Título original: Peacemaker
Año: 2022
Duración: 8 episodios (40 min.)
País: Estados Unidos
Dirección: James Gunn, Jody Hill, Rosemary Rodriguez, Brad Anderson
Guion: James Gunn
Música: Kevin Kiner, Clint Mansell
Fotografía: Michael Bonvillain, Sam McCurdy
Reparto: John Cena, Steve Agee, Freddie Stroma, Danielle Brooks, Chris Conrad, Christopher Heyerdahl, Jennifer Holland, Chukwudi Iwuji, Nhut Le, Robert Patrick, Lochlyn Munro, Annie Chang, Alison Araya, Lenny Jacobson
Productora: DC Entertainment, The Safran Company, Troll Court Entertainment, Warner Bros. Television.
Distribuidora: HBO Max
Género: Serie de TV. Acción. Aventuras. Comedia
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Que a James Gunn le despidieran en su momento de Disney se ha traducido, a la postre, en uno de los mejores regalos posibles para cualquier fan de los superhéroes. O, qué demonios, para la humanidad en general. Y es que el director de ambas cintas de Guardianes de la Galaxia -con una tercera, también con su firma, en camino- y El Escuadrón Suicida, probablemente la mejor película del DCEU, acaba de regresar a nuestras pantallas con un spin-off de esta última obra, El Pacificador, que ya es de lo mejor que nos ha deparado este 2022 de series.
La obra, de hecho, inicia allí donde termina la escena post-créditos de la película: con un Christopher Smith, alias ‘Pacificador’ (John Cena), hospitalizado después de los eventos acaecidos en Corto Maltese. Sin embargo, tan pronto se recupera la serie va por otros derroteros y adquiere un tono rabiosamente propio, en el que la premisa -es contratado para erradicar a unos aliens invasores llamados ‘mariposas’- es solo vehículo para un estudio de personajes genial. Y, por supuesto, para pasárselo en grande.
Continuando con esas líneas establecidas anteriormente, Gunn, heredero de la productora Troma, a la que debemos hitos del cine bizarro como El Vengador Tóxico (Herz, Kaufman, 1984), da rienda suelta a toda la violencia, verborrea y escatología de la que no puede hacer gala en Marvel Studios. Y si su Escuadrón ya era una película abiertamente estúpida -en el único sentido posible: el bueno-, El Pacificador es una oda a la estupidez, la ironía y la irreverencia: divertida hasta niveles superlativos, pero también, gracias al amor que profesa por sus personajes, muy emotiva.
Su protagonista, un imbécil redomado, se las ve con un grupo de profesionales que, pese a sus cargos en las cloacas del Estado, no son mucho más inteligentes que él. Pero sí son, y mucho, carismáticos. El premio se lo lleva, de calle, el que también es el mayor hallazgo de la serie: otro “superhéroe», Vigilante (Freddie Stroma); una versión de Deadpool todavía más psicópata y festiva que la de Ryan Reynolds.
Sin embargo, la química que se crea entre este grupo improvisado, esas relaciones afectivas que surgen entre estos descerebrados, son las que más hacen brillar a El Pacificador, pues despiertan una gran simpatía en el espectador. Hasta el punto, de hecho, de resultar más emocionante en la distancia corta, en el drama, que no en la epicidad de las peleas. A destacar, en ese sentido, las buenas interpretaciones de todo el reparto, especialmente de un John Cena que, más allá de haber encontrado su papel definitivo -o, realmente, de haberlo creado-, anclado en la comedia bruta, alcanza unas cotas dramáticas que jamás hubiéramos imaginado posibles para él.
De todos modos, no es nada desdeñable tampoco su acción. No solo es gore y descarnada, sino que también ayuda a liberar el espíritu loco de Gunn, en un todo-vale en el que tiene tanto -o tan poco- sentido pelear contra un ninja enano que contra un gorila mutante, granadas atadas a obuses rusos mediante. Enfatizada, claro, por la enorme colección de temazos hard rock escogidos para la ocasión: como ya admitió el propio director, tiene quizá la mejor playlist de todas cuantas ha elaborado para sus historias.
¿Pero es todo tan perfecto? Bueno, lo cierto es que la serie es café para muy cafeteros. Recoge lo expuesto en El Escuadrón Suicida y lo eleva al cubo, por lo que si disfrutaste aquélla, amarás esta. Pero también puede suceder lo contrario. En cualquier caso, confirma el estatus dentro del género superheroico que ostenta James Gunn, un cineasta que es verso libre, puro rock n’ roll, y que acaba de entregar la que puede ser su mejor obra hasta la fecha. Y como dicen en la propia serie: siempre es buen momento para el rock n’ roll.
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Lo mejor: Tiene una de las mejores escenas de créditos iniciales de cualquier serie de la historia. Imperdible. Y además es divertida a raudales.
Lo peor: Si no entras en su juego o no empatizas con su humor y su tono no te gustará nada.
Nota: 9/10