Greta Fernández en Unicornios, fotograma de la página oficial del Festival de Málaga

‘Unicornios’, urbanita y tristeresante

Título original: Unicornios

Año: 2023

Duración: 93 min

País: España

Dirección: Álex Lora

Guion: Pilar Palomero, María Mínguez, Álex Lora, Marta Vivet

Reparto: Greta Fernández, Nora Navas, Elena Martín, Alejandro Pau, Pablo Molinero, Lídia Casanova, Eudald Font, Christian López Lamelas, Emma Arquillué, Melissa Fernández

Música: Isabel Latorre

Fotografía: Thais Català

Compañías: Inicia Films, Jaibo Films, TV3

Género: Drama. Romance. Internet/ Informática. Redes sociales.

Ficha completa en Filmaffinity

El Núcleo es un pequeño estudio creativo colocado entre las apiladas construcciones de una bulliciosa ciudad. Por fuera, sólo es un modesto edificio más, pero por dentro se trata de un espacio lúgubre. Nada mejor para un correcto visionado de las pantallas. En su interior, varios jóvenes luchan por aportar belleza virtual a la sociedad. “Pues tienes que encontrar tu estilo. Es como que veo algo de ti, pero me sigues faltando tú” reprocha el jefe a una de sus trabajadoras. La chica responde con una mirada desafiante. Ella sabe que es especial, pero el mundo no la entiende. Es uno entre muchos otros unicornios. Suspira, toda urbanita y tristeresante.

Con esta escena debuta Álex Lora en el largometraje Unicornios, un drama poco suculento que intenta rescatar temas actuales como relaciones poliamorosas, la identidad en la generación de las redes sociales y el patriarcado con un estilo de lo más modernito: pasional (pero solo un poco) y confuso.

Greta Fernández, la única buena decisión de Lora en esta ocasión, encarna a la protagonista. Con una actuación brillante, tan sólo limitada por la escasa capacidad de conexión de su personaje con el público, se luce en una serie de planos medios cortos, otra de las pocas apuestas favorables para la película. La actriz lleva la mayor parte del peso de la obra, aunque no podemos olvidarnos de otros actores como Nora Navas, Elena Martín o Alejandro Pau. “Es víctima de este mundo volátil, en el que todo es epidérmico y no se profundiza en nada, en el que todo se desecha enseguida” dice el director sobre Isa. De esta manera justifica la empatía que deberíamos haber desarrollado por su personaje principal, y define el victimismo confortable para todos aquellos que aun no sabían lo que era un tristeresante.

Fotograma de Unicornios, de la página oficial del Festival de Málaga
Fotograma de Unicornios (Foto: Filmax) 

El guion, coescrito junto a Pilar Palomero (La Maternal, Las niñas), María Mínguez y Marta Vivet, engendra de manera minimalista a una protagonista pasiva, con un conflicto interno (o muchos, nunca lo sabremos) y un final abierto, pero lo hace con tan poca identidad que deseamos fervientemente que algún personaje de Blue Jeans aparezca para amenizarnos un poco la velada. La historia avanza tropezando en una sucesión de encuentros sexuales que nos dicen muy poco y con una Isa emberrinchada entre cama y cama. Un ejemplo de una generación sumida en las redes sociales, un narcisismo poco realista fruto de la desconexión con el mundo real y malas decisiones que revelan la deprivación evolutiva de toda capacidad de razonamiento. Ideas que bien podrían elevar una película, como se muestra en El triángulo de la tristeza (Östlund, 2022) quedan aquí representados de manera escueta y sin gracia.

A pesar de la desdichada creación de Unicornios, que se estrenó en la Sección Oficial del Festival de Málaga y cuyo visionado en cines es posible a partir del 30 de junio, Lora brilla en el cortometraje. Prueba de ello fue el éxito de Godka Cirka (Un agujero en el cielo) y The Fourth Kingdom en los Premios Gaudí y la nominación del segundo a los Goya en 2018. Y es que algo bueno tenía que dejar haber tenido como tutora a Chantal Akerman.

Poco más queda que decir de Unicornios. Una idea que promete, pero con muchas carencias, y que a pesar de todo invita a la reflexión. No es fácil vivir en esta sociedad plural, que avanza a un ritmo suficiente como para hacernos detestarnos a nosotros mismos, llena de lujo, de apariencias en redes sociales, de librepensadores que piensan poco y, en definitiva, que viven a la deriva. En ocasiones, el regodeo en la «miseria» confortable es la solución más rápida a las carencias de identidad que nos amenazan entre tanto smartphone.

Lo mejor: la actuación de Greta Fernández.

Lo peor: el hilo conductor es débil y no parece contar nada nuevo.

Nota: 4/10