Fotograma de la película Pequeños grandes amigos. Material de prensa Ver Cine.

‘Pequeños grandes amigos’, mucha vida en el asilo

Título original: Quand tu seras grand

Año: 2023

Duración: 99 min

País: Francia

Dirección: Andréa Bescond, Eric Métayer

Guion: Andréa Bescond, Eric Métayer

Reparto: Vincent Macaigne, Aïssa Maiga, Marie Gillain, Carole Franc, Christian Sinniger, Eric Métayer, Evelyne Istria, Kristen Billon, Sylvie Artel, Bernard Bloch, Dominique MacAvoy, Peri Bourgogne, Juno Métayer

Música: Robin Coudert

Fotografía: Emmanuel Soyer

Compañías: Ciné+ Émotion, Fils Prod, France 2 Cinema, France Télévision Images, Les Films du Kiosque, Umedia

Género: Comedia. Drama

Ficha completa en FilmAffinity 

En mi pueblo, las señoras mayores se sientan a charlar al fresco a partir de las nueve. En ocasiones el telediario les trae algún suceso jugoso, digno de ser comentado y debidamente destripado; otras veces se conforman con la vida del vecino de al lado. Cuando era pequeña, a veces no tenía más remedio que pasar por delante de semejante aquelarre. Cogía aire, paraba a saludar a mi abuela y esperaba a que las preguntas sobre mi vida sentimental infantil terminaran en lo que ella me metía un billete de cinco euros en el bolsillo. Así funcionaba la calle Cervantes. Hoy, las cosas no han cambiado demasiado, aunque a veces ya no veo a algunas de ellas. ¿Dónde van las vecinas si ya no salen a la puerta? Mi cabeza siempre las imagina en un lugar en calma, un asilo (o residencia de mayores, si preferimos un nombre más contemporáneo) y deseo que sea como el que se muestra en Pequeños grandes amigos.

Es en una residencia francesa donde transcurre la comedia dramática de Eric Métayer y Andréa Bescond. Pequeños grandes amigos cuenta el día a día en un asilo desde el punto de vista de los trabajadores, los ancianos y los niños que, debido a las reformas de la cafetería del colegio, comparten durante unos días el comedor. A pesar de que tener a un grupo de pequeños seres correteando por lugares públicos casi nunca sale bien, en esta película los directores consiguen reflejar la alegría que la infancia puede aportar a la vejez. Métayer y Bescond huyen de intereses políticos y económicos para mostrar los lazos que pueden llegar a formarse en etapas diferentes de la vida.

La película abre con unos trabajadores estresados y nos sumerge en un ritmo frenético en los primeros minutos, con planos medios y en movimiento, y diálogos cortos y rápidos. La precariedad de los auxiliares y limpiadores es palpable, aunque no por mucho tiempo, pues la llegada de los niños interrumpe el frenesí. A partir de este momento, comedia y drama avanzan de la mano por el asilo, y el guion se acomoda para darnos una experiencia agradable, pero moderada.

Fotograma de la película ‘Pequeños grandes amigos’. Material de prensa de Ver Cine.

“¡Pequeños y mayores, somos los mejores!” cantan los personajes en una pantalla llena de colores y altos contrastes. Entre estos vítores destacan Brieuc (Kristen Brillon) un niño skater salvaje y atrevido, e Yvon (Christian Sinniger), anciano con el que entabla una estrecha relación. Junto al cuidador principal Yannick (Vincent Macaigne) y Aïssa Maïga como maestra, presentan a los personajes que llevan sobre los hombros las diferentes tramas de la película. Y es que la intención de los directores era hacer de Pequeños grandes amigos una película coral, aunque difícilmente lo consigan al introducir múltiples y muy similares conflictos a tiempos poco adecuados.

A pesar de tener poco de coral, la película consigue mantener la atención del público y ofrecer escenas conmovedoras de gran disfrute. Vejez con regusto a alegría, como la que traía Empieza el Baile (Marina Seresesky, 2023), en esta ocasión acompañada de las brillantes interpretaciones de Macaigne y Maiga, nombres sonados en el cine francés por ser además directores y guionistas. Y no son los únicos polifacéticos, pues Métayer se reserva un pequeño papel como director de la residencia en su propia película, algo que ya veíamos en su anterior film Les Chatouilles.

Alegría por empezar a vivir o alegría por haber vivido. Hoy, cuando veo a las vecinas parar a algún niño, experimento desde la lejanía todo lo cómico, lo desafortunado y lo negro que la película de Métayer y Bescond podrían haberme hecho sentir. Pero quizá se reservan todo ello para el futuro, y ofrecen en esta ocasión una mesura conmovedora, común para todos los públicos, y que podrá visualizarse a partir del 11 de agosto en cines.

Lo mejor: las actuaciones de los personajes principales.

Lo peor: las múltiples tramas no llegan a formar una historia coral.

Nota: 7/10