solo una vez

‘Solo una vez’, desgranando la violencia de género

Título: Solo una vez

Año: 2021

País: España

Dirección: Guillermo Ríos

Guion: Marta Buchaca

Fotografía: Roberto Ríos

Reparto: Ariadna Gil, Álex García, Silvia Alonso, Mari Carmen Sánchez, Isa Montalbán

Productora: Radio Televisión Canaria, Álamo Producciones Audiovisuales

Género: Drama

Fecha de estreno: 14 de mayo de 2021

Ficha Filmaffinity

Solo una vez narra en imágenes lo que a veces no se puede contar con palabras. Llena de significado lo que no se escucha, el silencio de las víctimas de la violencia machista, y consigue que las emociones traspasen la pantalla.

La ignorancia es atrevida y nadie sabe lo que pasa tras una puerta cerrada, pero muchos se atreven a defender lo que no conocen. El BCN Film Festival 2021 nos permitió asistir en exclusiva al traslado a la gran pantalla de este texto de Marta Buchaca, -que antes fue obra de teatro-, antes de su llegada al cine el próximo 11 de junio. La ópera prima Guillermo Ríos evidencia cómo actúa la violencia de género, tanto en el plano privado como en el público, y hace incuestionable el porqué nunca se debe juzgar a una víctima.  

En esta historia todo pasa entre las puertas de un centro de atención social, un buen paralelismo con el ámbito privado en el que se da la violencia invisible. Laura (Ariadna Gil) es una psicóloga especialista en violencia de género que trata a Pablo (Álex García), que niega ser un maltratador a pesar de haber sido denunciado, y a su pareja Eva (Silvia Alonso), que niega ser víctima. A su vez, Laura está siendo acosada por el marido de otra paciente.

A través de la pareja protagonista se entienden perfectamente las dinámicas de una relación de abuso psicológico, la evolución y los tiempos que explican cómo llega a suceder lo que no siempre se entiende desde fuera. Se muestra cómo todo se da en el ámbito privado, mientras que gracias a la narrativa del acoso se denuncia la complicidad de un sistema que ampara a los agresores desprotegiendo así a las víctimas.

La violencia de género actúa de forma progresiva, erosiona a la víctima de la misma forma que las olas del mar erosionan las rocas de un acantilado. No se aprecia día a día, solo se puede ver cuando el impacto ya es evidente. Solo una vez sabe cómo gestionar los tiempos para hacer al espectador partícipe de ese deterioro y desmontarlo: las dinámicas, las fases, la percepción social, la autopercepción y otras cuestiones abordadas con el tacto que merecen. En definitiva, el engranaje del patriarcado.

Solo una vez rompe con los estereotipos que de forma errónea se suelen asociar a la violencia de género, empezando por el perfil de agresor y víctima. Un hombre con buena reputación social, estudios, de carrera reconocida y buenos modales puede ser un maltratador, de la misma manera que una mujer con estabilidad laboral, afectiva, estudios superiores e independencia económica puede ser una víctima.

En ocasiones como sociedad se nos llena la boca de juicios de valor en forma de preguntas respecto a todo lo que envuelve la violencia de género y Solo una vez desmonta los mitos que las sustentan uno a uno. Representa con gran acierto un asunto que se suele dar por olvidado como lo es la autopercepción. Nadie quiere reconocerse como agresor, tampoco como víctima. Gracias a un guion bien urdido se entienden los diálogos interiores que ambos lados de la relación tienen consigo mismos para justificar sus derivas.

Es un filme sin artificio, que cuenta una lacra social con lo mínimo, que al final es lo indispensable y lo que genera la conexión con la audiencia. Despierta una importante reflexión, a la par que ayuda a comprender la dimensión del problema y abre debates necesarios como lo son la masculinidad hegemónica y el papel de las instituciones en la solución de esta problemática. El elenco está de diez, y cabe destacar la química entre Álex García y Silvia Alonso, a la par que sus interpretaciones, cargadas de verdad.

Ochenta minutos de no poder despegar la vista de la pantalla no es algo al alance de todos los largometrajes, pero sí de Solo una vez. Pero consigue más que eso, estamos ante una ficción madura y reposada que gracias a una visión 360º aporta una fotografía panorámica sobre la violencia de género.

Lo mejor: La forma de mostrar cómo se autoperciben maltratador y víctima y la aceptación social del primero

Lo peor: La subtrama de la hija

Nota: 9/10

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