«Orphan Black» supera el examen con nota un año más

Orphan Black

Orphan Black ha puesto punto y final a su cuarta y penúltima temporada. Las ‘sestras’ se despiden hasta la primavera de 2017 para presentarnos su quinta y definitiva temporada, tal y como hemos sabido estos últimos días. En parte, es una noticia triste porqué significa que sólo nos quedan diez capítulos más para disfrutar de las clones Leda. Pero si la quinta temporada alcanza el nivel de las cuatro anteriores, que no tengo duda de que lo hará, diez capítulos son suficientes para ponerle punto y final a la serie de la BBC y dejarnos con un buen sabor de boca.

Por suerte o por desgracia, aún falta mucho para 2017. Por ahora, Sarah, Helena, Alison, Cosima (y MK y Rachel), todas interpretadas por Tatiana Maslany, nos han dejado con diez capítulos llenos de suspense, traiciones, lágrimas y de retorno a los inicios. Suena a tópico, pero les ha funcionado de maravilla. La cuarta temporada de Orphan Black no ha menospreciado el nivel de la tercera ni de las dos anteriores. Así pues, ¿qué ha dado de sí esta nueva tanda de capítulos?

En primer, lugar, la temporada empezaba diferente a lo que nos tenían acostumbrados. No tuvimos ni noticias de ninguna de las Leda principales, ni tampoco de Felix (Jordan Gavaris) o Mrs. S (Maria Doyle Kennedy). En el primer episodio nos volvíamos a encontrar con Beth Childs, la clon que desencadenó el inicio de la misma serie y pudimos vivir, des de los ojos de la propia Beth los últimos días de vida que le quedaban. Fue ideal para rendir homenaje a una clon que parece olvidada y que en realidad, dio inicio a la serie y al grupo que hoy la protagoniza. No sólo fue eso, ese primer episodio fue también creado para incluir una nueva clon, MK.

Cosima y Sarah han trabajado codo con codo prácticamente toda la temporada. Y las hemos visto al límite más de una vez.
Cosima y Sarah han trabajado codo con codo prácticamente toda la temporada. Y las hemos visto al límite más de una vez.

La aparición de MK fue anunciada meses antes del estreno del episodio. En en primer episodio, la descubrimos como un personaje solitario con unas habilidades de hacker asombrosas. El personaje no ha transcendido mucho más allá y se ha quedado a medio gas, al menos, esta temporada. La clon enmascarada ha tenido pocos minutos y una incidencia en la trama relativa. Aún así, por algunas pistas que nos han dejado, el personaje puede volver en un futuro y ser más trascendental. El personaje no se ha podido acabar de implicar ni familiarizar con la audiencia por falta de minutos y de tramas trascendentes; eso no implica que el personaje no tenga buen trasfondo. Su historia parece más que interesante, y si en la quinta temporada le llega el momento, puede llegar a ser una de las ‘sestras’, aunque sea de última hora.

Desgraciadamente, MK no ha sido el único personaje al que hemos visto un poco menos. Por exigencias del guión, Cosima y Sarah ha cogido un papel un poco más relevante que le ha quitado algún minuto que otro tanto a Helena como a Alison. Ahora que por fin, Orphan Black había afianzado al cien por cien esa dinámica y sentimiento de familia, no nos han dejado verla. Y apunto esto cómo dato positivo, ya que significa que Orphan Black no ha perdido su ADN para enseñarnos una dinámica que primero, ya conocemos que existe; y segundo, que nos puede mostrar en cualquier momento, en cualquier escena, sin perder la identidad de la serie. Sí que ha sido una pena ver un poco menos de Alison y de Helena, porqué cómo todas las ‘sestras’ son un pilar fundamental de la serie. Pero Sarah y Cosima, cada una con su personalidad y con su modo de hacer, han estado  espectaculares capitaneando las tramas principales de la cuarta temporada y regalándonos escenas intensas que difícilmente olvidaremos.

Pero así lo han conseguido: Orphan Black sigue siendo exactamente la misma y está rodeada de Neolucionistas, que cómo nos avanzaron al final de la tercera temporada, siguen al mando de todo lo malo que pasa en esta serie. Los guionistas han conseguido quitarle hierro al hecho que su reaparición al final de la temporada pasada fuera repentina. Su antagonismo ha estado bien llevado, y volviendo a los orígenes, han sido capaces de volver a hacer salir aquél odio visceral por unos personajes tan redondos y oscuros como la propia serie. Hay que decir que a la serie también le ha funcionado deshacerse de la trama de los Castor, ya que en este caso, des del minuto uno, las protagonistas han sido las Leda, son las que ya están afianzadas en pantalla y ha sido un soplo de aire nuevo (¿o debería decir viejo?) volver a verlas solo a ellas.

Y es que por algo a Orphan Black le ha sentado de lo más bien volver a sus orígenes, sin desmerecer la evolución de sus personajes ni la identidad de la serie. Se han acabado las tiendas de jabón y las comidas felices. En Orphan Black les encanta llevar los personajes y las tramas al límite para hacernos sufrir y nos encanta, ya que es una de las muchas joyas de la serie.

A Helena le hemos visto un poco menos, pero como siempre, la que nos trajo la palabra "sestra" no nos ha defraudado.
A Helena le hemos visto un poco menos, pero como siempre, la que nos trajo la palabra «sestra» no nos ha defraudado.

Otra joya de la serie es Tatiana Maslany, que el día que la canadiense (sí, canadiense, quién lo diría, ¿eh?) tiene fiebre el set de Orphan Black tiene que ser un auténtico drama. Recordemos que la actriz ha interpretado más de una decena de personajes al largo de las cuatro temporadas. En esta en concreto, ha llegado a ponerse en la piel de 8 clones distintos: Sarah, Cosima, Alison, Helena, Rachel, Krystal, MK y una octava clon. La calidad de la serie no seria la misma si la actriz no fuera capaz de hacernos creer la singularidad de cada personaje y de cada una de sus actuaciones. Cosima es Cosima, Sarah es Sarah, Helena es Helena y Alison es Alison: y no nos paramos a pensar en ningún momento a pensar, a no ser que nos obliguemos, que es la misma actriz la que pone todos esos acentos e interpreta a personajes tan distintos cómo pueden ser una ama de cada como Alison y una persona asocial (bueno, ahora ya no tanto) como Helena. El buen trabajo de Tatiana Maslany le da a Orphan Black toda la calidad del mundo para que nos la sigamos creyendo.

El último capítulo no nada más que un final muy, pero que muy abierto con el que te dan ganas de colapsar la centralita de la productora de la serie para que por favor, emitan el 4×11 la semana que viene. Desgraciadamente, Orphan Black son diez capítulos por temporada (no le podemos pedir más a la pobre Tatiana) y tendremos que aprender a controlar nuestros nervios hasta dentro de un año. La cuarta temporada nos ha demostrado (igual que todas las otras) que Orphan Black puede llegar dónde se proponga sin descuidar sus bases. Y valdrá la pena esperar un año sólo para volver a ver ese buen trabajo.