Series que son un buen negocio (XVIII): marketing deportivo americano

No hay que dejar de insistir en ello, ya sabemos que la educación financiera se torna de lo más relevante en los tiempos que corren (¿¡y cuándo no?!). A pesar de que eso no parece importarle mucho a la mayoría de los personajes de la plantilla de la serie Ballers (Stephen Levinson, 2015-2019) de HBO Max.

Absolutamente indispensable si es que te estimas en algo los euros que van y vienen de tus cuentas bancarias. Y eso sin ni siquiera haber invertido un solo euro en criptomonedas, lambos o casoplones en Miami. También lo es entender qué es la inflación o la factura de la luz, la masacre de los impuestos, dónde posicionar tus ahorros…

Afortunadamente, para eso está Spencer Strasmore (Dwayne ‘La Roca’ Johnson) como asesor financiero y agente representante de jugadores de la NFL (fútbol americano). Con un pasado de exjugador -en la serie, en la vida real como luchador profesional- sabe bien cuál es la problemática de no saber gestionar debidamente el inmenso patrimonio que se amasa durante la breve carrera de un atleta profesional.

John David Washington asesorado deportiva y financieramente por La Roca

Exjugadores, jugadores profesionales en activo, agentes representantes, periodistas de televisión, directivos, multimillonarios y pirañas que les rodean. Un microcosmos en el que tomar buenas decisiones financieras es fundamental. La industria del deporte estadounidense regado de millones de dólares para gastar…Y para invertir.

Para los prejuiciosos, La Roca está inmenso en la serie, y no hablamos exclusivamente de su portentoso físico atlético. Ofrece diversión, entretenimiento y mucha reflexión crítica sobre el mundo del deporte profesional estadounidense. Mucha acción pero en los despachos, sin golpes ni explosiones.

El propio Spencer Strasmore, ha vivido en carnes propias la bancarrota y todas esas vivencias que intenta transmitir con sus consejos, tanto a excompañeros en activo como a los nuevos clientes que va reclutando. A cada cual más pintoresco y más derrochador. La historia de la serie se centra en él, es una especie de redención personal. Superar todos sus males tras una exitosa pero azarosa carrera profesional en la élite del fútbol americano (NFL). Y quizá redimirse de una vida individualista, egoísta y narcisista.

John David Washington (Tenet, Malcolm&Marie, Infiltrado en el KKKlan) es un jugador en activo en la madurez de su carrera deportiva con altibajos físicos, neurológicos y emocionales. Omar Benson Miller es un exjugador que busca reorientar su carrera como directivo de clubes. Por el camino Andy García como empresario del sector, o Jay Glazer haciendo de si mismo como mediático periodista y muchas otras celebridades reales de la NFL y el ‘show business’.

 

Sin duda, esta entretenida serie es un ejemplo (más exagerado aún) de la importancia de la educación financiera. En cada una de sus cinco temporadas, en cada uno de sus breves episodios, hay una buena carga de lecciones didácticas sobre el malgasto, y la mala o buena planificación financiera. No ahonda en los tecnicismos como por ejemplo La gran apuesta, pero es igualmente bastante gráfica.

Y si la mala experiencia con Hacienda y con los bancos de Leonardo Sbaraglia en Concursante, ni las advertencias de Gordon Gekko sobre la especulación y el endeudamiento fueron suficientes, Ballers es una buenísima opción para seguir aprendiendo sobre la temática.

Pero es que además de todo ese punto de didáctica financiera, contamos con una comedia ágil y divertida que no para de ofrecer giros, negociaciones, proyectos empresariales de todo tipo. Más allá de las finanzas, ofrece puro marketing deportivo. Muy a la estadounidense, es una americanada de campeonato, pero muy entretenida y muy fácilmente digerible.

Amigos, socios y empresarios del deporte

El ambiente de cada capítulo es atractivo al recurrir a la música animada hip hop, coches de lujo, fiestas, impresionantes mansiones. Buena vida y billetes a mansalva. En sintonía como el equipo que forman Spencer Strasmore (La Roca) y Joe Krutel (Rob Corddry). Dos avispados e inseparables agentes que no paran de urdir tramas en busca del negocio del siglo. Emprendedurismo a la americana, vas con todo y si te arruinas o fracasas, te reinventas o te las apañas como puedas. Sin red ni paracaídas, eso es de flojos.

En cada temporada estamos ante una fase diferente del ciclo del proyecto empresarial de estos dos pioneros. Siempre afrontando el riesgo empresarial con mucho optimismo y seguridad.

De la fase de “simples” asesores financieros, se las van ingeniando para representar a jugadores profesionales de la NFL, y acaban por gestionar una agencia de marketing deportivo y se embarcarán cada vez más en proyectos más ambiciosos: como trasladar una franquicia de ciudad, la construcción de un estadio nuevo, ‘hacer un Abramovich‘ o cualquier jugada que huela a verde.

Hay que reivindicar nuevamente a este híbrido 2.0 de Bruce Willis y Arnold Schwarzenegger que viene a ocupar el espacio de los taquillazos que aquellos protagonizaron en los 1990. Sagas como Fast and Furious (A todo gas, ¿20 ya?) puede que lo tengan encasillado en el subgénero de la acción palomitera (Alerta Roja, Jumanji, San Andrés). Pero suelen ser tremendamente divertidas. En esta serie está brillante, muy creíble como agente.

Otros aspectos a destacar de la serie es que va más allá de esa apariencia algo machista y superficial del mundo del deporte. Un retrato más bien del paso de muchos afroamericanos en su salto a la fama, y con su estilo de vida hip hop. De vivir en el barrio a Palm Beach, sin noción de cómo gestionar su dinero. Pero tampoco deja títere sin cabeza en lo institucional. Denuncia la NCAA y critica el trato a los deportistas como simple mercancía, corruptelas federativas en pro del negocio NFL… Tiene una faceta reivindicativa en favor de los derechos de los jugadores y en defensa de su salud física y mental. Un problema médico bien retratado por Will Smith en La verdad duele.

En definitiva, podemos concluir que es una serie bastante recomendable, y todo por la módica inversión de 25 minutos por episodio. ¡¡Touch Down de La Roca!!