‘Lo que hacemos en las sombras’ y la mitología vampírica.

Lo que hacemos en las sombras, What we do in the shadows en inglés, es una serie creada por Jemaine Clement en el año 2019. Se acaba de estrenar la tercera temporada y ya hay confirmada una cuarta. La serie está basada en la película, Lo que hacemos en las sombras, creada por Clement junto a Taika Waititi en 2014.

En este mockumentary, conoceremos a Laszlo (Matt Berry), Nadja (Natasia Demetriou), Nandor (Kayvan Novak), los vampiros de sangre,  a Colin Robinson (Mark Proksch), el vampiro energético, y a Guillermo (Harvey Guillén), el familiar de Nandor. Estos entrañables personajes nos enseñarán como es llevar esta vida vampírica en nuestro presente y que serie de oportunidades y dificultades se encontrarán.

Como toda buena serie de calidad, tiene por detrás un trabajo de investigación y, en este caso, han hecho un laborioso estudio para representar el imaginario de los vampiros más allá de los típicos chupasangres que no envejecen. Aquí toman toda mitología, ya sea de libros, películas o series, que hay relacionada con este tipo de seres sobrenaturales y las han traído a un contexto más presente y humorístico.

Lo que hacemos en las sombras
Guillermo cepilla el cabello de su maestro Nandor.

A continuación, se van a enumerar una serie de rasgos comunes entre la mitología vampírica y el desarrollo de las tramas:

En el caso de que no hayas visto la serie, no te preocupes, el artículo no contiene spoilers. En el caso de citar cierto contenido de trama, solo la menciona, no destripa el desarrollo de la misma.

El primer rasgo mitológico, y el más obvio que se trata, es…¡Chan, chan!: ¡Los vampiros se alimentan de sangre! Como era de esperar, este era un tema que sí o sí debían tratar. Están constantemente jugando con este tema y haciendo bromas sobre ello. Literalmente tienen el jardín lleno de cadáveres que nadie se pregunta dónde estarán estas personas.

Además de alimentarse de sangre, estos vampiros tienen una debilidad, al igual que los vampiros que todos conocemos. Sí, me refiero a la sangre virgen. Como diferencia de los mitos, que prefieren doncellas, aquí les da igual el género del portador, mientras que sea virgen… El único problema que encuentran es que en esta sociedad actual cada vez hay menos vírgenes y terminan tirando por los típicos clichés de los frikis.

Aunque bueno, no todos nuestros protagonistas se alimentan de sangre. Y no hablo de Guillermo, que es humano y es obvio que no bebe sangre. Hablo de Colin Robinson, el otro vampiro con el que comparten casa. Él es un vampiro especial, es un vampiro energético. Se alimenta de la desesperación y el aburrimiento de las personas.

Es muy divertido ver al personaje de Colin Robinson en acción, nos hace ver que en nuestro día a día hay cientos de vampiros energéticos como él. Te lo puedes encontrar en el trabajo, dándote la chapa por cosas que ni te interesa… Lo puedes encontrar en el autobús hablándote, a pesar de que lleves los auriculares puestos… Y una larga lista de cosas que te ponen de los nervios que hace que drenen toda tu energía.

Mitológicamente hablando, no se han visto muchas representaciones de los vampiros energéticos, en este caso, aparece porque existen en nuestra vida cotidiana. No son vampiros reales, pero sí que son una forma psicológica de denominar que alguien que se lleva toda la felicidad de tu cuerpo. Ese «vampiro», es alguien negativo en tu vida y te impide seguir adelante.

Lo que hacemos en las sombras
Colin Robinson conoce a otra vampiresa energética.

Dejando de lado el cómo se alimentan, vamos a hablar ahora de su fisionomía. Un vampiro, suele tener un aspecto muy similar a los seres humanos, lo único que les hace diferentes son los colmillos. Y, en el caso de los protagonistas de Lo que hacemos en las sombras, cumplen con esa característica. También hay que añadir que sus atuendos son un poco del año catapún, dando así un aspecto aún más vampírico. Quiero hacer un inciso aquí para hablar del trabajo del departamento de vestuario y maquillaje. Es impresionante lo bien caracterizados que están todos y cada uno de los personajes.

Y, aunque nuestros protagonistas tengan apariencia de humanos, es cierto que también representan a otros tipos de vampiros en personajes secundarios o extras. Uno de los aspectos más destacable es el del Barón, cuya piel grisácea y arrugada nos recuerda a vampiros como Nosferatu.  También tenemos el caso de Jim, el vampiro (Mark Hamill), quien se asemeja mucho su maquillaje e indumentaria a Drácula de Bram Stocker.

A parte de sus colmillos, la fisionomía de los vampiros tiene un plus: pueden transformarse en animales. Siguiendo la línea mitológica, el animal en el que más se transforman es el murciélago. Es más, tanto lo hacen, que en el episodio 5 de la primera temporada, a Laszlo le juega una mala pasada su aspecto animal y lía una buena intentando que le rescaten.

Continuando con la lista de características atractivas que tienen estos no-muertos, vamos a hablar ahora del control mental. Es de cultura universal, saber que los vampiros controlan con sus mentes y es por eso que pueden aprovecharse de los humanos para beber su sangre y cometer pecados lujuriosos “en contra de su voluntad”.

Pues bien, para la habilidad que tienen estos vampiros, bien podrían usarla para dominar el mundo entero, pero ellos son más humildes y nada más que lo usan cuando están en duros aprietos.

De hecho, más de una vez lo utilizan para poder colarse en un lugar privado ya que, todos sabemos, los vampiros no pueden entrar en un lugar si no son invitados. También cabe decir, que gracias a esta limitación, en la serie, se pueden presenciar momentos muy divertidos, casi rozando el ridículo viendo cómo intentan entrar a algún lugar.

Y si no es con el control mental, los vampiros suelen salirse con la suya a través de su poder sexual.  Al menos eso es lo que se representa desde el mito porque en la realidad… Digamos que Nandor y Laszlo no han ganado demasiadas batallas por su «sex appeal». Creo que por eso Laszlo está tan salido y, con el avance de las temporadas, cada vez está más y más caliente, para compensar la carencia de ese poder.

Nadja, por su parte, tiene más poder, sabe cómo engatusar tanto a hombres como mujeres. Y llevando una de sus tramas al imaginario de los vampiros, vamos a hablar sobre la leyenda del amante a través del tiempo. En Drácula, por ejemplo, el conde ve a la reencarnación de su amada en Mina. Y bueno, a Nadja le pasa lo mismo con su querido Greg, que a lo largo de la historia se ha reencarnado en diferentes personas y con todas ha tenido un romance con trágico final. Lo malo es que su versión actual de Staten Island… Se ha ablandado un poco.

Otro punto del que se «filosofea» mucho, es el hecho de la muerte. Para ser vampiro debes morir, pero siendo vampiro puedes volver a  morir. Es por eso, que nuestros queridos amigos siempre van con mucho cuidado con el sol, que los quema en instantes, con la madera, más bien las estacas, las cruces… Y una lista de objetos que hacen que su estancia en la tierra sea finita.

Bueno y que se olviden de comer comida humana, que no los va a matar, pero sí que les va a hacer vomitar como una manguera.

¿Y sabéis qué personaje de la mitología de los vampiros está ligado con su muerte? En efecto, Van Helsing. Sí, también aparece en Lo que hacemos en las sombras. Obviamente, el Val Helsing original no, porque es humano y lleva siglos muerto. Pero quien no lo está es su descendiente… Y deben tener cuidado de enfadarle.

La verdad es que esta gente no gana para enemigos, no sé cómo lo hacen pero se han ganado una mala fama entre varios vestigios del imaginario sobrenatural… Tenemos a las brujas, con las que ya han tenido alguna que otra trifulca. Y el gorro de piel de bruja de Laszlo, que es terrible lo que puede hacer ese cacharrejo. Luego están los fantasmas, que, honestamente, no se cómo describir la experiencia del encuentro entre nuestros personajes con ellos. No sabría describir esa experiencia, hay que verlo, tan divertido y tan bien hilado todo.

Lo que hacemos en las sombras
Laszlo con su gorro de piel de bruja y Nadja disconforme con la decisión.

Y bueno, no olvidarnos del mayor enemigo de los vampiros: Los hombres lobo. Se odian a muerte y siempre que hay encuentros entre ambos, acaban en batallas. Afortunadamente no son de esas batallas de espadazos por todas partes, sangre, vísceras y muerte, es un algo más de barrio de “nos peleamos pero de colegueo”.

Después de toda esta chapa sobre las características de los vampiros, voy a hablar sobre una figura relacionada con los vampiros. Que, de hecho, es mi personaje favorito. Muy decepcionada conmigo misma por haber esperado tanto para hablar sobre ti, mi querido Guillermo. Pero bueno, es lo que dicen, lo mejor se deja para el final y es lo que he hecho en este caso.

Guillermo es el familiar de Nandor y no, no tienen relación sanguínea, no es un descendiente de este vampiro, no. Un familiar de un vampiro es aquel que se encarga de vigilar el ataúd de su maestro, de mantener a salvo la tierra de su país natal bajo su ataúd, de limpiar el lugar donde habita… Mira, no voy a decir más cosas que hace el pobre hombre, porque literalmente lo hace todo, ser el familiar de un vampiro consiste en ser su asistente personal. Bueno, que narices, es su esclavo.

Os preguntaréis, ¿cómo sigue aguantando como esclavo? Porque Nandor le prometió que le iba a transformar en vampiro y, bueno, eso motivó a Guillermo porque era su sueño desde pequeñito. Y bueno, ahí lleva más de diez añitos, el pobrecito mío, partiéndose el lomo sin convertirse en vampiro. Y mira que es un ritual sencillo, que es cierto que en ciertas mitologías, para transformar a un humano en vampiro, el vampiro muere, pero no, en este caso es el clásico “vampiro muerde a humano, luego el humano bebe sangre del vampiro”. Pero bueno, toca esperar al ansiado momento de la transformación.

Por cierto, ¿recordáis que dije que Guillermo estaba tan abajo porque lo mejor para el final? Vale, mentí, ahora es cuando voy a hablar de lo mejor y es la gran cantidad de maravillosas referencias que hacen en esta serie a Crepúsculo.

Lo bueno es que no son referencias desprestigiando a la saga como tal, que en otros contenidos si que lo hemos visto, no, ellos lo que hacen es añadirlo como algo más a su universo, son otro tipo de vampiros a tener en cuenta.

De hecho, dentro de mis momentos favoritos de Lo que hacemos en las sombras, dos de ellos tienen que ver con las referencias a Crepúsculo. La primera, es en el primer capítulo, cuando Nandor se llena entero de purpurina para impresionar al Barón, diciendo que ser brillante es lo que se lleva ahora.

Lo que hacemos en las sombras
Guillermo acompaña a Nandor a comprar purpurina.

La segunda, es en la tercera temporada, cuando deciden recrear la escena del beisbol con nuestros queridos protagonistas en ese momento tan ridículo a la par que divertido. O sea, es que no se expresar con palabras lo tanto que me divierte, es que he llegado a llorar de la risa.

Y dicho todo esto, os he dado muchas razones chulas para ver la serie. De hecho, hay más, pero creo que ya os habréis cansado un poco después de leer todo este tocho. Así que, aprovechad que habéis terminado de leer este artículo, abrid HBO y poneos a ver esta serie, que estáis tardando.