Netflix también se acuerda de los fans de Bollywood Parte 1 – ‘The Dirty Picture’.

«Las películas necesitan tres cosas para vender: entretenimiento, entretenimiento y entretenimiento. Y yo soy el entretenimiento.»

Imagen promocional de la película.

Desde que Netflix apareció en escena, un nuevo horizonte repleto de series, documentales y películas se abrió para los amantes del séptimo arte. Y el hecho de que en su catálogo aparezcan títulos de Bollywood consigue que el panorama sea de sobresaliente: acerca una industria totalmente ajena para los españoles y la coloca al alcance de los más curiosos. Además de documentales bastante interesantes, encontramos películas tan notables como The Dirty Picture (2011), la agridulce biografía de la actriz Silk Smitha.

La joven Reshma decide fugarse de casa para cumplir su sueño de convertirse en actriz y alcanzar el estrellato. Con bastante esfuerzo, y tras recibir numerosos rechazos, consigue un pequeño papel de bailarina. Y esos segundos de protagonismo consiguen conectar con el público y convertirla en Silk, mito sexual que encandila al público con un movimiento de cadera. Pero lo particular de la fama es que cuanto más alto se llega, mayor es la caída.

Vidya Balan consigue que el público empatice con la protagonista, una mujer imperfecta pero segura de sí misma: no se rinde pese a enfrentarse al rechazo, a la gordofobia y al sexismo en numerosas ocasiones. Ella no se reprime con su sexualidad, como la gran mayoría de los personajes femeninos que encontramos en Bollywood, sino que habla y disfruta del sexo al mismo nivel que se le permite a un hombre, sin inhibirse por los prejuicios sociales.

Resulta significativo que se enfatice tanto en esa doble moral de la industria: al mismo tiempo que se la tacha de vulgar, a Silk le sobran proyectos, ya que consigue atraer al público a las salas de cine. Ella sabe cuál es su trabajo, y se ríe de aquellos que la juzgan porque es consciente de que en el mundo del espectáculo todo el mundo busca el beneficio económico, sin ningún tipo de pudor o principios. Por no hablar de lo paródico que resulta que el héroe en la ficción sea un actor cercano a los 60, en contraposición con la juventud de Silk.

The Dirty Picture es metacine, hace un intento de describir el funcionamiento interno de Bollywood y nos regala momentos divertidos, en los que llegas a reconocer a la industria de la que habla, pero también episodios en los que la protagonista (y la maravillosa interpretación de Vidya Balan) se debe enfrentar a la dura realidad tras todo el aparente glamour de su profesión.

Namaste, amigos.