¡Se acerca Halloween! Una de las mejores épocas para ser cinéfilo, no solo porque comienzan a llegar a salas los estrenos de la temporada de premios, sino porque podemos aprovechar para hacer un maratón de películas de terror con las pasar una noche… de miedo (perdón). En este artículo, os recomiendo cuatro películas que, aunque comparten el elemento de terror, apenas se parecen en nada. Con un poco de suerte, además, ni siquiera las habréis visto, y tendréis cuatro opciones perfectas para poner algo de cine en la noche más terrorífica del año.
- Near Dark (Kathryn Bigelow, 1987):
Kathryn Bigelow se ha convertido en la directora más relevante a nivel internacional con éxitos del cine bélico como La hora más oscura o En tierra hostil, pero en sus inicios, la directora de Detroit nos deleitaba con películas de género de todo menos convencionales. Near Dark es su primera película en solitario como directora, y si buscáis la sesión perfecta para Halloween, triunfaréis con ella.
Se trata de una película sobre un chaval que liga con una chica, que resulta ser una vampiresa, y se lo lleva con su familia de vampiros tejanos en una furgoneta. Pero ni a nuestro protagonista le gusta su vida como vampiro, ni su familia humana se va a quedar de brazos cruzados. Lo que sigue es una mamarrachada absoluta, descaradamente divertida y llena de estereotipos con los que Bigelow deconstruye el género de vampiros (y el western, ya que está). Es totalmente excesiva y no duda en ningún momento en lanzar tantas ideas como puede a la cara del espectador, por lo que es perfecta para echar unas risas sin pasar demasiado miedo.
- The Eyes of my Mother (Nicolas Pesce, 2016):
Pero si lo que buscas en Halloween es una auténtica experiencia que te grite ‘¡cinéfilo!’ a la cara, probablemente te interese darle una oportunidad a The Eyes of my Mother la primera película del director de videoclips Nicolas Pesce, que recientemente ha traído a festivales Piercing y prepara ya el nuevo remake de The Grudge (conocida por su original japonesa, Ju-On, la del niño).
En su debut como realizador, Pesce ofrece una historia trabajada sobre la familia, totalmente descarnada cuando necesita serlo, pero empapada en todo momento de una belleza que, por omnipresente, resulta sobrecogedora. Su ritmo pausado y fotografía en blanco y negro harán que el espectador medio se tire de los pelos y la termine a los diez minutos, pero si tenéis estómago tanto para esto como para gore del bueno, os encontraréis una verdadera sorpresa.
- The Wailing (Na Hong-jin, 2016):
El cine coreano siempre ha sido una debilidad personal, por eso cuando entré en un cine a finales de 2016, a las once de la noche, preparado para ver una película de terror de más de dos horas de duración, creí que estaba más que preparado. Pero The Wailing es una película especial, porque no importa qué esperes, siempre te va a dar más.
La historia básica gira en torno a la llegada de un extraño a un pequeño pueblo; poco después, una enfermedad comienza a afectar a los habitantes. El protagonista de la historia es un policía que se verá obligado a investigar el caso. Pero la trama evoluciona, se retuerce frente a nosotros y termina convirtiéndose en una reinvención del género del terror mediante la reapropiación y reinterpretación de todos los iconos occidentales del género.
- Most Beautiful Island (Ana Asensio, 2017):
Para terminar con algo de sabor español, qué mejor película que Most Beautiful Island. Se trata de un largometraje pequeñísimo, muy corto, que ganó en el festival SXSW en Estados Unidos pero pasó casi de puntillas por nuestro país, a pesar de que cuenta una historia que probablemente resuene con muchos actores y actrices de todo el mundo.
La realizadora es la actriz española Ana Asensio, que además de dirigir, escribe y protagoniza esta historia de terror totalmente realista sobre una actriz que trata de sobrevivir en Nueva York. Aunque puede parecer que estoy recomendando un drama, la película da un giro de 180 grados en su segunda mitad, y convierte lo que ya era notable en una masterclass de dirección de casi 45 minutos.
Y si solo tienes estómago para un aperitivo…
- Possibly in Michigan (Cecelia Condit, 1983):
Possibly in Michigan es un cortometraje inabarcable que funciona como musical, película de terror, comedia y drama social feminista, además de crítica al capitalismo y, francamente, cualquier otra cosa que se os ocurra. Es realmente indescriptible y, recientemente, un fenómeno en TikTok que le ha conseguido trabajo a su directora.
- Apaches (John Mackenzie, 1977):
Citado como una de las películas favoritas de Edgar Wright, Apaches es un cortometraje encargado como un anuncio de servicio público en favor de las medidas de seguridad, especialmente en entornos rurales y pensadas para niños. Pero a los directores de cine no se les puede dejar solos, y John Mackenzie hizo una película algo triste, algo divertida, pero desde luego tan alejada como nos podamos imaginar de lo que le encargaron, sobre un grupo de niños que viven y juegan en una granja y, poco a poco, van muriendo de formas cada vez más ridículas. Realmente extraño lo que hacían los ingleses hace 40 años.