3 enseñanzas seriéfilas que nos deja el 2020

3 enseñanzas seriéfilas que nos deja el 2020.

Ha sido un año intenso, arduo y en el que, afortunadamente, las series de televisión nos han salvado. O mejor dicho, nos han seguido salvando. Un pasaje, un agujero negro, otra dimensión, un salto, un respiro de nuestro mundo para vivir una aventura pero, después de tantos mundos, historias y emociones, ¿qué hemos aprendido?

  1. Life should be more than just surviving

Después de 7 años, mucho drama y un trauma de por vida (sí, sigo hablando de la muerte de Lexa) nos dejaba una de las mejores series de ciencia ficción de los últimos tiempos. Y vale, puede que diga de las mejores porque The 100 nos ha acompañado a muchos durante varios años. En mi caso, empezaba mi etapa universitaria. Tras ese final agridulce, pienso en qué ha significado la ficción, qué he aprendido de ella, por qué recuerdo con especial cariño la historia o a sus personajes.

Life should be more than just surviving, o en español, la vida debería más que sobrevivir. Esa famosa cita de una inolvidable Eliza Taylor como Clarke Gryffin al amor de su vida, Lexa Kom Trikru (Alycia Debnam-Carey).

A no ser que en el 2021 nos carguemos el planeta y nos vayamos al espacio y vivamos nuestra propia versión de The 100, solo puedo decir que muchas veces, opacados por la rutina e inmersos en el círculo vicioso de la sobreproducción me viene ese mensaje a la cabeza: la vida debería ser más que esto, debería ser más que desvivirte por un trabajo por un salario que te permita vivir dignamente, debería ser que más que pasar horas frente al ordenador mientras tu familia pasa tiempo junta y tú estás escribiendo en tu escritorio. La vida debería ser más que esperar al momento correcto y al “ya tendré tiempo de…”. La vida debería que más que sobrevivir, entendido a la realidad de cada uno.

Me emociona recordar a Raven, Indra, Emori, Murphy, Octavia… Porque he crecido con sus heridas, he vivido sus caídas y sus momentos de gloria. Y sé que es ficción, que es una serie, pero era mi serie, era mi momento del día en el que viajaba al espacio o recorría una Tierra nueva mientras aprendía un nuevo idioma, jus drein, jus daun, ¿no?

Ese cariño y ese sentimiento tan especial perdurará en el tiempo porque esa es la magia del audiovisual. Lo único que puedo decir cuando hablo de The 100 es otra de esas enseñanzas que nos deja y que sin duda culminan mi gratificante experiencia con la serie: may we meet again, que volvamos a vernos.

  1. Medicina alternativa, tu saliva mi saliva

De las mejores noticias, esto es innegable, el 2020 empezó a ser menos terrible cuando el reparto de la serie Física o Química anunciaba su reencuentro. Un capítulo especial divido en dos partes que nos iba a contar cómo era todo después de 10 años del cierre del colegio Zurbarán.

Lloré. Lloré porque volví a 2 de la ESO, y recordé como soñaba con esta serie, como de guays me parecían los personajes y también me reí. Me reí porque pensaba en cómo de adolescente creía que cuando llegara a bachillerato viviría experiencias similares, y ni de broma.

Física o Química: el reencuentro ha sido un pasaje a la nostalgia y a la reflexión. Yoli, Cabano, Cova, Gorka, Paula, Irene, Olimpia, Alma, Julio, Roque, Yang, todos han crecido, pero… ¿y tú o yo, nosotros? La generación FoQ, 10 años después sigue sin esconderse o atreverse, sin escaparse ni esperar, pero sí que es verdad que con esta nueva apuesta nos hace mirar atrás y ver donde estamos, como hemos crecido juntos, ha sido una quedada con los amigos del cole porque así lo sentimos y ha sido emotivo y muy especial.

Y es que la mitad de lo que hemos vivido hace más ruido que el ruido de un cañón.

  1. “El amor es estar dispuesto a arruinar una buena pintura por la posibilidad de una excelente»

Netflix este 2020 me hacía reconciliarme con las películas románticas adolescente con Conquista a medias, lo nuevo de Alice Wu. Y no solo hizo que me reconciliara, sino que coloco a esta ficción en mi ranking de las 5 mejores películas que he visto este año.

Se trata de una cinta amena, divertida y con un guion excelente. Y es que no es solo una película que habla sobre el amor juvenil o que hace un tratamiento fantástico de una relación LGTBI+ en pantalla, Conquista a medias nos enseña que “el amor es complicado, horrible y egoísta…y atrevido”, y se aleja de los clichés en el que el personaje flechado por Cupido pierde la cabeza, hace lo imposible y se obsesiona, esta película habla del amor, del detalle, del respeto y del amor propio, del respeto hacia quien uno es y lo que siente. Habla de libertad.

Y lo más importante nos enseña que querer a alguien significa arriesgarnos a pesar del miedo.

Y esto me gusta, y mucho. Normalmente los moldes de los personajes y de este tipo de tramas son muy parecidas y vemos un miembro de la pareja que siempre da el paso, sin más, porque sí, pero nos cuentan los miedos, inseguridades y quebraderos de cabeza que hay detrás y Conquista a medias lo hace, consiguiendo que todas las piezas formen una producción estupenda.

Estas 3 enseñanzas seriéfilas que nos deja el 2020 marcan los propósitos del 2021, y solo puedo decir ¡viva el cine, viva el arte!