Colin Farrell en su última pelicula 'Almas en pena de Inisherin'. Vía: Esquire

‘Almas en pena de Inisherin’, Platero y él

Título original: The Banshees of Inisherin

Año: 2023

Duración: 114 minutos

País: Reino Unido

Dirección: Martin McDonagh

Guion: Martin McDonagh

Música: Carter Burwell

Fotografía: Ben Davis

Reparto: Colin Farrell, Brendan Gleeson, Kerry Condon, Barry Keoghan, Pat Shortt, David Pearse, Gary Lydon, Jon Kenny

Productora: Blueprint Pictures, Film 4, Fox Searchlight, Metropolitan Films International

Género: drama, comedia

Ficha completa en FilmAffinity

Platero era un burro feliz. Vivía ajeno a la realidad, como todos los de su especie, vagando por campos floridos y alimentándose del pasto fresco. Decían que era tonto, pero de lo que único que se dolía Platero era de tener un gran corazón. Así era él, así lo pintó Juan Ramón Jiménez.

Con una brocha distinta, la del cine y la de los sueños quebrados, dibuja Martin McDonagh su última película Almas en pena de Inisherin —The Banshees of Inisherin en inglés original—. Ubicada al final de la Guerra Civil Irlandesa en el año 1923, en la isla ficticia de Inisherin, la película sigue la amistad entre Pádraic Súilleabháin (Colin Farrell) y Colm Dorethy (Brendan Gleeson). Este último decide terminar de forma abrupta e inmisericorde con la amistad que durante años han forjado Pádraic y él. La razón: Pádraic es demasiado tonto, demasiado insulso, tan estúpido como un burro. Colm es un músico prolífico y se ha cansado de las conversaciones aburridas que durante años han compartido en la taberna de la aldea, la única en la isla, siempre a las dos en punto con una jarra de cerveza por delante.

La película está nominada a 9 Óscars, entre ellos Mejor Película y Mejor Guion Original.

Imagen promocional de la última película de Martin McDonagh. Vía: Vóx Populi

Pádraic se revela ante este destino trágico que parece haber sido trazado por el mismísimo Mefisto. No entiende la decisión de su amigo. Por mucho que insista, Colm se niega a entrar en razón: quiere retirarse a componer, a escribir una canción que perviva después de su muerte, que permanezca para la posteridad. Pádraic, como es de esperar, desconfía: para él la vida se encuentra en hacer lo mismo todos los días, alimentar a sus animales, pasear a su burro y bajar a las dos a la taberna junto a su mejor amigo. El cielo puede esperar, piensa Pádraic, y le damos la razón.

Martin McDonagh tiene algo especial. Está tocado por una varita que la mayoría de mortales ansiaríamos alcanzar. Tras rozar el Óscar a Mejor Película y a Mejor Guion Original con Tres anuncios en las afueras (2017), Martin se retira a su Irlanda natal con un guion ácido, indolente y a ratos divertido. En Almas en pena de Inisherin se aleja unos centímetros del humor negro y del dolor desgarrador de su anterior película para enfocarse en la sutileza. La película está llena de ellas, desde la ruptura entre los dos protagonistas sin grandes golpes hasta la construcción de los avances en la trama. Pasa, como en la vida, casi sin querer.

De nada sorprende la brillante actuación de Colin Farrell, un actor que solo desaparece del círculo de blockbusters para grabar películas intimistas y hasta cierto punto, extrañas -¿cómo olvidar su participación en Langosta (2015) del director griego Yorgos Lanthimos?-. A poco menos de un mes para los Óscars, Colin espera en rampa de salida con todos los boletos en el bolsillo para llevarse el máximo galardón para un actor, aunque este año las apuestas están divididas con, entre otros, su compatriota irlandés Paul Mescal por su papel en Aftersun (Wells, 2023).

Almas en pena de Inisherin es un canto a la amistad, pero también a saber bajar los brazos, a aceptar y a dejar ir. La película se perfila con un guion exacto y único que esquiva los formalismos con habilidad, y nos presenta una fotografía de los últimos años de vida con una tinta emborronada por las lágrimas.

Pádraic tan solo tenía dos amigos: su burro y Colm. No hace falta mucho más para ser feliz, ¿no creen?

Lo mejor: la sutileza del guion y brillantez de todas las actuaciones

Lo peor: una realización poco arriesgada y demasiado lineal

Nota: 8/10