza de el fin del mundo crea una amenaza común para todas las partes (los 13 clanes) des de probablemente el principio de la serie. Y esta vez, no podrán arreglarlo con sangre. La radiación nuclear no tiene consciencia para distinguir a quién mata (acabo de escribir una cosa demasiado obvia) pero precisamente por eso, puede ser que consigamos ver la unión (real) de los 13 clanes por primera vez en toda la serie. Y aunque sea algo temporal, será interesante ver el cuándo y el cómo.
Pero esto es lo que va a pasar. Ahora, centrémonos en lo que ya está pasando. Lo que es habitual: nuestros protagonistas, en especial Clarke, tienen la culpa. La Nación del Hielo o Azgeda los acusan de la destrucción de Polis, sin considerar que estaban bajo la influencia de ALIE. Con violencia, se apoderan del poder en la Polis y hacen cautivos a nuestros protagonistas. Pero Clarke se idea uno de sus planes y consigue curar a quién la Nación del Hielo considera su rey, Roan (Zack McGowen). Finalmente, Clarke consigue que él vuelva a confiar en él. ¿Cómo? Le entrega la Llama y además, le cuenta la verdad. ¿Qué obtiene a cambio? La alianza de los 13 clanes vuelve a ser válida. No sin resquemor.
Cómo sabéis, des de la muerte de Lexa, la aparición de la Llama significa pensar en ella, ya sea directamente o indirectamente. Vemos a una Clarke que por ahora, aún está lejos de superar la muerte de su amada. Por otro lado, a través de la protagonista, casi podemos oír la voz de los guionistas sollozando por el día que decidieron escribir la muerte de La Comandante de aquella manera. La desaparición de Lexa no deja otra pregunta: ¿tendrá Clarke otra trama amorosa esta temporada? En este caso, todas las miradas se centran en Bellamy, que está enamorado de Clarke des de tiempos inmemoriales, y que en este capítulo nos lo ha vuelto a recordar.
Bellarke (así es el nombre de esta pareja conjunta) no es una unión del agrado de gran parte de los seguidores, pero los guionistas siempre han dicho o han dejado entrever que no iban a quitar esta opción, por si algún día les apetecía desarrollarla. Soy de la opinión que una serie tiene que ser mucho más más allá de las parejas que puedan coexistir en ella. No creo que un interés amoroso entre Bellamy y Clarke arruine o deba arruinar una serie de la calidad de Los 100, que tiene tanto background detrás. Aún así, y dejando atrás la reacción de los seguidores, ¿vale la pena desfigurar una amistad sólida cómo la de Clarke y la de Bellamy por añadir un poco de tensión sexual no resuelta?
Por lo que respecta al resto de personajes, con este capítulo, los hemos visto en su línea. Los que sobresalen (Raven y Octavia) siguen en ello, eclipsando las ganas de protagonismo de Bellamy en sus días más insoportables; y los que empiezan a cansar (Jasper y Jaha) siguen con su papel de víctima agotador.
La vuelta de Los 100 a la televisión le ha sentado fenomenal a la serie. Ha vuelto vibrante, intrigante y sin perder su esencia, tres factores bastante importantes por lo que es Los 100 y en general, un número importante de series. Además, este primer capítulo nos ha dejado con un final interesante y sobretodo impactante, cosa que siempre es de agradecer. Un final que nos hace preguntarnos cómo van a pasar muchas cosas al largo de los siguiente doce capítulos.