Crítica – ‘ En busca de Summerland’

Título original: Summerland

Año: 2020

Duración: 100 min.

País: Reino Unido

Dirección: Jessica Swale

Guion: Jessica Swale

Música: Volker Bertelmann

Fotografía: Laurie Rose

Reparto: Gemma Arterton, Gugu Mbatha-Raw, Penelope Wilton, Tom Courtenay, Bernardo Santos, Dixie Egerickx, Sally Scott, Lucas Bond, Joshua Riley, Dominic McGreevy, David Ajao, Amanda Lawrence, Karl Farrer, Ty Hurley, Sian Phillips, Toby Osmond, Nina Beagley, Amanda Root, Jessica Gunning, David Horovitch

Productora: Shoebox Films, Iota Films

Género: Drama

Ágil, sencilla y con una sensibilidad a través del guion y la cámara espectaculares. Así, de primeras, definiría ‘Summerland’, la película de Jessica Swale protagonizada magistralmente por Gemma Arterton.

Este drama de los años 40 nos sitúa en Inglaterra, en Kent, donde durante la Segunda Guerra Mundial, muchos niños son evacuados de las ciudades y enviados a pequeños pueblos con familias que temporalmente se hacen cargo de ellos. Cuando Frank (Lucas Bond), uno de estos niños, llega a casa de Alice Lamb (Gemma Arterton), una escritora solitaria atormentada por una historia de amor del pasado. Poco a poco, al irse conociendo, la inocencia y curiosidad de Frank hacen que Alice abra su corazón, desbloqueando recuerdos y sentimientos que creía olvidados.

Indudablemente, la fotografía y el vestuario juega un papel esencial en esta película, que adentra al espectador en la época de lleno, luego, la ternura que va desprendiendo conquista al que mira. Y es que Alice Lamb es una mujer joven que vive en una casa, con vistas a los acantilados blancos de Dover, que a través de su plumilla académica y su rutina intransigente esconde un corazón roto por las decisiones del pasado.

Alice Lamb (Arterton) escribiendo desde su casa con vistas a los acantilados de Dover

Con una trama circular, en la que una anciana Alice escribe la historia de cómo el pequeño Frank llegó a su vida, vemos como la melancolía de las olas de Dover la hacen volver una y otra vez a la historia de su gran amor, Vera (Gugu Mbatha-Raw). Esta podría ser la típica obra telefilm dónde se habla de la homosexualidad en los años 40, donde el amor no triunfa en un contexto histórico rígido, sin embargo, el guion de Swale, que también está detrás del papel, da un paso hacia delante en este tipo de dramas, casi siempre, previsibles y agridulces. En esta cinta tenemos a dos mujeres fuertes y seguras de sí mismas, a pesar de las circunstancias de la época, que viven su amor sin correas y tapujos, el tropiezo está en que Vera desea ser madre mientras que Alice no, lo que lleva a que estas enamoradas pongan en pausa su relación se alejen. Un guiño a cualquier relación contemporánea.

Vera y Alice en un flashback del pasado

Cada una continúa con su vida, Alice se refugia en sus estudios, sobre el folklore y los mitos relacionados con las mujeres, brujas, sirenas, diosas, etc, en la costa de Inglaterra y atesora cada momento con Vera en su memoria y en objetos que guarda, como secretos, en su hogar, hasta que llega Frank, un niño dulce y con una mentalidad tolerante que está vinculado con el presente y el futuro de Vera y Alice.

‘Summerland’ habla de amor verdadero a lo largo del tiempo, habla de cómo el amor no es un pegamento mágico y cómo en él hay muchas cuestiones más allá del deseo y de la piel, decisiones, aspiraciones, convicciones. ‘Summerland’ también habla del respeto por el que se ama, al dejarlo ir si las piezas del puzzle no encajan, y del duelo cuando perdemos a alguien queremos para siempre, en definitiva, habla de dolor y amor a través de la amistad de dos niños que la guerra une compartiendo pupitre en la escuela, del duelo de un niño que pierde a su padre y de dos mujeres que continúan con sus vidas queriéndose para siempre.

Si se pudiera achacar algo a esta película es que no sale del trinomio Alice-Frank-Vera, y no se profundiza en otras subtramas que podrían resultar de interés, como la relación de Frank con su compañera de colegio Eddy, los prejuicios del pueblo con Alice, a la cual llaman bruja por su forma tan peculiar de vivir, alejada y uraña a lo convencional, o incluso en detalles más centrados en los propios protagonistas como, por ejemplo, cómo una mujer como Alice, en los años 40, se encuentra redactando una tesis y de dónde viene esa pasión, algún detalle más de la vida de la protagonista, pues el espectador solo conoce una faceta, una única historia y unos sentimientos determinados pautados por el gran acontecimiento bajo el que gira la trama. Sin embargo, este es un apunte para aquellos que la disfruten y quieran más, puesto que en un una hora y media de filme es imposible ahondar adecuadamente en muchas cuestiones.

Alice (Arterton) y Frank (Bond) construyendo un avión de madera

Cabe resaltar que ‘Summerland’ es un conjunto ideal entre guion, fotografía, atrezzo y música, no obstante, la dirección del reparto es fantástica. Resaltando el papel de Aterton como Alice y el de Lucas Bond como Frank, a nivel individual y conjunto, ambos personajes nos hacen conectar con el corazón de la historia, que tiene un pedacito de cualquier época, ya que importa poco en qué período nos ubiquemos: el amor es amor.

Nota: 7’5

Lo mejor: la interpretación de Gemma Arterton y el desenlace.

Lo peor: no se profundiza en las subtramas y otros detalles de la historia.