Derry Girls, la serie irlandesa de Channel 4 que en España se puede ver en Netflix, es uno de los trocitos de ficción televisiva que más me han gustado en lo que llevamos de año. Si bien no soy un gran consumidor de series (¡todavía no he visto Chernobyl!), sí que disfruto de las posibilidades narrativas que estas ofrecen (¡me encanta Euphoria!), y creo que, para alguien como yo, que ve infinidad de películas, funcionan tanto como una necesaria pausa como una apertura de horizontes.
El horizonte concreto que presenta la creadora de Derry Girls, Lisa McGee, es la Irlanda del Norte de los 90, cuando el IRA ponía bombas en un conflicto estúpido y a esas alturas languideciente; pero en la ciudad de Derry, además de sufrir tangencialmente por la situación política que las rodea, el grupo de amigas que forman Erin, Orla, Claire y Michelle se ve agitado por las dificultades que presenta un instituto regentado por una monja totalmente desganada, unos padres asfixiantes, la pija de la clase o la llegada, desde Inglaterra, del primo de Michelle, James, que se verá obligado a estudiar en el instituto de chicas porque el de chicos representaba un peligro para su salud (él no es gay, pero es inglés, y eso en Irlanda del Norte no es fácil de tragar).
Aunque la serie es hilarante en sus cortísimas dos temporadas, y termina dejando buen sabor de boca, quizá ha llegado el momento para que en su tercera temporada, que ya ha sido confirmada por Channel 4, las cosas se pongan serias en el mundo de las ‘Derry Girls’. Al finalizar su segunda temporada, y sin entrar en ‘spoilers‘ (aunque el desarrollo de la trama es ínfimo e irrelevante), la serie deja entrever que sus protagonistas, cada vez más mayores, deben prepararse para afrontar un mundo que cambia a paso forzado, no solo a su alrededor, sino dentro de ellas.
Las bromas y las resoluciones divertidas a conflictos que podrían tener ramificaciones algo complejas han funcionado, pero tres temporadas implican que el pacto con el espectador requiere ciertos sacrificios. No pido un drama, ni lo quiero, pero sí espero que McGee y su equipo sepan afrontar el desarrollo y las promesas emocionales de esta segunda temporada como no han hecho con las ideas políticas detrás de la serie. Hay potencial para que las chicas sean personajes complejos mucho más allá del chiste, pero tiene que haber cierta voluntad por parte de su creadora. Si ese no es el caso, a pesar de todo, siempre nos quedará una comedia magnífica en Derry.
Las dos primeras temporadas de Derry Girls, de seis capítulos de 20 minutos cada una, pueden verse en Netflix.