Tras el éxito que cosechó en su primera edición, celebrada en pleno confinamiento, el pasado 21 de agosto el MOOSIC LAB x Japanese Film Festival volvió a aterrizar por segunda vez consecutiva este año en las pantallas de nuestros ordenadores. Y, como no podía ser de otra manera, desde 35 Milímetros no nos lo hemos querido perder.
Este festival es una iniciativa lanzada por la Fundación Japón con la que se busca promover y acercar la cultura japonesa a nivel internacional a través de la difusión de los trabajos de directores nipones emergentes. Por eso, hasta el 30 de septiembre los espectadores de todo el mundo, salvo Japón, podrán disfrutar de forma online y totalmente gratuita de cinco cortometrajes y cinco largometrajes de cine japonés independiente.
Las cintas que nos ofrecen son un recopilatorio de las películas producidas y premiadas en el MOOSIC LAB, el festival de cine nipón de referencia que reúne a artistas musicales y cineastas de Japón para la creación de piezas únicas que abarcan todo tipo de géneros, pero con un factor en común: la trama se construye a partir de una canción. En este primer artículo hacemos un repaso de los cortos.
- Beats per MIZU (Miki Tomita, 2019)
La joven Sumiko (Ruka Ishikawa) tiene la habilidad de saber la cifra exacta de latidos por minuto (lat/min) –beats per minute (bpm) en inglés- que su corazón y el de los demás emiten en cualquier momento. Parece que siempre lo tiene todo bajo control hasta que en un concierto conoce a Mizu (Endo Fumiya), un chico que hace que sus bpm se disparen.
Hace un par de años, la directora Miki Tomita presentó en el Festival de Cine de Madrid su corto The sky is not always blue, que le valió varios premios en el MOOSIC LAB 2019. Ahora Tomita vuelve con una breve y entrañable comedia romántica con toques fantásticos. En este film la acompaña el grupo de j-pop Toketa Denkyu, que ha incluido las canciones del corto en su último disco WONDER by WONDER (2020).
Beats per MIZU es una historia de amor sencilla, pero muy bien contada, como si de un cuento se tratase, y que te atrapa desde el minuto uno gracias a su carismática protagonista, su fotografía y, por supuesto, su excepcional banda sonora.
Lo mejor: Descubrir a Ruka Ishikawa y Toketa Denkyu,
Lo peor: Un final un poco abrupto.
Nota: 8/10
- Dead vacation (Kimi Yawata, 2018)
La directora Kimi Yawata (Audio erotica) y el cantautor GALAXIEDEAD fusionan sus proyectos personales para traernos el corto fantasmal Dead vacation. Mitsuko es la única capaz de ver el espíritu de Keisuke, un joven músico que murió antes de tiempo. Ella se está recuperando de una ruptura y él, por alguna razón, no puede abandonar el mundo terrenal. Juntos buscarán la manera de que sus corazones encuentren la paz.
Lejos de lo que la sinopsis nos pueda inducir a creer, ésta no es una historia de amor, sino un relato sobre la pérdida, el proceso de duelo y la superación. A los personajes les cuesta expresar sus verdaderos sentimientos, pero consiguen hacerlo a través de las composiciones de GALAXIEDEAD, quien se estrena como actor interpretando a Keisuke. Una pequeña cinta que en algunos momentos puede resultar lenta, pero con unos diálogos sobre la vida y la muerte y la necesidad de pasar página muy interesantes.
Lo mejor: Que no sea un romance.
Lo peor: La inexpresividad de GALAXIEDEAD como actor.
Nota: 7/10
- Terrarium Locker Room (Rika Katsu, 2019)
Cada día, Momo (Kanako Miyashita) se levanta para ir a trabajar. Hace fotocopias, se sienta en su mesa y sonríe a sus compañeros. Cada día, al entrar por la puerta, Momo se convierte en otra persona. Sigue las normas establecidas para no destacar y para cumplir con lo que los demás esperan de ella, pero bajo llave guarda un secreto: en su taquilla cultiva un pequeño y precioso terrario.
Terrarium Locker Room es una de las piezas más intimistas que encontramos en el festival. La cineasta Rika Katsu firma un cortometraje sobre la búsqueda constante de la felicidad a través de uno mismo, en una sociedad en la que prima el grupo por encima del individuo. Para Momo cuidar del terrario es lo único que sólo ella puede hacer, lo que le permite distinguirse de los demás y ser ella misma. Sin embargo, aunque lo oculte, ansía que alguien más conozca y acepte su verdadero yo.
Katsu escribe su film con un ritmo lento, pausado, como si fuera un poema recitado con la música del popular artista de j-pop Micau Kamura. Un viaje introspectivo que, sin duda, se ha convertido en uno de los imprescindibles de este volumen del MOOSIC LAB.
Lo mejor: La trama y el mensaje que transmite.
Lo peor: La historia paralela con el compañero de trabajo.
Nota: 8’5/10
- My lovely days (Yun Hayama, 2018)
El año 1989, con la muerte del emperador Hirohito, quedaba inaugurada en Japón la nueva era Heisei. Ese mismo año nació la directora, actriz y guionista Yun Hayama. En su último cortometraje, Hayama nos sitúa en la noche del 30 de abril de 2019, el día que marcó el fin de la era Heisei, para embarcarnos en un viaje a su infancia: dos amigos, Yuka -interpretada por la misma Hayama- y Masao, se reúnen en una cafetería y charlan sobre el pasado durante las últimas horas de la era en la que ambos nacieron y crecieron.
My lovely days es la carta de amor de la directora a la época dorada de la niñez, cuando todo era más sencillo, libre de preocupaciones. Pero también reflexiona, con cierta amargura, sobre la transición a la vida adulta y sobre los sueños que no pudieron cumplirse.
La cinta está filmada con humor para el MOOSIC LAB a partir de la música de ºC-want you!. A veces los saltos temporales pueden resultar caóticos y los personajes un poco sobreactuados, pero consigue transmitirnos esa nostalgia y hacernos recordar tiempos mejores.
Lo mejor: El poder evocador de las cosas cotidianas.
Lo peor: El montaje.
Nota: 7/10
- SOUL MUSIC (Masaki Soejima, 2019)
Dos DJs de radio de mediana edad reciben la extraña petición de una oyente de su programa de grabar un tema con un espíritu. Los artistas aceptarán el reto, pero para encontrar a su vocalista fantasmal deberán moverse por lugares aterradores.
El psiquiatra y director Masaki Soejima (La banda A y los platillos voladores) apuesta por una comedia de terror de lo más curiosa. Para hacer su trabajo aún más original, el cineasta sitúa a los músicos Teruyuki Oshima, de la banda conceptual sim, y Kazuaki Koyama, del Grupo Sarada Mykal Tomioka Molinos de Seda, en la piel de los locutores del programa, interpretándose a ellos mismos. Y también cuenta con la colaboración del crítico y artista Yoshio Otani.
Soejima presenta su cortometraje en formato de falso documental para detallar el proceso de cómo se consigue registrar la voz de un fantasma. Se trata de un producto entretenido, que deja con ganas de más terror.
Lo mejor: El combo Koyama-Oshima.
Lo peor: No es tan terrorífica.
Nota: 6’5/10